Fundada en 1903 por el director alemán Emil Oberhoffer, la Orquesta Sinfónica de Minnesota es una de las agrupaciones más interesantes del actual panorama musical norteamericano. Creada en un principio con la denominación de Orquesta Sinfónica de Minneapolis, la formación contó en un principio con directores titulares de la talla de Eugene Ormandy, Dimitri Mitropoulos y Antal Dorati, maestros que fueron cincelando la orquesta hasta convertirla en uno de los mejores conjuntos sinfónicos estadounidenses. En la actualidad, y bajo la dirección del finés Osmo Vänskä, la orquesta ha recibido múltiples elogios y ha llegado incluso a ser considerada por Alex Ross, crítico musical del New York Times y autor del célebre libro The rest is noise, como la mejor formación del mundo. Pero, sin lugar a dudas, uno de los grandes artífices del extraordinario nivel técnico alcanzado por dicha formación ha sido el director polaco-estadounidense Stanislaw Skrowaczewski. Sus 19 años al frente de la orquesta no han sido aún superados — con la excepción de su fundador, que permaneció también el mismo período de tiempo — y por ese motivo ostenta el cargo de director laureado de la misma. A sus 89 años de edad, Skrowaczewski hace gala de una admirable forma física que aún le permite seguir dirigiendo.

Stanislaw Skrowaczewski nació el 3 de octubre de 1923 en Lvov, Polonia, y a los cuatro años de edad comenzó sus estudios de violín y piano bajo la tutela de los profesores Saltys y Braginski, componiendo su primera obra orquestal a los siete, ofreciendo el primer recital pianístico a los once, y dirigiendo y ejecutando un concierto para piano de Beethoven a los trece. Sin embargo, esta meteórica carrera se vio interrumpida a causa de una herida sufrida en su mano durante la Segunda Guerra Mundial. Decidido a completar su formación en el terreno de la dirección orquestal y la composición, Skrowaczewski cursó estudios en el Conservatorio de Cracovia con Berdiaiev y Palester para posteriormente viajar hasta París para perfeccionarse con Nadia Boulanger y Artur Honegger. Habiendo sido director de la Orquesta Filarmónica de Wroclaw a partir de 1946, tres años más tarde Skrowaczewski fue designado director musical de la Orquesta Filarmónica de Katowice por un período de cinco años para acceder, ya en 1954, al cargo de director de la Orquesta Filarmónica de Cracovia. En 1956, Skrowaczewski dirigió como invitado a la Orquesta Filarmónica Nacional de Varsovia y obtuvo además el primer premio en el Concurso Internacional de Directores celebrado en Roma. Esta circunstancia sirvió para que un par de años más tarde George Szell le invitara a dirigir la Orquesta de Cleveland. En 1960, Skrowaczewski abandonó definitivamente Polonia para instalarse en los EEUU. Luego de haber dirigido con enorme éxito a formaciones de la talla de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh y la Orquesta Sinfónica de Cincinnati, en ese mismo año de 1960 Skrowaczewski fue designado director titular de la Orquesta Sinfónica de Minneapolis (actual Orquesta Sinfónica de Minnesota) en sustitución de Antal Dorati.

Durante los 19 años que permaneció como titular de la formación norteamericana, Skrowaczewski se destacó como uno de los directores más solicitados del mundo por su solvencia y por ello fue invitado a realizar una serie de giras internacionales al frente de formaciones de la categoría de la Orquesta del Concertgebouw, la Orquesta de Cleveland y la Orquesta de Filadelfia. Ya en 1979, Skrowaczewski dejó su puesto en Minnesota — en donde inmediatamente fue nombrado director laureado — para dedicarse por entero a la composición. A pesar de ello, en 1984 asumió la titularidad de la Orquesta Hallé de Manchester en relevo de James Loughran, permaneciendo en el cargo hasta 1992. Luego de haber servido como consejero artístico de la Orquesta Sinfónica de Milwaukee entre 1995 y 1997, Skrowaczewski centró nuevamente su actividad como compositor y de esta forma vieron la luz en este período un Concierto para orquesta, un Concierto para violín y una pieza para conjunto instrumental de vientos. Después de haber colaborado estrechamente con la Orquesta de Cámara de St. Paul, en 2007 Skrowaczewski aceptó suceder a Gerd Albrecht al frente de la Orquesta Sinfónica Yomiuri Nippon por un período de tres temporadas. En la actualidad, y próximo a cumplir los 89 años de edad, Skrowaczewski dirige muy eventualmente a la Orquesta de Minnesota y a la Deutsche Radio Philharmonie de Saarbrücken. Galardonado con la Orden del Águila Blanca, la máxima condecoración oficial polaca, Skrowaczewski también ha recibido la Medalla de Oro de la Sociedad Bruckner-Mahler. Nacionalizado estadounidense desde la década de los años sesenta, Skrowaczewski nunca ha renunciado a sus orígenes polacos.

En opinión de muchos especialistas, Stanislaw Skrowaczewski es un director heredero del estilo de dirección de George Szell, su verdadero mentor en los EEUU, caracterizado por el cuidadoso énfasis en la preparación de las obras a interpretar. Director de maneras tal vez poco elegantes (suele marcar los compases indistintamente con las dos manos), su presencia sobre el podio irradia una total autoridad. Sus lecturas se caracterizan por un perfecto equilibrio orquestal y por la búsqueda de unas ricas texturas orquestales plenas de colorido y dinamismo, como así ha dejado constancia en las integrales registradas de Beethoven y especialmente de Bruckner, una serie de grabaciones que han recibido el elogio unánime de toda la crítica. Pese a todo, Stanislaw Skrowaczewski nunca ha sido un director del todo valorado en su justa dimensión tal vez porque a lo largo de su dilatada trayectoria nunca ha estado al frente de una formación de primerísima línea. Compositor también muy apreciado, Skrowaczewski es uno de los maestros más longevos que aún dirigen en la actualidad. Su enorme experiencia como director es garantía de solvencia y rigor interpretativo.

De entre la producción discográfica debida a Stanislaw Skrowaczewski podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): La integral sinfónica de Beethoven dirigiendo la Deutsche Radio Philharmonie (OEHMS 526 — integral en 6 CD´s); Concierto para piano nº5 de Beethoven, junto a Gina Bachauer y dirigiendo la Sinfónica de Londres (MERCURY 432018); Concierto para piano nº2 de Brahms, junto a Gina Bachauer y dirigiendo la Sinfónica de Londres (MERCURY 434340); la integral sinfónica de Bruckner dirigiendo la Deutsche Radio Philharmonie (OEHMS 207 — integral en 12 CD´s); y, finalmente, los 2 Conciertos para piano de Chopin, junto a Alexis Weissenberg y dirigiendo la Orquesta del Conservatorio de París (EMI 74959). Nuestro humilde homenaje a este magnífico director de orquesta.