Sin lugar a dudas, Arturo Toscanini fue el prototipo de director virtuoso cuya fascinante personalidad influyó posteriormente en la pléyade de directores de orquesta italianos de la siguiente generación. El ya famoso autoritarismo de Toscanini fue recogido, para lo bueno y lo malo, por el que tal vez haya sido el director más italiano en el sentido tradicional. Si bien Carlo Maria Giulini y Claudio Abbado se mantuvieron estrechamente vinculados al sinfonismo centroeuropeo, Riccardo Muti se sintió más atraído por otros repertorios, como el ruso, aun sin descuidar la tradición operística italiana y el propio sinfonismo alemán (ejecutado más bien como brillantes piezas de ejercicio que como aportaciones interpretativas específicamente suyas). Pero, al igual que Toscanini, a Muti comenzó a perseguirle una fama de severo y autoritario que hacía su presencia sobre el atril muy desagradable para los profesores de las orquestas. Se creó incluso la leyenda de que Muti era un joven tirano al que ninguna orquesta quería por su despotismo sobre el podio. Sin embargo, las cosas distaban mucho de ser realmente así y Muti llegó a ser uno de los directores más reconocidos del mundo por la limpieza de su oficio, la rectitud y lo acertado de sus interpretaciones. El que un músico extremadamente crítico y disciplinado demostrase ya en su juventud un dominio de múltiples lenguajes musicales le hizo avanzar rápidamente hacia los primeros puestos de su especialidad. En opinión de muchos especialistas, ver en directo a Riccardo Muti no deja de recordar la vehemencia penetrante y la voluntad enérgica ejercida por Toscanini décadas atrás.

Riccardo Muti nació el 28 de julio de 1941 en Nápoles y en el seno de una familia con grandes aficiones musicales en donde el padre ejercía como médico. De él recibió Muti sus primeras nociones musicales hasta que ingresó en el Conservatorio de Nápoles para estudiar piano con el profesor Vincenzo Vitale al tiempo que preparaba la carrera de filosofía en la Universidad de Nápoles. Años más tarde, Muti se traslado hasta Milán para perfeccionar sus estudios musicales y allí recibió clases de composición y dirección bajo la tutela de los profesores Bruno Bettinelli y Antonino Votto, este último asistente de Toscanini en La Scala. Habiendo tomado parte en los cursos de dirección orquestal impartidos por Franco Ferrara en 1965 en Venecia, dos años más tarde Muti fue el primer italiano en conquistar la Competición de Dirección Orquestal Guido Cantelli celebrada en Milán. Aquel galardón le posibilitó dirigir para algunas de las emisoras de la RAI y ofrecer algunos conciertos en Checoslovaquia. En 1969, Muti debutó como director en el Teatro Comunale de Florencia con tanto éxito que un año después fue designado director musical del Mayo Musical Florentino, cargo en el que permaneció hasta 1982. Su carrera como director empezó a subir como la espuma y así, en 1970, ya había debutado en La Scala y un año después en el Festival de Salzburgo. Ya en 1972, la imparable trayectoria artística de Muti le llevó a dirigir como invitado a la Orquesta Filarmónica de Berlín, a la Orquesta de Filadelfia y a la New Philharmonia Orchestra, formación esta última que decidió nombrarle de inmediato director titular en relevo de Otto Klemperer a partir de 1973, manteniéndose en el cargo hasta 1982 y siendo entonces nombrado director laureado de dicha formación. Bajo su mandato, la formación londinense se convirtió en una de las orquestas más representativas de Inglaterra y las peticiones para realizar giras y grabaciones discográficas se sucedieron.

