Frente a una serie de directores de orquesta cuya trayectoria artística está marcada por el brillo mediático de sus apariciones en las salas más celebradas del mundo, existe otro grupo de maestros para quienes la dirección orquestal es un proceso de lenta elaboración en lo más apartado de las cocinas musicales del panorama no ya internacional, sino incluso regional. Son los tradicionales Kapellmeisters germánicos que iniciaron su andadura casi al comenzar el siglo pasado y cuyo nombre sólo adquirió relevancia con el paso de los años. Nada de fulgurantes y aceleradas carreras artísticas, sino todo lo contrario: Trabajo duro y arduo con orquestas de segundo nivel y en teatros provinciales hasta ir escalando posiciones en la escala cualitativa de su trayectoria profesional. Sin embargo, no todos aquellos Kapellmeisters quisieron optar a cargos más estimulantes en virtud de su lógica progresión artística. Hubo quienes, llegado el caso, desearon permanecer en puestos de menor relevancia tal vez porque así mantenían el privilegio de hacer música a su manera y sin concesiones de ningún tipo. Günter Wand fue uno de esos maestros cuyo nombre va indefectiblemente asociado a las orquestas de radio alemanas. Su mayor mérito fue hacer lo mismo que otros aunque con un instrumento orquestal de menor categoría. De ahí que su labor sea cada día más apreciada y valorada.

 Günter Wand nació el 7 de enero de 1912 en Erbelfeld, Alemania, e inició allí sus estudios musicales antes de ingresar en el Conservatorio de Colonia bajo la tutela de los profesores Philip Jarnach en composición y Paul Baumgartner en piano. En Munich pudo recibir también clases de dirección orquestal de Franz von Hösslin, si bien puede afirmarse que en esta materia Wand fue un consumado autodidacta. Tras graduarse por completo de sus estudios musicales, Wand trabajó durante un año como repetidor en calidad de voluntario en Wuppertal (Erbelfeld) y allí logró materializar su debut como director mediante la representación de una opereta de Robert Stolz. Más tarde, Wand trabajó también como repetidor y director durante cuatro años en el Teatro de la Ópera de Allenstein, antaño Prusia y en la actualidad enclave polaco conocido como Olsztyn. Allí dirigió más de 600 representaciones operísticas y conciertos, con lo que adquirió una gran experiencia además de un extenso repertorio. Tras un breve paso como director en Detmold, Wand fue nombrado en 1939 segundo director de la Ópera de Colonia, ciudad en donde pasó los dramáticos años de la Segunda Guerra Mundial al tiempo que dirigía algún que otro concierto por Alemania. Ascendido al puesto de primer director en dicha institución, Wand se vio no obstante obligado a abandonar el cargo en 1944 como consecuencia de la destrucción del edificio a causa de los bombardeos aliados. De allí partió para Salzburgo en calidad de director de la Orquesta del Mozarteum para regresar nuevamente a Colonia tras finalizar la guerra y volver a hacerse cargo de la dirección de la ópera hasta 1948. Wand fue nombrado también director de la Orquesta Gürzenich de Colonia, formación que era la misma que la orquesta de la ópera aunque bajo esa denominación en lo relativo a orquesta de conciertos. Poco a poco, el director alemán fue introduciéndose en la música sinfónica y dejando a un lado la labor operística.

