Leonard Edward Slatkin

Leonard Edward Slatkin nació el 1 de septiembre de 1944

Leonard Edward Slatkin nació en Los Angeles, EEUU. Durante muchas décadas, los EEUU de América se convirtieron en la tierra prometida para numerosos directores de orquesta procedentes de Centroeuropa. Una cierta libertad de programación apartada de los circuitos tradicionales, una gestión radicalmente distinta de las orquestas y unos salarios realmente competitivos provocaron el éxodo de una legión de maestros europeos que pronto se vio reforzada por la inestabilidad política surgida en Europa a lo largo de la década de los años treinta del pasado siglo y el posterior estallido de la Segunda Guerra Mundial. Alemanes, austríacos, rusos y, especialmente, húngaros, marcaron la actividad interpretativa sinfónica de los EEUU durante un prolongado período de tiempo. Hasta la aparición de Leonard Bernstein, ningún director nacido en los EEUU había alcanzado una relevancia internacional considerable. Poco después, surgieron dos maestros autóctonos — James Levine y James Conlon — cuyo ámbito de actuación se centró, al menos en una primera fase, en la ópera. Paralelamente, y totalmente desvinculado del circuito operístico, emergió la figura de Leonard Edward Slatkin, un director especializado en hacer funcionar a las orquestas norteamericanas consideradas como de segunda fila. Su labor durante muchos años al frente de la Orquesta Sinfónica de San Luis y de la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington sólo puede ser calificada como de admirable. En la actualidad, Slatkin pasa por ser uno de los mejores y más populares directores norteamericanos de su generación.

Leonard Edward Slatkin nació en el seno de una familia que procedía de Ucrania y cuyo apellido original era Zlotkin. Su padre había sido el fundador del Hollywood String Quartet mientras que la madre ejercía como violoncelista en dicho cuarteto. La vocación musical de Leonard se despertó muy pronto y desde los tres años recibió sus primeras nociones musicales de violín y piano a cargo de sus padres antes de ingresar en la Universidad de Indiana y en Los Angeles City Collage. De ahí pasó a la prestigiosa Juilliard Scholl de Nueva York para estudiar dirección orquestal bajo la tutela de Jean-Paul Morel. El debut de Slatkin como director se produjo en 1966, con tan solo 22 años cumplidos, cuando fue designado director artístico de la Joven Orquesta Sinfónica de Nueva York. Dos años más tarde, Walter Süsskind le nombró director asistente de la Orquesta Sinfónica de San Luis, entidad en la que permanecería hasta 1977 en una primera etapa y en donde llegó a fundar, en 1970, la Joven Orquesta Sinfónica de San Luis como cantera de los instrumentistas de la formación principal. Tras un breve paso por la Orquesta Sinfónica de Nueva Orleans (refundada como Orquesta Filarmónica de Louisiana en 1991), Leonard Edward Slatkin regresó a San Luis en 1979 ya en calidad de director musical de la Orquesta Sinfónica. Durante su mandato, que se prolongó hasta 1996, la formación de Missouri adquirió un enorme prestigio y se estableció como una de las mejores orquestas norteamericanas del momento, realizando giras por Europa y el Lejano Oriente al tiempo de desarrollar una copiosa producción discográfica. De forma paralela, Slatkin fue designado director invitado de la Orquesta Sinfónica de San Francisco durante los últimos años de la década de los setenta y primeros de la de los ochenta. En 1996, y luego de que la Orquesta Sinfónica de San Louis le hubiese designado director laureado después de su partida, Slatkin se hizo cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington (aquello le costó un cierto disgusto personal: Slatkin era un fanático seguidor del equipo de béisbol de los Cardinals de San Luis y siempre manifestó su pena por no poder asistir a los partidos desde su nuevo cargo en Washington…).

