Heinz Holliger

 Nacido en Langenthal, al norte de Berna, el 21 de mayo de 1939, el suizo Heinz Holliger es sin lugar a dudas el oboísta más famoso de nuestros tiempos, entre otros motivos, por haber mostrado siempre un excepcional interés en aportar nuevas mejoras técnicas al instrumento. A sus dotes de prodigioso intérprete de ese endiablado instrumento llamado óboe, Holliger suma las facetas de director, maestro y compositor. Además, muchos de los compositores del siglo XX y XXI le han dedicado partituras. Heinz Holliger es capaz de elevar al oyente en cualquiera de sus conciertos a los más inesperados ambientes sonoros. A pesar del pesimismo de muchas de las obras que interpreta, acordes con la expresiva sonoridad del instrumento, Holliger dota a sus interpretaciones de una ligereza especial, de una dulzura sobrecogedora que acaba por embrujar a los más variados auditorios.

 Heinz Holliger inició sus estudios musicales a muy temprana edad, ingresando en el Conservatorio de Berna para recibir lecciones de óboe de parte de Émile Cassagnaud y de piano a cargo del profesor Sava Savoff. También estudió composición bajo la tutela de Sándor Veress. Finalizados sus estudios en Suiza, el joven Holliger parte rumbo a París para completar su formación y se pone a las órdenes de Pierre Pierlot, insigne oboísta y pedagogo, y de la pianista Yvonne Lefébure. En 1959, con apenas veinte años cumplidos, logra el primer premio del Concurso Internacional de Ginebra y un año más tarde el premio al mejor solista en la Tonkünstlerverein de Suiza. Pero el mayor logro lo consigue en ese mismo año al hacerse con el primer premio el Concurso Internacional de Munich, galardón que requiere una madurez académica considerable y que le abrió las puertas de los escenarios más importantes de Europa. Alternó desde entonces su carrera como concertista con su labor como oboe solista en la Basler Sinfonie Orchester, cargo en el que se mantuvo durante tres años. Además, junto con su esposa Ursula, arpista y catedrática del Conservatorio de Berna, creó un ensemble de cámara. En 1961, Holliger decide completar su formación como compositor y recibe clases de Pierre Boulez durante dos años en la Musikakademie de Basilea.

 Su carrera como concertista de óboe le ha llevado por los principales escenarios del mundo y, ya sea como oboísta o compositor, Holliger se mantiene hoy en día en perpetua e incansable búsqueda e investigación de una realización personal multiforme a través de sus obras e interpretaciones, acciones que comparte con su labor pedagógica en el Conservatorio de Friburgo donde imparte lecciones de óboe. Puede decirse con seguridad que pocos músicos de la actualidad han logrado alcanzar una precisión técnica con su instrumento tan sorprendente. Una técnica de ejecución extremadamente virtuosa unida a una personalidad compleja, culta y muy fértil, le ha consagrado como una de las mayores figuras del panorama musical contemporáneo. El resurgimiento del óboe como instrumento solista durante el último tercio del siglo XX le debe mucho a Heinz Holliger, un maestro de innato instinto artístico.

 Para Heinz Holliger, el óboe se fue convirtiendo paulatinamente en un medio de investigación del sonido a través del cual podía crear nuevas combinaciones sonoras e innovadoras acrobacias musicales tales como trinos dobles, producción de armónicos dobles y simples, glissandi, acordes, diversos efectos con la ayuda de la lengua o con la ayuda de un micrófono, etc… Tanto para la ejecución de una obra propia como ajena, Holliger anotaba minuciosamente cada uno de los pequeños detalles de la embocadura, respiración y el modo en que iban a afectar éstos a la calidad final del sonido y también los posibles ruidos que podían producirse en el transcurso de la emisión. Otra interesantísima aportación de Holliger ha sido la ruptura de una suerte de maldición que sufría el óboe — y muchos instrumentos de viento — al considerarse como un mero instrumento secundario. Holliger logró reintegrar el óboe al puesto de honor que se merece y que había ocupado en otros períodos de la historia de la música, particularmente en los siglos XVII y XVIII. Para una buena parte de la crítica, la herencia estilística de Holliger es claramente de origen francés, dados los maestros que le aleccionaron. La emisión de su sonido es extremadamente personal, de inmediato reconocimiento para el oyente, plena de brillantez y delicadeza. Sus fraseos, unidos a un profundo control del aire y de la respiración, delatan una depuradísima técnica que en muchos momentos roza la más absoluta e ideal perfección musical. Holliger cuenta en su haber con el prestigiosísimo premio danés Sonning y asimismo logró el Premio del Festival de Zurich en 2007.

 La aportación discográfica de Heinz Holliger es fundamental para el repertorio del óboe y supone un verdadero monumento que enriquece el Patrimonio Artístico de la Humanidad. Entre sus grabaciones, podemos destacar la serie completa de los Doce Conciertos para óboe de Albinoni, Op. 9, acompañado por I Musici (PHILIPS-BAROQUE) y  los Ocho Conciertos para óboe de Albinoni, Op. 7, acompañado por la Camerata de Berna dirigida por Hans Elhorst (ARCHIV PRODUKTION); los Tres Conciertos para óboe BWV 1053, 1055 y 1059 de Bach, acompañado por la Academy of St. Martin-in-the-Fields dirigida por Iona Brown (PHILIPS); las Trío-Sonatas BWV 525-530 de Bach, acompañado por Jaccottet, Zimmermann y Devenga (PHILIPS); el Concierto para violín y óboe BWV 1060 de Bach, acompañado por Gidon Kremer y la Academy of St. Martin-in-the-Fields (PHILIPS); el Concierto para óboe de Cimarosa, acompañado por la Academy of St. Martin-in-the-Fields dirigida por Kenneth Sillito (PHILIPS); los 3 Conciertos para óboe de Dittersdorf, acompañado por la Camerata de Berna dirigida por Thomas Füri; el Concierto para óboe, arpa y orquesta de Lutoslawski, acompañado por Ursula Holliger y la Orquesta Sinfónica de la Radiodifusión Bávara dirigida por Witold Lutoslawski (PHILIPS); los 6 Conciertos «La Cetra» de Marcello, acompañado por la Camerata de Berna (ARCHIV PRODUKTION); el Concierto para óboe K. 314 de Mozart, acompañado por la Academy of St. Martin-in-the-Fields dirigida por Sir Neville Marriner (PHILIPS); el Triple Concierto de Salieri, acompañado por Füri y Devenga y la Camerata de Berna (ARCHIV PRODUKTION); diversas obras para óboe y piano de Robert Schumann, acompañado por Alfred Brendel (PHILIPS); y, finalmente, los Conciertos para óboe RV 446, 447, 452, 454, 463 y 545 de Vivaldi, acompañado por I Musici (PHILIPS). Nuestro humilde homenaje a este irrepetible músico y solista.