divino-cautivo 

El Divino Cautivo, talla de Mariano Benlliure. Esta joya artística es propiedad del colegio donde estudié hace muchos años

 Bueno, pues ya está aquí la Semana Santa. Os informamos que nos vamos a tomar un merecido descanso hasta el próximo lunes, por lo que este bar de copas permanecerá cerrado. Por si alguien no lo sabe, en Madrid es festivo el Jueves Santo, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones de España. Vamos a realizar una breve escapada Celia y yo, aunque la verdad estamos muy preocupados con la salud de nuestro perro Pepito; el pobre se encuentra ya bastante mal y no para de toser. Aún así, lo dejamos en buenas manos y con la orden de que nos llamen al menor síntoma de recaída. No le he dicho nada a Celia, pero tengo pensado hablar de este tema durante estos días. Yo creo que mientras siga dando algún salto y tenga aún ganas de comer no hemos de tomar ninguna decisión, a pesar del criterio veterinario. Todavía no veo que el animal esté sufriendo; simplemente come y duerme, nada más. Afortunadamente no padece de incontinencia y aún se alegra cuando ve (Es un decir, está casi ciego) que agarro la correa para darle un paseo. La otra mañana se le acercó una perrita en la calle y quiso olisquearle. Pepito, de espaldas, ni se enteró. Lo que más me duele es su sordera: Hasta hace poco era capaz de percibir cualquier leve sonido y ahora… Sólo gira la cabeza cuando suena el teléfono. Pero sigue abriendo la boca y sacando la lengua cuando le pasamos una mano por su cabeza. Nos sigue sonriendo. El cabrón del gato, Winston, sigue pasando de él olímpicamente y el otro día incluso se atrevió a catar de su escudilla. Algo no le debió gustar, ya que dio un respingo hacia detrás, de la misma forma que hace cuando escucha a Beethoven, a quien detesta. Por contra, el otro día se quedó dormido con la música de fondo de Deep Purple. Lo que siempre digo; este gato tiene unos gustos musicales un tanto exóticos. El sí que se quedará a solas estos días — es lo que más le puede gustar — y a la vuelta nos encontraremos con todos los cajones de nuestra morada abiertos. Hace dos veranos, un fin de semana nos ausentamos también y en el transcurso del mismo tuvo lugar un ligero temblor de tierra que alarmó a muchos madrileños. Cuando llegamos a casa, el muy gilipollas estaba metido dentro de la lavadora, durmiendo sobre la ropa pendiente de lavar. Al vernos entrar, salió del aparato estirándose y bostezando como si tal cosa… De todas maneras, ya sabemos qué hacer para que nos obedezca: Decirle simplemente lo contrario a nuestros propósitos. Para este gato, un No es un Sí y viceversa. Le dejaremos comida y bebida de sobra, que siempre será poca para él.

 Bueno, queridos amigos, disfrutad de la Semana Santa. Tened cuidado con la carretera (No me refiero al excelente blog de mi amigo Ángel) y con los excesos. Vamos a ver si hace buen tiempo, sobre todo para los que vayan a ejercer de costaleros en alguna de las miles de procesiones que en estos días se han de celebrar. El próximo lunes hablaremos de cierta polémica creada en torno a un cuadro. Disfrutad y sed felices.