En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar la introducción de la extraordinaria obra compuesta por Luigi Nono, Como una ola de fuerza y luz, para piano, soprano, orquesta y cinta magnética. Esta composición fue comenzada en 1971 a sugerencia del pianista Maurizio Pollini. Cuando Nono estaba enfrascado en la partitura supo de la muerte del activista revolucionario chileno Luciano Cruz y decidió dedicarle la obra añadiendo las partes de soprano y cinta magnética. El resultado global es una pieza concebida como un lamento en la que abundan las expresiones de dolor y de rabia. A la manera de un réquiem, la partitura es profundamente expresiva y emocionante, por lo que recomendamos encarecidamente la audición completa de la misma a través de los distintos enlaces del canal de vídeo. La versión que se ofrece se corresponde con una lectura debida a la soprano Ursula Reinhardt-Kiss y Giuseppe La Licata al piano junto con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Leipzig dirigida por el maestro Herbert Kegel. Esta grabación se encuentra disponible en el sello BERLIN CLASSICS (Ref 2141).

 A la generación estructuralista del serialismo integral se la ha conocido a veces como Escuela de Darmstadt debido a que dicha ciudad alemana cercana a Frankfurt fue el centro de reunión de la vanguardia desde que en 1946 el musicólogo Wolfgang Steinecke estableciera allí un curso de verano donde se realizaron las más importantes aventuras de la vanguardia serial. Aunque su importancia primordial no vaya más allá de la mitad de los años sesenta del siglo pasado, Darmstadt fue un referente para todos los jóvenes músicos del mundo, un lugar de peregrinaje y un foco desde el que se dictaban las normas de la nueva música. Su importancia fue decayendo simplemente porque su semilla germinó en muchos sitios y ya no fue imprescindible. Si bien en algunas ocasiones Darmstadt se ha presentado como un círculo cerrado y estricto, lo cierto es que desde allí se dieron salida a músicas de lo más variado. El veneciano Luigi Nono fue uno de los compositores más importantes y uno de los primeros maestros de la Escuela de Darmstadt.

 Luigi Nono nació en Venecia el 29 de enero de 1924 en el seno de una familia de artistas e inició su formación musical en el Conservatorio de Venecia con Gian Francesco Malipiero. Tras licenciarse también en Derecho, Nono recondujo sus estudios musicales con Bruno Maderna y Hermann Scherchen. A partir de 1950 empezó a ser un compositor muy apreciado en Alemania y cinco años más tarde contrajo matrimonio con la hija de Schönberg. Militante activo del Partido Comunista Italiano, durante la década de los años cincuenta del siglo pasado se convirtió en una figura clave de la vanguardia de posguerra merced a su trabajo en la Escuela de Darmstadt. Sin embargo, el tema de la aleatoriedad en la música suscitó en él ciertas reservas que se manifestaron en una célebre discusión con Stockhausen y una aún más grave y violenta con John Cage en 1959 que le llevó a abandonar Darmstadt y a emprender nuevos caminos. Durante este tiempo, Nono se sirvió de sonidos y texturas innovadoras dentro de una serie de obras teatrales basadas en la temática socialista. Más tarde, en los años sesenta, la creatividad de Nono se orientó hacia la electrónica y la amplificación, con obras también basadas en el tema político y articuladas en torno a la interpretación vocal. Ya en los ochenta, Nono prosiguió su experimentación en el teatro musical con nuevos recursos técnicos y dejando un tanto de lado el tema político para concentrarse en la naturaleza de la música. Nono falleció en Venecia el 8 de mayo de 1990.

 Aunque murió antes de terminar el siglo XX, la evolución de Luigi Nono fue evidente aunque siempre se mantuvo en parámetros cercanos a la modernidad con un trasfondo de militancia política en ocasiones retórico. Muchas de sus obras están marcadas por el compromiso ideológico aunque éste se suele ver superado por un sincero mensaje de humanidad que opone la libertad al totalitarismo. Sus obras corales tienen un enorme interés dentro de la música de su generación y en su última etapa abandonó el puntilloso serialismo para confiar cada vez más en los medios electroacústicos, solos o con mezcla de voces e instrumentos. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a su figura.