* Compuesto entre abril y agosto de 1935
* Estrenado el 19 de abril de 1936 en Barcelona por Louis Krasner al violín bajo la dirección de Hermann Scherchen
* EFECTIVOS ORQUESTALES: 2 flautas, flautín, 2 óboes, corno inglés, 2 fagots, contrafagot, saxofón, 2 clarinetes, clarinete bajo, 4 trompas, 2 trompetas, 2 trombones, tuba, timbales, gran percusión, arpa y sección de cuerda.
* Duración aproximada de la ejecución: Entre 23 y 25 minutos.

 El Concierto para violín de Alban Berg es posiblemente la obra sinfónica más célebre del compositor y se ha instalado con toda justicia en el obligado repertorio violinista. Fue escrita con una asombrosa rapidez entre abril y agosto de 1935 a petición del violinista Louis Krasner, un excelente músico que tenía curiosidad por realizar un test con su instrumento sobre la escritura dodecafónica. Entonces sobrevino un doloroso acontecimiento: El fallecimiento de la hija de Gropius, Manon, a los dieciocho años de edad. Gropius se había unido sentimentalmente a Alma Mahler y fruto de aquel enlace fue Manon, una joven risueña y encantadora por la que el compositor sentía un gran afecto. Fue a la memoria de este ángel a la que dedicó la composición de este concierto. La obra se estrenó póstumamente en Barcelona — Berg había fallecido tres meses antes — con lo que este Requiem de Manon se acabó también convirtiendo en un Requiem de Berg. El concierto consta únicamente de dos movimientos y la escritura para violín es extraordinariamente bella y elegíaca, de una gran altura que expresa la candidez de la homenajeada. Las sucesivas explosiones orquestales suponen el contraste como símbolo de la proximidad de la muerte.

 La versión que se ofrece en los distintos enlaces para seguir la obra se corresponde con una magnífica lectura de Joseph Szigeti acompañado por la Orquesta Sinfónica de la NBC dirigida por Dimitri Mitropoulos. La grabación se encuentra disponible en el sello MYTO RECORDS (Ref 71122). El segundo movimiento aparece solapado en dos vídeos y tan sólo basta con pinchar el nº3 de la serie para proseguir con la audición de la obra. Como versiones alternativas, os dejo la de Frederieke Saeijs acompañada por la Orquesta Nacional de Montpellier dirigida por Friedmann Layer y la de Leonid Kogan acompañado de Gennadi Rozhdestvenski al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio y Televisión Rusa.

DESARROLLO DE LA OBRA

PRIMER MOVIMIENTO: Andante – Allegretto: Una serie dodecafónica juega el papel de tema conductor a lo largo de diez compases. El Andante presenta una estructura ternaria que recuerda la división tradicional A-B-A pero con la forma de un arco simétrico, ya que a partir de B el centro se vuelve hacia la introducción. La parte A es un retrato de Manon (arpegios perfectos y cuerdas al aire del violín que simbolizan su pureza), de su belleza y su ternura, en tanto que la parte B parece evocar una serie de exquisitos encantos. Una escritura de cánones parciales caracteriza a B hasta llegar a una casi imperceptible transición, con los arpegios iniciales, hacia el Allegretto, cuya forma es la de un scherzo en tres partes con dos tríos. Una serie de triples cuerdas solistas hacen surgir una atmósfera jovial que desemboca en un ritmo de vals marcado por los metales. El siguiente trío presenta una disposición ondulante hasta la nueva aparición del scherzo con un cierto aire folklórico en el que adquiere protagonismo la trompa. El violín parece entonces querer imitar el aire popular hasta que la coda concluye con franqueza en el tono afirmado de sol menor. (Movimiento muy difícil de analizar y del que hemos tomado la referencia de Mosco Garner)

SEGUNDO MOVIMIENTO: Allegro ma sempre rubato – Adagio: Este movimiento marca una brusca ruptura de un violento dramatismo. El mal ataca y conduce sin remisión hacia la agonía y muerte de Manon. El Allegro está dividido en tres partes de las cuales la sección central presenta la forma de cadencia. Después de una cierta incertidumbre, un ritmo brutal y siniestro se va imponiendo paulatinamente mediante una primera exposición en las trompas. Este tema será ejecutado doce veces por la percusión mientras que el violín lo repite hasta siete veces. Seguidamente estalla un tutti orquestal en un acorde martillado de nueve notas que marca la transición del Adagio. Esta última parte se presenta como una coral con variaciones que ha sido tomada de la Cantata BWV 60 de Bach y que el compositor la ha transpuesto un semitono más alto para colocarla a la altura del Adagio en Si bemol. La variación I transpone los diferentes versículos a varias tonalidades mientras que el solista entra en contrapunto. La variación II hace intervenir una inversión de la coral que culmina en un estrechamiento de metales y cuerdas graves. A este episodio le sucede un eco del anterior movimiento, el tema popular, tocado por los violines en pianissimo y en ausencia de vibrato. La coda comienza con una frase de cuatro notas repetida tres veces — violín solo, trompetas y trompas — para terminar en dos últimos compases que recuerdan los arpegios del comienzo. El concierto concluye con un acorde perfecto de Si bemol con una sexta añadida — Sol sobreagudo — en una larga nota sostenida que representa el Paraíso en donde descansa el alma transfigurada de Manon. Obra maestra absoluta y posiblemente el mejor concierto de violín escrito a lo largo del siglo XX.

VERSIONES RECOMENDADAS

Yehudi Menuhin junto a la Sinfónica de la BBC dirigida por Pierre Boulez. EMI (Magistral versión. Puro tratado y análisis. De absoluta referencia)
Josef Suk junto a la Filarmónica Checa dirigida por Vaclav Neumann. SUPRAPHON (Con todo el jugo extraído. Muy buen acompañamiento)
Henryk Szeryng junto a la Sinfónica de Radio Baviera dirigida por Rafael Kubelik. DG (De las mejores grabaciones del polaco-mexicano)
Itzhak Perlman junto a la Sinfónica de Boston dirigida por Seiji Ozawa. DG (Insuperable técnica de Perlman y eficaz acompañamiento)
Arthur Grumiaux junto a la Royal Concertgebouw dirigida por Igor Markevitch. PHILIPS (Gran binomio y posiblemente el mejor acompañamiento orquestal disponible)
Christian Ferras acompañado por la Suisse Romande dirigida por Ernest Ansermet. CLAVES (Bien cimentada aunque con algún desajuste chillón de Ferras)

 Por contra, no acaban de satisfacerme del todo las lecturas debidas a Isaac Stern junto a la Filarmónica de Nueva York dirigida por Leonard Bernstein. SONY (Da la sensación de que no se entienden el uno al otro) y la de Anne-Sophie Mutter junto a la Sinfónica de Chicago dirigida por James Levine. DG (Mutter demuestra no entender esta obra. Tramos excesivamente amanerados). Por supuesto, éstas no son sino meras apreciaciones subjetivas sin ninguna pretensión vinculante.