Slatkin permaneció al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional hasta 2008 y, durante este intervalo, realizó una serie de grabaciones discográficas con el sello RCA hasta que dicha firma renunció a las producciones de música clásica. Durante sus últimos años en esta formación, se hicieron públicas las desavenencias entre los profesores de la orquesta y la programación impuesta por Slatkin, aparte de que también surgieron tensiones por sus polémicos métodos de ensayos. Episodios del todo similares sucedieron entre 2000 y 2004, período en el que Slatkin fue director titular de la Orquesta Sinfónica de la BBC de Londres luego de unos años previos como principal director invitado de la London Philharmonia. A Slatkin se le acusó, no sin razón, de pesetero y de mantener una política del todo reunente a las entrevistas y declaraciones tras los conciertos (Slatkin siempre ha mirado mucho por sus remuneraciones económicas. Durante su última temporada como director titular en la Orquesta Sinfónica de San Luis, su salario anual llegó a ser cercano al millón de dólares, algo realmente desorbitado. No es de extrañar entonces que la formación pasara por un momento de crisis financiera en años posteriores que puso en serio peligro la supervivencia de dicha orquesta). En 2004, Slatkin fue designado director invitado de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles por un período de tres años, cargo que alternó con el de director también invitado de la Royal Philharmonic de Londres a partir de 2005. Desde entonces, su carrera como director invitado se ha desarrollado por Europa — es un director muy requerido en España durante las sesiones regulares de la Orquesta Nacional de España — y América con un prestigio ciertamente estimable. Asesor musical de la Orquesta Sinfónica de Nashville desde 2006 y principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh desde 2008, Slatkin no le hace ascos a ninguna proposición laboral (siempre que esté acompañada de una interesante remuneración, por supuesto) y de esta forma también ha aceptado el cargo de director musical de la Orquesta Sinfónica de Detroit desde 2008 hasta 2013 (esta orquesta pasa en la actualidad por un delicado momento financiero y, al parecer, Slatkin ha rebajado sus pretensiones económicas). Slatkin también ha firmado un compromiso — y eso que en 2009 sufrió un infarto mientras actuaba en Holanda, sin duda ocasionado por el exceso de trabajo — para dirigir en calidad de titular a la Orquesta Nacional de Lyon a partir de la próxima temporada.

Leonard Edward Slatkin es un director cuya mayor reputación es la de educador de orquestas. Tanto en la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington como en la Orquesta Sinfónica de San Luis, Slatkin tomó a su cargo dos formaciones de mediana calidad artística para convertirlas en dos de los mejores conjuntos norteamericanos. Poseedor de un oído excepcional y de una técnica de batuta tan clara como enérgica, Slatkin presenta unos modos ciertamente autoritarios a la hora de dirigir que en ocasiones no son muy aceptados por los profesores de las orquestas pese a que los resultados artísticos obtenidos están fuera de toda duda. Si bien su repertorio se ha centrado en la música norteamericana, británica y rusa, su compromiso con la música contemporánea ha sido total y ello también le ha provocado ciertas tensiones con las orquestas que han estado bajo su batuta, poco animosas a una programación indefectiblemente heterodoxa. En sus últimos años, Slatkin ha adoptado modos de dirección realmente particulares en donde, en ocasiones, baja los brazos y deja de dirigir, permitiendo que la música fluya directamente de la orquesta a semejanza de un ensayo. Cuatro días después de los terribles atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, Slatkin tuvo que dirigir el concierto de Last Night of the Proms en Londres en un ambiente de profunda tristeza que contrastaba con el sentido festivo tradicional de esta cita. Tras una memorable y emotiva versión del Adagio para cuerdas de Barber, Leonard Edward Slatkin confesó haberse derrumbado en el camerino.

De entre la producción discográfica debida a Leonard Edward Slatkin podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Sinfonía nº1 de Barber dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (RCA 60732); Adagio para cuerdas de Barber dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (EMI 74287); las 2 Serenatas de Brahms dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (RCA 7920); Fantasía escocesa para violín de Bruch, junto a Lin Cho-Liang y dirigiendo la Sinfónica de Chicago (CBS 42315); Sinfonía para órgano y orquesta de Copland dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (RCA 68292); Sinfonía nº3 de Copland dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (RCA 60149); selección de piezas orquestales de Copland dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (EMI 48645); Variaciones Enigma de Elgar dirigiendo la Filarmónica de Londres (RCA 60073); Concierto para piano de Gershwin, junto a Jeffrey Siegel y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (VOX BOX 5007); Cuadros de una exposición de Mussorgski en distintas orquestaciones dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (VOX 7208); Cinderella de Prokofiev dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (RCA 5321); Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov, junto a Abbey Simon y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (VOX BOX 5008); los 4 Conciertos para piano de Rachmaninov, junto a Abbey Simon y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de San Luis (VOX BOX 5008); Fuegos artificiales de Stravinski dirigiendo la Orquesta Filarmónica Nacional (RCA 5661); 5 Canciones místicas de Vaughan Williams, junto a Thomas Allen y dirigiendo la Sinfónica de la BBC (WARNER 4619562); y, finalmente, Suite de Henry V de Walton dirigiendo la Filarmónica de Londres (SONY 710203). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.