Niebla

Si al pensar en ti descubro neblinas,
aires de duda que buscan razón,
lloran mis ojos por ver tan divinas
ciertas lágrimas de mi corazón.

¿Cómo empezó en instante añorado?
Hilo que une las almas gemelas;
que gracias a ti va siendo otorgado,
regresando con apagadas velas.

¡Es tan fácil contemplar en paciencia!
Suplicar me guíes en cada instante
que todos vamos en gran conveniencia
como prédicas en vida constante.

Miro tus manos clavadas en leño,
rostro de amor entregado a la muerte;
bondad milagrosa tu dulce empeño
de caminar juntos hacia tu suerte.

Gotas y gotas se van consumiendo,
cirios de vida que apenas conserva,
alegre inquietud al ir percibiendo
el fin de la noche que ya se observa.

Y el sol me sonríe si le pregunto
cómo es la vida después de la vida,
verde esperanza con lazo difunto,
respuesta de honor en fe redimida.

Sangrantes heridas marcan camino,
tristezas sembradas son su visión,
ocres cantares son siempre mi sino…
Olas de sangre envueltas en pasión.

De la colección LAS FLORES DE GEDELIA (Octubre-noviembre 2001)