En 1982, y una vez que hubo dejado sus anteriores cargos en Florencia y Londres, Muti se centró en la titularidad de la Orquesta de Filadelfia, formación con la que ya venía colaborando desde años atrás y en donde tuvo el honor de suceder al mítico Eugen Ormandy en 1980 y hasta 1992. La formación de Filadelfia no pudo haber encontrado a un director más adecuado a su cultura sonora y, pese a resultar un tanto más rudo que su antecesor, consiguió dotar a la orquesta de un elegante sello propio caracterizado por un repertorio muy tradicional y un estilo perfeccionista y brillante, siendo sus registros sinfónicos de la obra de Beethoven y Brahms muy bien acogidos por la crítica. Ya en 1986, Muti sucedió a Claudio Abbado como director musical del Teatro de La Scala hasta 2005, año en que renunció al cargo por sus diferencias con el director general Carlo Fontana. Con todo, cada una de sus actuaciones al frente de La Scala constituyó un acontecimiento y especialmente en las funciones inaugurales de cada temporada. Director también de la Orquesta Filarmónica de La Scala desde 1987, Muti se consagró como una de las mayores figuras musicales de su época y fue constantemente requerido por las principales orquestas del mundo (Filarmónica de Berlín, Filarmónica de Viena — dirigió las ediciones de 2000 y 2004 del tradicional Concierto de Año Nuevo –, Sinfónica de Chicago, Sinfónica de Boston…) para dirigir en calidad de invitado, realizar giras internacionales y protagonizar relevantes grabaciones discográficas. Luego de haber rechazado la petición de suceder a Lorin Maazel como director titular de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, Muti aceptó el cargo de director musical de la Orquesta Sinfónica de Chicago en 2010, cargo que actualmente alterna con la dirección musical del Teatro de la Ópera de Roma. En los últimos años, Muti ha tenido que ser hospitalizado en alguna ocasión por exceso de trabajo, llegando a fracturarse la mandíbula como consecuencia de un desmayo sufrido mientras ensayaba con la Orquesta Sinfónica de Chicago y que le obligó a ser intervenido quirúrgicamente de urgencia. En 2011, Muti recibió el premio Birgit Nilsson, galardonado con más de un millón de dólares, por su extraordinaria contribución al mundo de la música.

Siendo uno de los directores más notables de su generación, Riccardo Muti ha sido considerado en base a sus características interpretativas como el heredero más dotado de Toscanini. Su facilidad para transmitir música es tan natural como quien habla o realiza otra función humana habitual. Su actitud ante la orquesta es tensa y expectante, con una atenta mirada que está siempre alerta a la claridad de la exposición y a la firmeza del discurso. La gran personalidad desprendida en su presencia sobre el podio le hace buscar con afán el pulimento sonoro y el máximo equilibrio entre las dinámicas y los ritmos. Su estilo de batuta, claro, vigoroso y potente, se asienta en una fidelidad absoluta a la partitura (a semejanza de Toscanini) aunque siempre tratando de encontrar una belleza sonora que va mucho más allá del plano meramente objetivo. Dotado de una portentosa inteligencia musical, Muti se ha destacado como una de las pocas figuras que han triunfado tanto en los coliseos operísticos como en las salas sinfónicas. Comprometido con la música de su tiempo, Muti se ha mostrado como un director veraz que no ha dudado en rechazar proyectos que implicaban obligaciones comerciales e incluso políticas.

