Artur Rother

 No cabe duda de que la ciudad de Berlín ha sido y es uno de los principales centros musicales del mundo. Sus principales teatros operísticos son la Staatsoper (también conocida como Unter den Linden), institución que a partir de la Segunda Guerra Mundial estuvo bajo la tutela de las autoridades de Berlín Este. La Deutsche Oper, bautizada inicialmente como  Städtische Oper (Ópera Municipal) y conocida durante algunos años como Deutsches Opernhaus. Y también está la Komische Oper, enfocada a las operetas y musicales. En lo relativo a conjuntos sinfónicos, Berlín cuenta con un buen puñado de orquestas de calidad más que contrastada: la Filarmónica de Berlín, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (antigua formación de la radiodifusión de la extinta DDR), la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín (heredera de la Orquesta RIAS del sector occidental), la Orquesta Sinfónica de Berlín y la Orquesta del Konzerthaus (a menudo confundida con la anterior). Uno de los pocos maestros que a lo largo de su trayectoria tuvo la oportunidad de colaborar con casi todos estos conjuntos de Berlín fue el pomerano Artur Rother, un director apenas conocido en la actualidad.

Artur Martin Rother nació el 12 de octubre de 1885 en la localidad pomerana antaño germana de Stettin y en la actualidad bajo administración polaca con la denominación de Szczecin. Rother recibió sus primeras clases musicales a cargo de su padre, organista y profesor de música, y más tarde con Hugo Kaun y otros profesores en Berlín. Durante esta etapa formativa berlinesa, Rother también se dedicó a la musicología y a la filosofía, tomando parte en algunos cursos ofrecidos en Tubinga. A partir de 1905, Rother comenzó a acompañar al piano a Willy Burmester, un célebre violinista pupilo de Joachim, para un año después pasar a ejercer como director asistente en el teatro de Wiesbaden, institución en la que no tardaría en ascender al puesto de Kapellmeister. Ya en 1907, Rother fue contratado como director asistente en Bayreuth, posición que mantendría hasta 1914 para posteriormente continuar con su puesto en Wiesbaden. En 1927, Rother fue designado Generalmusikdirektor en Dessau, posición que mantuvo hasta 1934.

Tras el advenimiento de los nazis al poder en Alemania, Rother se sintió vinculado a dicha causa y en consecuencia de adhirió a la Liga Alemana de la Cultura, de marcado carácter anti-sionista, como paso previo a su afiliación al NSDAP. Aquello le sirvió para dirigir en la Deutsche Oper de Berlín una vez que Goebbels se hubo hecho con el control de esta institución. Tras el breve periodo de Kurt Adler como director residente, en 1937 el propio Hitler propuso a Rother como director musical del teatro berlinés, cargo en el que se mantuvo hasta 1943. Finalizada la guerra, Rother logra eludir como buenamente puede el proceso de desnazificación y en 1949 es nombrado director musical de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín, formación situada en el sector este de la ciudad, con la que realiza numerosas grabaciones discográficas. Ya en 1949, Rother hace una nueva pirueta artística y se pasa al sector occidental para ser nombrado principal director invitado de la Orquesta RIAS de Berlín. La curiosa peripecia de Rother no acaba ahí y en 1953, y por espacio de cinco años, Rother consigue ser nuevamente designado como director musical de la Deutsche Oper para posteriormente pasar a ser miembro honorario de dicha institución a partir de 1965. Entre 1960 y 1961, Rother también ejerció como director invitado de la Filarmónica de Berlín. Finalmente, el 22 de septiembre de 1972, Rother falleció en la localidad bávara de Aschau im Chiemgau.

Pese a que su nombre es apenas conocido en la actualidad, Artur Rother fue un director solvente como muy pocos y dotado de una eficiencia extraordinaria para enfrentarse a cualquier tipo de repertorio. De enorme personalidad sobre el podio, su gesto era firme sin llegar a ser autoritario, con una gran técnica de batuta y una marcación firme, clara y decidida. Mayormente dedicado al repertorio operístico, Rother destacó por ser un excepcional intérprete de óperas ligeras como las de Humperdinck, Nikolai y Offenbach, aunque en absoluto desmereció en autores como Wagner y Richard Strauss. Tampoco dio la espalda al repertorio italiano, especialmente a Verdi y Puccini. Admirado por su equilibrio interpretativo y la claridad de sus lecturas, Rother fue constantemente solicitado por los solistas de mayor renombre como director acompañante. Comprometido con la industria discográfica, Rother fue uno de los primeros maestros en experimentar la nueva y prototípica técnica de la estereofonía, dando lugar a una serie de registros que hoy en día son considerados como históricos por su innovación.

De entre la producción musical debida a Artur Rother podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Concierto para piano nº5 de Beethoven, junto a Walter Gieseking y dirigiendo la Orquesta Berlin Reichssenders (MUSIC & ARTS  1145); Fidelio de Beethoven, junto a Ludwig, King, Berry y Otto, y dirigiendo la Orquesta de la Deutsche Oper (referencia desconocida); Concierto para piano nº1 de Brahms, junto a Julius Katchen y dirigiendo la Sinfónica de la Radio de Baviera (referencia desconocida); Concierto para violín de Chaikovski, junto a Georg Kulenkampff y dirigiendo la Orquesta de la Deutsche Oper (DUTTON 9800); Oda a Santa Cecilia de Haendel, junto a Hoffmann y Ludwig, y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (referencia desconocida); fragmentos de Cavalleria Rusticana de Mascagni dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Berlín (referencia desconocida); Concierto para violín nº5 de Mozart, junto a Georg Kulenkampff y dirigiendo la Orquesta de la Deutsche Oper (OPUS KURA 2090); fragmentos de Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, junto a Rita Streich y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (BERLIN CLASSICS 2168); fragmentos de La bohème de Puccini junto a Maria Cebotari y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (BERLIN CLASSICS 3308); Lohengrin de Wagner, junto a Grossmann, Völker, Prohaska y Müller, y dirigiendo la Orquesta de la Staatsoper de Berlín (PREISER 90043); y, finalmente, fragmentos de Tristán e Isolda de Wagner, junto a Martha Mödl y dirigiendo la Orquesta de la Staatsoper de Berlín (PREISER 90136). Nuestro humilde homenaje a este magnífico director de orquesta.