Fotografía obra de Antonio Heredia

 En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar la obra Tiento del primer tono y batalla imperial del compositor español Cristóbal Halffter. La versión del vídeo se corresponde con una lectura en concierto llevada a cabo por la Orquesta Sinfónica de RTVE bajo la dirección de Santiago Serrate. Una versión del todo recomendable de esta misma obra la encontramos en el sello COL LEGNO (Ref 20204) con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt dirigida por el propio compositor. Tiento del primer tono y batalla imperial es posiblemente la obra más conocida de Cristóbal Halffter y uno de sus mayores éxitos en virtud de la gran aceptación que provoca su escucha (os recomiendo que escuchéis íntegramente esta pieza porque estoy convencido de que os va a encantar). Compuesta y estrenada en 1986, esta pieza se abre con unas notas prolongadas en la cuerda grave que crean una emotiva y sobrecogedora atmósfera a la que pronto se suma la madera. Los desarrollos armónicos son del todo clásicos y no se advierte ningún atisbo de modernidad hasta una primera entrada de los metales y la percusión en politonalidad que pronto es domesticada por el motivo inicial. La orquesta estalla en un episodio frenético subrayado por violentas disonancias de los metales hasta que el motivo principal vuelve a imponerse bajo las amenazadoras llamadas de percusión y metal. Tras un clímax orquestal, trompas, trompetas y trombones exponen un motivo muy rítmico y escoltado por timbales y bombo. La obra concluye brillantemente y en tono marcial, con una orquestación (progresión circular sobre acordes de terceras) que por momentos parece imitar las fanfarrias del Haendel más festivo. Tiento del primer tono y batalla imperial fue compuesta por un encargo de la ciudad de Basilea y revela el creciente interés del autor por las músicas de la tradición histórica española. De hecho, el tiento inicial es una variante orquestal de Antonio de Cabezón mientras que los episodios de batalla derivan del compositor Juan Bautista Cabanilles.

 El apellido Halffter va indisolublemente ligado a la historia de la música española del siglo XX. Rodolfo Halffter (1900-1987) fue un compositor autodidacta en sus principios aunque a partir de 1929 recibió asesoramiento musical por parte de Falla en Granada. Co-fundador del grupo madrileño de Los Ocho — germen de la Generación del 27 — su estilo fue evolucionando desde una primera fase llamada escurialense hasta las posiciones más vanguardistas de su época. Tras la Guerra Civil española, partió hacia México y fue profesor del Conservatorio Nacional de México y de las Ediciones Mexicanas de Música. Recuperado en España a partir de la década de los años sesenta — nunca renunció a la nacionalidad española pese a haber adquirido la mexicana — Rodolfo Halffter dictó cursos en Santiago de Compostela y Granada, siendo su figura importantísima para la nueva generación de músicos mexicanos y españoles. Hermano menor de Rodolfo fue Ernesto Halffter (1905-1989), compositor precoz que recibió sus primeras lecciones musicales por parte de su madre y de amigos. Estrecho colaborador de Falla, Ernesto Halffter llegó a ser profesor del Conservatorio de Sevilla y director de la Orquesta Bética. Establecido en Portugal desde la Guerra Civil, gran parte de su trabajo estuvo dedicado a terminar la partitura de La Atlántida de Falla. De vuelta a Madrid en la década de los setenta, en 1973 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. De corta pero excelente producción, su Sinfonietta (1925) forma parte por derecho propio de lo más selecto de la creación musical española de todos los tiempos. Sobrino de Rodolfo y Ernesto es Cristóbal Halffter.

 Cristóbal Halffter Jiménez-Encina nació el 24 de marzo de 1930 en Madrid e inició su formación musical en el Conservatorio de Madrid bajo la tutela de Conrado del Campo y de forma privada con Jolivet y Tansman. Graduado en 1951 — de ahí el nombre de la llamada Generación del 51  con el que el propio Halffter bautizó a un elenco de músicos — Halffter trabajó en Radio Nacional de España y estudió dirección orquestal, presentando además sus primeras creaciones relevantes y obteniendo el Premio Nacional de Música en 1953. Dos años más tarde alterna su faceta compositiva con la dirección de la Orquesta Falla, logrando en 1960 una cátedra de composición en el Conservatorio de Madrid, institución de la que sería su máximo responsable entre 1964 y 1966. Ese mismo año, frustrado por no poder introducir las necesarias reformas que el régimen dictatorial de Franco impedía, Halffter dimitió de todos sus cargos para dedicarse por entero a la composición y dirección orquestal. A partir también de la década de los sesenta, su lenguaje creativo evolucionó desde posiciones próximas al serialismo hasta elaborar un lenguaje propio de gran brillantez y expresividad. Con una enorme actividad en Alemania (director del Estudio de Musica Electrónica de Freiburg) y en España (cursos dictados en la Universidad de Navarra), en 1983 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su nombré llegó a sonar con insistencia como candidato a director titular de la Orquesta Nacional de España y ya en 2000 su figura volvió a adquirir un notable relieve internacional al estrenarse su ópera Don Quijote en el Teatro Real de Madrid. Casado con la pianista María Manuela Caro, su hijo Pedro es a día de hoy director del Teatro de la Maestranza de Sevilla y titular de la orquesta Filarmónica de Gran Canaria. En la actualidad, Cristóbal Halffter reside con su esposa en la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo.

 Compositor de innegable talento y uno de los máximos exponentes de la llamada Generación del 51, Cristóbal Halffter es un creador de una enorme universalidad que sin embargo nunca ha olvidado sus raíces en busca de acercarse a las fuentes de lo más profundo. De esta forma, cada obra suya plantea un nuevo problema más humanista que musical por resolver. Su música orquestal presenta un tratamiento técnico portentoso y generalmente adquiere un sentido dramático de dimensiones épicas. En paralelo a su obra creativa, su carrera como director de orquesta ha servido para difundir internacionalmente tanto la música española de su tiempo como la de los compositores extranjeros. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a su figura.