El padre Antonio Solerscott-ross

 Quizás la duración del vídeo que dejo como enlace sea un poco larga pero os aseguro que merece la pena la audición. Se trata del clavicembalista estadounidense Scott Ross interpretando el célebre Fandango del padre Antonio Soler (1729-1783), aquel monje escurialense nativo de Olot, Gerona. La versión de Ross es extraordinaria, con una ejecución tan sencilla como sentida, demostrando un absoluto dominio de la partitura. Mala fortuna tuvo este magnífico intérprete de clave, uno de los mejores traductores de la obra para teclado de Bach, Haendel, Scarlatti y Frescobaldi. Huérfano de padre, se trasladó con su madre a Francia, con la desgracia de que ésta se suicidó cuando Ross apenas contaba con 17 años. Cuando estaba en el cénit de su carrera, Ross falleció prematuramente a los 38 años de edad, al parecer víctima del virus del VIH. Sirva esta breve y humilde reseña para homenajear a un excelente y desdichado maestro. Para quién quiera profundizar, el sello ERATO dispone de la integral de las Sonatas de Doménico Scarlatti en versión de Scott Ross, todo un monumento discográfico de 34 CD´s. Entre los distintos clavecines empleados para la empresa, Ross también cuenta con el modelo que vemos en el vídeo, un David Bergmark Ley construido a mediados del siglo XX aunque, eso sí, siguiendo fielmente las estrictas tradiciones del Barroco.

 El Fandango se basa en un simple ritmo ostinato de la mano izquierda, el denominado Bajo de Alberti, sobre el que el padre Soler nos brinda toda una genial gama de recursos: Valientes y arriesgadas armonías, con constantes pasos en terceras y sextas; amplísimos saltos de intervalos; repetidos y difíciles cruces de manos; originales y bellísimos adornos con trinos prolongados y simples; sorprendentes cromatismos melódicos (Escalas ascendentes y descendentes de semitono en semitono); asombrosas modulaciones… En suma, todo un compendio de composición con un inconfundible aroma español en una partitura que es de mediados del siglo XVIII. Y es que, aunque muchos lo ignoren, el padre Antonio Soler fue el músico español más importante del período de la Ilustración.

 Por desgracia, no disponemos más que de unos datos genéricos sobre la biografía del padre Antonio Soler. Sabemos que nació en el gerundense pueblo de Olot el día de San Francisco Javier de 1729. Con tan sólo 6 años ingresó en la Escolanía del Monasterio de Montserrat, lugar en el que recibió sus primeras lecciones de teoría musical y órgano. Más tarde, se incorporó a la orden de los Jerónimos y recibió las órdenes sacerdotales en 1752. Llegó a ser maestro de capilla de la catedral de Lleida y posteriormente fue nombrado organista y maestro de coro del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Allí conoció a Doménico Scarlatti cuya influencia en la música del sacerdote va ser determinante. Realizó música religiosa para El Escorial componiendo unos más que interesantes villancicos pero su máximo arte está en el teclado. En su obra destacan 120 estupendas sonatas para clavecín, la mayoría en un movimiento, desarrollando así el estilo de Scarlatti, aunque también contamos con algunas que tienen más de un tema e incluso unas cuantas finalizan con una fuga. Aparte del Fandango aquí comentado, también destacan 6 Quintetos para órgano y cuarteto de cuerda y otros 6 Conciertos para dos órganos, todos ellos de una gran calidad e interés musical. El padre Soler se vio envuelto en una de las frecuentes disputas musicales teóricas del momento que reflejaban la tensión entre lo antiguo y lo moderno, y ello fue debido, en mayor medida, por la publicación en 1762 de su tratado Llave de modulación, muy discutido por algunos músicos y que actualmente ha caído en el olvido. Este período es muy importante en el desarrollo de la música española, de tal manera que otro sacerdote, el jesuita Antonio Eximeno, también publicó en Italia — estaba exiliado por orden de Aranda — su famoso tratado Del origen y reglas de la música, donde defiende el carácter de lenguaje de la música y que para algunos fundamenta el nacionalismo musical. Ello fue debido, sobre todo, a que años después el eminente Felipe Pedrell, pionero de la musicología en España, citó a Eximeno en su obra Por nuestra música (1912) confirmando tal pretensión nacionalista. Sin embargo, la famosa cita de Pedrell basada en Eximeno no aparece en el tratado de éste… ¡Paradojas de la vida! Finalmente, señalemos que el padre Antonio Soler falleció en el Monasterio de El Escorial el 20 de diciembre de 1783.  Humildemente, opinamos que su música aún no tiene el reconocimiento que se merece.