No deja de sorprender la actitud de nuestros partidos políticos de cara a las elecciones del próximo domingo 22 de Mayo. Es evidente, y lo hemos resaltado en varias oportunidades, la falta de visión respecto a los cambios que se producen en las sociedades, sus demandas y la valoración que de ellos se hace. Un nuevo elemento (por lo menos para mí) es el desconocimiento que tienen de las nuevas formas de comunicación.

Vilfredo Pareto enunció su famoso Principio que ha perdurado en el tiempo y cuyo alcance es aplicable a todos los órdenes de nuestra existencia, en tanto se entienda su significado.

Pareto enunció el principio basándose en el denominado conocimiento empírico. Observó que la gente en su sociedad se dividía naturalmente entre los «pocos de mucho» y los «muchos de poco»; se establecían así dos grupos de proporciones 80-20 tales que el grupo minoritario, formado por un 20% de población, ostentaba el 80% de algo y el grupo mayoritario, formado por un 80% de población, el 20% de ese mismo algo. (Fuente WIKIPEDIA).

Evidentemente, el Principio de Pareto excede la capacidad intelectual de nuestra dirigencia. En un sistema político como el español, con un marcado esquema bipartidista, resulta extraño por no decir arcaico seguir utilizando fórmulas de seducción del electorado que pudieron ser válidas en otro momento o coyunturas pero que decididamente no funcionan en la actualidad. Me refiero concretamente a la convocatoria a mítines, visitas a centros (mercados, instituciones…), apretones de manos, besos y sobre todo a prometer lo que ya deberían haber hecho.

A esta altura del desarrollo la gran mayoría de los votantes tiene claro su posicionamiento respecto al acto electoral (candidato, voto en blanco, abstención…) y la campaña tendría que centrarse en aquello que se denomina “la masa de indecisos” 20 a 25 % del electorado, pero se insiste en fórmulas equivocadas y peligrosas. Se calcula que toda la parafernalia de campaña oscilará entre lo 30 y 35 millones de euros. Va de suyo que los tiempos que corren y lo que prometen en sus discursos se contrapone con semejante gasto.

Quien concurre a los actos y visitas o es militante, simpatizante o concurre por simple morbo, pero su presencia no modificará su forma de votar/no votar. En algunos actos en lugares cerrados no se a completado el aforo. Los mensajes machanones, sin propuestas concretas y descalificando a los otros candidatos, no seducen y pueden en el mejor de los casos espantar a quien tenga dudas. La presión por seducir y en muchos casos el desconocimiento de la realidad de los lugares en que se desarrollan hacen que cometan errores imperdonables que aprovechan sus adversarios políticos

Al tener que usar a las primeras espadas como gancho de las convocatorias se distorsiona el mensaje convirtiéndolo en nacional sin poder expresar el verdadero sentido de lo autonómico y municipal (necesidades y demandas). En contrapartida, la convocatoria de la plataforma Democracia Real. Ya desde mi óptica ha sido impecable. No me explayaré respecto a objetivos, convocantes y algunos disturbios ocurridos en Madrid sino a: oportunismo en la fecha, mensaje explicito y claro, utilizaron medios ágiles (redes sociales) que definían claramente a quien se dirigían, quedando en cada convocado su decisión de asistencia, y con simultaneidad de acción en toda España. En resumen, éxito asegurado más allá de si esto continuará luego de las autonómicas.

Es mi deseo que los líderes políticos tomen nota.

Un abrazo

THENIGGER