El extenso repertorio de Muti abarca desde las creaciones del tránsito clásico-romántico hasta la música del siglo XX con una especial predilección por Verdi, de quien, a juicio de los especialistas, es su mejor traductor en la actualidad. Hombre en absoluto simpático, no obstante su figura se eleva sobre los puestos más altos de la dirección orquestal y exige siempre los mejores mimbres a su alrededor. Merced a su autoridad y conocimiento, Muti siempre consigue hacerse entender y convencer dentro de una trayectoria en la que camina con paso tan firme como seguro. Su gesto es tan amplio y elegante que algunos críticos han aludido a que Muti es un director neoclásico, definición que hay que tomarse como un cumplido en unos tiempos en los que abunda la estandarización de lo vulgar. Admirador de Karel Ancerl, Muti mantuvo una muy cordial relación con Herbert von Karajan a pesar de que se le acusó al maestro austríaco de querer reventar la imparable trayectoria de Muti ofreciéndole el regalo envenenado de dirigir en 1979 en Salzburgo una ópera mozartiana (el último precedente italiano había sido el de Toscanini treinta años atrás y no con mucha fortuna). Muti no sólo aceptó el envite, sino que al año siguiente repitió el éxito con otra producción mozartiana. En otra ocasión, Karajan había grabado la Segunda Sinfonía de Brahms justo unas horas antes de que Muti interpretara esta misma obra durante un concierto como invitado de la Orquesta Filarmónica de Berlín. El viejo maestro salzburgués, con un agudo sentido del humor, le dijo a Muti: –«¿Cómo van esos ensayos? ¿No me dirás que no te he preparado bien la orquesta, eh?»—  Muti, cuando aún no era muy conocido en España, se presentó en Madrid al frente de la Orquesta Nacional de España en 1970, repitiendo dos años más tarde. Nada más acabar la pieza que abría su primer concierto, Muti observó el rostro de una mujer en el palco que le era del todo conocido aunque no sabía de qué. Finalizado el concierto, Muti cayó en la cuenta de que esa mujer no era otra que la entonces Princesa Sofía y ambos se dedicaron fotos y autógrafos.

De entre la producción discográfica debida a Riccardo Muti podemos mencionar la siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): La integral sinfónica de Beethoven dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 74275, 73424, 73729, 73569 y 73284); Concierto para piano nº3 de Beethoven, junto a Sviatoslav Richter y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 64750); I Capuleti e I Montecchi de Bellini, junto a Baltsa, Gruberova, Howell y Tomlinson, y dirigiendo la Orquesta del Covent Garden (EMI 64846); I Puritani de Bellini, junto a Caballé, Kraus, Hamadi y Ferrin, y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 9149); Norma de Bellini, junto a Kavrakos, Eaglen, Mei y La Scola, y dirigiendo la Orquesta del Mayo Musical Florentino (EMI 55471); Sinfonía Fantástica de Berlioz dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 73554); la integral sinfónica de Brahms dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (PHILIPS 470942 — integral sinfónica en 3 CD´s); la integral sinfónica de Chaikovski dirigiendo la Philharmonia Orchestra y la Orquesta de Filadelfia (BRILLIANT 99792 — integral sinfónica en 7 CD´s); Suite de El lago de los cisnes de Chaikovski dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (BRILLIANT 99792); selección de piezas orquestales de Chaikovski dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 9435); selección de Misas de Cherubini dirigiendo la Filarmónica de Londres (EMI 585258); Don Pasquale de Donizetti, junto a Furlanetto, Gallo, Kunde y Focile, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (ARTHAUS 107207); Sinfonía nº5 de Dvorak dirigiendo la Orquesta Sinfónica de la Radio Bávara (vídeo de referencia desconocida); Suite nº2 de El sombrero de tres picos de Falla dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 63572); Orfeo ed Euridice de Gluck, junto a Baltsa, Gruberova y Marshall, y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 48270); Música acuática de Haendel dirigiendo la Filarmónica de Berlín (EMI 73288); La Creación de Haydn, junto a Vermillion, Popp, Ramey y Araiza, y dirigiendo la Filarmónica de Viena (ARTHAUS 101479); I pagliacci de Leoncavallo, junto a Scotto, Benelli, Carreras y Allen, y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 63650); Sinfonía nº1 de Mahler dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 74963); Cavalleria rusticana de Mascagni, junto