Las frecuentes disputas de un director con una orquesta no dejan de reflejar una forma de ser poco atractiva en las relaciones de dicho maestro con sus colaboradores artísticos. Los directores tiranos del estrado a la antigua usanza casi se han extinguido, aunque en la actualidad los problemas de comunicación entre director y orquesta suelen ser más habituales por una escasez de tiempo y una economía de ensayos que imponen una atmósfera de frialdad no siempre sostenible. En situaciones de por sí tensas, un director de orquesta que manifiesta abiertamente una superioridad intelectual o artística no hace sino echar más leña al fuego de la discordia. En 1984, Christoph von Dohnányi abandonó la dirección de la Ópera de Hamburgo en medio de una enorme polémica: –«Yo me siento en disposición combativa contra ese ejército de ocupación de la mediocridad que ha tomado Alemania. Nuestro deber como músicos es oponernos a ello»– El maestro berlinés de orígenes húngaros quedó marcado de por vida en Alemania por semejante afirmación. Nunca se le perdonó haber declarado una lucha para luego retirarse a los EEUU. Y ocurre que, quien de verdad quiere luchar, debe hacerlo sin grandes actos de fuerzas verbales que lo único que consiguen es endurecer aún más los frentes irracionales.

Christoph von Dohnányi nació el 8 de septiembre de 1929 en Berlín, Alemania, y en el seno de una familia de orígenes húngaros de gran tradición musical (su abuelo Ernö fue un destacado pianista y compositor). El padre de Christoph era uno de los abogados más prestigiosos de Alemania y llegó a participar en un complot contra Hitler, motivo por el que fue arrestado y posteriormente ejecutado en 1945, cuando Christoph contaba con apenas quince años de edad. Tras la Segunda Guerra Mundial, Dohnányi partió para Munich para estudiar la carrera de leyes durante dos años, momento en el que decidió matricularse en la Academia de Música de Munich para estudiar piano, composición y dirección orquestal. Graduado en 1951, Dohnányi obtuvo el primer premio en el Concurso de Dirección Richard Strauss y amplió su formación con su abuelo Ernö, quien aún ejercía la docencia en la Universidad de Florida. Al mismo tiempo, Dohnányi siguió los cursos de dirección impartidos por Leonard Bernstein en Tanglewood. En 1953, Dohnányi obtuvo su primer cargo profesional al ser designado por Solti como director asistente y maestro de coro en la Ópera de Frankfurt. Cuatro años más tarde, Dohnányi se convirtió en el director musical más joven de Alemania al asumir la dirección de la Ópera de Lübeck hasta 1963, año en que cambió dicho puesto por su equivalente en la Ópera de Kassel. Al mismo tiempo, en 1964 Dohnányi fue nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica de la Radio del Oeste de Colonia, formación que lideraría hasta 1969. Luego de abandonar Kassel en 1963, y tras un exitoso período de nueve años en Frankfurt, en 1977 Dohnányi fue designado director musical de la Ópera de Hamburgo. Allí se distinguió por sus innovadoras representaciones aunque no siempre obtuvo el favor de un público muy conservador. Las relaciones entre Dohnányi y la institución hanseática se fueron deteriorando y en 1984 renunció al puesto en medio de una encendida polémica.

Luego de haber desarrollado una gran trayectoria artística como director invitado en alguno de los más prestigiosos coliseos operísticos del mundo (Metropolitan, Covent Garden y Ópera de Viena), en 1984 Dohnányi sustituyó a Lorin Maazel al frente de la dirección de la prestigiosa Orquesta de Cleveland. Su concepto musical, muy vinculado al de George Szell (el gran artífice de esta formación), permitió que la relación de Dohnányi con los músicos de Cleveland fuera realmente exitosa a lo largo de las 18 temporadas que duró su mandato. Tras la finalización del mismo en 2002, Dohnányi fue nombrado director laureado de la institución. De forma paralela, en 1994 Dohnányi fue nombrado principal director invitado de la London Philharmonia para tres años después convertirse en su director titular hasta 2008, siendo también designado director laureado de dicha agrupación. De 1998 a 2000, Dohnányi fue también el asesor musical de la Orquesta de París tras la salida de Semyon Bychkov y la llegada de Christoph Eschenbach. De vuelta a Hamburgo en 2004, ciudad en donde fijó desde entonces su residencia, los viejos problemas de Dohnányi con las autoridades musicales de dicha ciudad parecieron olvidarse del todo y desde ese mismo año dirige en calidad de titular a la Orquesta Sinfónica de la NDR. Su labor como mentor de jóvenes directores es muy reconocida en la actualidad.