 En Colonia Günter Wand desarrolló una extraordinaria labor en favor de la música contemporánea, con estrenos de obras de Honegger, Messiaen y Hindemith entre otros autores. Su vinculación con la Orquesta Gürzenich se mantuvo hasta 1974, alternando dicha labor con el trabajo docente impartido en el conservatorio y con una extensa actividad como director invitado por toda Europa. En 1951 dirigió la integral sinfónica de Beethoven al frente de la Orquesta Sinfónica de Londres en el Covent Garden, obteniendo un triunfo arrollador, y también fueron habituales sus apariciones en Munich como director invitado de la Filarmónica. Durante los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, Wand desarrolló una gran labor en los estudios de grabación con la Orquesta Gürzenich que fue muy apreciada en Francia, Inglaterra y los EEUU por su comercialización a bajo coste. En 1974 Wand abandonó la titularidad de la Orquesta Gürzenich y partió para Suiza para hacerse cargo durante ocho años de la Orquesta Sinfónica de Berna. Aparte de realizar una brillante carrera internacional como director invitado, Wand no cortó del todo sus vínculos con Colonia y a partir de 1977 empezó a grabar con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia unos ciclos sinfónicos de Schubert y Bruckner que fueron muy bien recibidos por la crítica. En 1982 Wand fue nombrado director de la Orquesta Sinfónica de la Radio del Norte de Alemania (Hamburgo), formación con la que realizó las grabaciones de la música sinfónica de Beethoven y Brahms, aparte de un nuevo ciclo sinfónico de Bruckner, generalmente en base a tomas en directo. Wand se ganó una gran reputación como director pese a que su excesiva solicitud de ensayos previos a los conciertos hizo que algunas orquestas fuesen renuentes a contratarlo como director invitado. No obstante, Wand llegó a dirigir a la Orquesta Sinfónica de la BBC de Londres — de la que llegó a ser su principal director invitado — y a la Orquesta Sinfónica de Chicago en 1989 (tras once horas de ensayo para un sólo concierto de fácil repertorio) con un extraordinario éxito de crítica y público que apuntaló su prestigio internacional como director. A partir de entonces Wand colaboró estrechamente con la prestigiosa Orquesta Filarmónica de Berlín, realizando también un buen puñado de grabaciones discográficas. Tras haber dirigido unas memorables series sobre Bruckner en el Festival de Edimburgo, Wand dirigió su último concierto en Hamburgo en octubre de 2001 antes de fallecer en las cercanías de Berna el 14 de febrero de 2002 a los noventa años de edad.

 Günter Wand fue uno de los más directos representantes de la escuela artesanal alemana de la dirección de orquesta. Curtido a lo largo de su trayectoria en orquestas de segundo nivel y de radio, siempre rehuyó del protagonismo de otras figuras de su generación y entendió la dirección orquestal como un arte que hay que trabajar desde el laboratorio. Su técnica de dirección no fue especialmente relevante en un director acostumbrado a trabajar exhaustivamente durante los ensayos hasta conseguir el punto adecuado de la intensidad interpretativa. Incondicional admirador de Furtwängler, no obstante Wand supo sintetizar en sus versiones la visión subjetiva con una profunda fidelidad y rigor a la partitura, cuestión en absoluto sencilla y que logró, especialmente en sus últimos años, ofrecer unas versiones muy apreciadas del repertorio romántico alemán. Muy limitado en el entorno geográfico europeo, Wand fue un asiduo de los estudios de grabación que nos legó muchas lecturas alternativas a las consideradas como clásicas y que, en muchos aspectos, no tienen nada que envidiar de estas últimas. Sus ejecuciones fueron célebres por la precisa atención en el detalle y el exquisito cuidado en materia de corrección estilística. Sin poder ser considerado como una de las más grandes figuras de su época debido a su escasa animosidad para dirigir fuera del ámbito centroeuropeo, Wand ofreció lo mejor de sí mismo al final de su carrera coincidiendo con su período de máxima madurez. En la actualidad, sus registros discográficos van adquiriendo cada vez mayor protagonismo y su figura está siendo sometida a un justo proceso de revalorización.

 De entre la producción discográfica debida a Günter Wand podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Sinfonías nº6, 8 y 9 de Beethoven dirigiendo la Sinfónica de la Radio del Norte de Alemania (RCA 89109 — integral sinfónica); Sinfonía nº1 de Brahms dirigiendo la Sinfónica de la Radio del Norte de Alemania (RCA 89103 – integral sinfónica); Sinfonías nº5, 8 y 9 de Bruckner dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia (RCA 663930 — integral sinfónica); Sinfonía nº76 de Haydn dirigiendo la Sinfónica de la Radio del Norte de Alemania (PROFIL 5045); Sinfonías nº5 y 8 de Schubert dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia y la Filarmónica de Munich (RCA 60100 y PROFIL 6008); y, finalmente, Concierto para piano de Schumann, junto a Walter Gieseking y dirigiendo la Sinfónica de la Radio de Colonia (MEDICI 17-2). Nuestro humilde homenaje a este gran maestro de la dirección orquestal.