a Caballé, Carreras, Hamadi y Varnay, y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 63650); La africana de Meyerbeer, junto a Jessey Norman y dirigiendo una orquesta desconocida (OPERA D´ORO 1467); Così fan tutte de Mozart, junto a Bruscantini, Araiza, Battle y Morris, y dirigiendo la Filarmónica de Viena (ARTHAUS 107219); La flauta mágica de Mozart, junto a O´Neill, Groves, Pape y Ulrich, y dirigiendo la Filarmónica de Viena (DECCA 823209); Don Giovanni de Mozart, junto a Allen, Gruberova, Araiza y Murray, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (OPUS ARTE 3001); Las bodas de Figaro de Mozart, junto a Allen, Price, Gavazzi y Rydl, y dirigiendo la Filarmónica de Viena (EMI 47978); selección de Sinfonías de Mozart dirigiendo la Filarmónica de Viena (PHILIPS 462906); Stabat Mater de Pergolesi, junto a Frittoli y Antonacci, y dirigiendo la Orquesta Filarmónica de La Scala (EMI 56174); Tosca de Puccini, junto a Sammaritano, Licitra, Nucci y Guleghina, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EUROARTS 2057928); Concierto para piano nº3 de Rachmaninov, junto a Andrei Gavrilov y dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 85779); Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov, junto a Andrei Gavrilov y dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 85779); Rapsodia española de Ravel dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 63572); selección de obras orquestales de Respighi dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 47316); Guillermo Tell de Rossini, junto a Zancanaro, Studer, Merrill y Felle, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (PHILIPS 422391); selección de Oberturas de Rossini dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 47118); Stabat Mater de Rossini, junto a Cleobury, Gambill, Howell y Baltsa, y dirigiendo la Orquesta del Mayo Musical Florentino (EMI 68658); la integral sinfónica de Schubert dirigiendo la Filarmónica de Viena (EMI 74808 — integral sinfónica en 4 CD´s); la integral sinfónica de Schumann dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 71497 — integral sinfónica en 2 CD´s); la integral sinfónica de Scriabin dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 67720 — integral sinfónica en 3 CD´s); selección de valses y polkas de Johann Strauss dirigiendo la Filarmónica de Viena (EMI 67323); El pájaro de fuego de Stravinski dirigiendo la Orquesta de Filadelfia (EMI 47099); Aida de Verdi, junto a Domingo, Caballé, Cossotto y Ghiaurov, y dirigiendo la New Philharmonia (EMI 67617); Attila de Verdi, junto a Ramey, Studer, Zancanaro y Shicoff, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 49952); Don Carlo de Verdi, junto a Pavarotti, Dessi, Ramey y Coni, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 54867); Ernani de Verdi, junto a Freni, Domingo, Bruson y Ghiaurov, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 47083); Falstaff de Verdi, junto a Flórez, Maestri, Frittoli y Di Nissa, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EUROARTS 2051279); I vespri siciliani de Verdi, junto a Merritt, Zancanaro, Studer y Furlanetto, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 54043); Il trovatore de Verdi, junto a Nucci, Frittoli, Licitra y Urmana, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (SONY 89553); La forza del destino de Verdi, junto a Freni, Zancanaro, Domingo y Zajic, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 47485); La traviata de Verdi, junto a Fabbricini, Curiel, Alagna y Coni, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (SONY 90457); Macbeth de Verdi, junto a Milnes, Cossotto, Carreras y Raimondi, y dirigiendo la New Philharmonia Orchestra (EMI 67128); Nabucco de Verdi, junto a Manuguerra, Scotto, Ghiaurov y Luchetti, y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 47488); Otello de Verdi, junto a Antenello, Costello, Di Castri y Poplaskaya, y dirigiendo la Filarmónica de Viena (C MAJOR 701504); Rigoletto de Verdi, junto a Zancanaro, Dessi, La Scola y Pertusi, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 49605); Un ballo in maschera de Verdi, junto a Arroyo, Domingo, Van Allan y Cossotto, y dirigiendo la Philharmonia Orchestra (EMI 66510); y, finalmente, Las cuatro estaciones de Vivaldi, junto a Giulio Franzetti y dirigiendo la Orquesta Filarmónica de La Scala (EMI 73298). Ofrecemos también un interesante vídeo en donde Muti explica su relación con la Philharmonia Orchestra. Nuestro humilde homenaje a este fabuloso director de orquesta.