Christoph von Dohnányi se ha ganado un nombre en el mundo de la dirección orquestal por su versatilidad y por otorgar un significativo valor a la tradición interpretativa en correspondencia a sus orígenes. Una de sus mejores virtudes como director es la enorme claridad y limpieza de sus lecturas, su afán de perfección, su seriedad artística y un sentido de la musicalidad verdaderamente exquisito. Músico de comienzos más bien modestos, su gran oportunidad le llegó relativamente tarde, cuando la prestigiosa Orquesta de Cleveland le reclamó como director musical. A pesar de sus orígenes húngaros, Dohnányi nunca ha sido un director inflamado, sino más bien reflexivo y constantemente preocupado por la elaboración sonora. En sus hábitos, la espontaneidad expresiva se ve claramente relegada a un segundo plano en aras de una buena organización de refinada construcción. Dohnányi suele compensar la frialdad que suele derivarse de esta actuación mediante una hábil dosificación de los efectos. Su compromiso con la música de su tiempo ha sido indudable y, en consecuencia, es uno de los grandes especialistas en la música de la Segunda Escuela de Viena y en la de otros autores apenas conocidos. Casado en tres ocasiones — la segunda de ellas con la famosa soprano Anja Silja — su hijo Justus es un reputado actor y director de cine mientras que su hermano Klaus llegó a ejercer como alcalde de Hamburgo en las filas del SPD. A día de hoy, Christoph von Donhányi es unánimemente considerado como uno de los mejores directores de orquesta alemanes y una de las figuras más intelectuales del mundo de la música.

De entre la producción discográfica debida a Christoph von Dohnányi podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Sinfonía nº9 de Beethoven dirigiendo la Orquesta de Cleveland (TELARC 80120); Fidelio de Beethoven, junto a Atkinson, Benackova, Tschammer y Protschka, y dirigiendo la Orquesta del Covent Garden (ARTHAUS MUSIK 100075); Concierto para piano nº2 de Brahms, junto a Artur Rubinstein y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia (ICA 5003); Sinfonía nº8 de Dvorak dirigiendo la Orquesta de Cleveland (DECCA 430728); Der junge Lord de Henze, junto a Sardi, Röhrl, Hoppe y Krebs, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Berlín (DG 445248); Sinfonía nº5 de Mahler dirigiendo la Orquesta de Cleveland (DECCA 425438); la integral sinfónica de Mendelssohn dirigiendo la Filarmónica de Viena (DECCA 421769 — integral sinfónica); 5 piezas para orquesta de Schönberg dirigiendo la Orquesta de Cleveland (DECCA 436240); Burleske para piano y orquesta de Richard Strauss, junto a Rudolf Buchbinder y dirigiendo la Filarmónica de Viena (EUROARTS 2072208); Salome de Richard Strauss, junto a Terfel, Riegel, Gantner y Schwarz, y dirigiendo la Filarmónica de Viena (DECCA 444178); Elektra de Richard Strauss, junto a Johansson, Diener, Lipovsek y Schansching, y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Zurich (TDK 8); El pájaro de fuego de Stravinski dirigiendo la Filarmónica de Viena (DECCA 425018); El oro del Rhin de Wagner, junto a Hale, Schwarz, Gustafson y Fontana, y dirigiendo la Orquesta de Cleveland (DECCA 443690); y, finalmente, Wesendonck-Lieder de Wagner, junto a Yvonne Naef y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la NDR (vídeo de referencia desconocida). Nuestro humilde homenaje a este sensacional director de orquesta.