* Nacido el 15 de junio de 1843 en Bergen, Noruega
* Fallecido el 4 de septiembre de 1907 en Bergen

 De antepasados escoceses, el padre de Edvard gozaba de un sólido prestigio social por su doble condición de empresario de éxito y de ejercer como cónsul inglés en Bergen. Por su parte, la madre era una distinguida pianista que también tenía cierta reputación como escritora. De esta manera, el pequeño Edvard recibe desde bien temprano una sólida formación musical y desde muy joven hace ya gala de un enorme interés creativo. Durante una fiesta familiar, el célebre violinista Ole Bull aconsejó a los padres de Edvard su ingreso en el Conservatorio de Leipzig, institución fundada por Mendelssohn el mismo año de nacimiento del futuro compositor. Así, Edvard ingresó en el mismo en 1857 poniéndose bajo las órdenes de los profesores Hauptmann, Moscheles y Wenzel. A pesar de que se vio obligado a interrumpir sus estudios durante varios meses por una enfermedad que le dejó secuelas pulmonares de por vida, Grieg se graduó en dicho conservatorio a los veinte años y con el admirado y unánime reconocimiento de sus profesores.

 De vuelta a Noruega, Grieg intentó ofrecer conciertos y recitales en Bergen y Cristianía (Oslo), aunque la vida cultural del país estaba aún en germen. En consecuencia, viajó muchas veces hasta Copenhague, el foco artístico escandinavo de la época. Allí conoció al compositor danés Niels Gade, quien alentó a Grieg para que se emplease como compositor de obras de mayor envergadura, algo para lo que aún no estaba preparado. Lo más importante de este período, aparte de contraer matrimonio en 1867 con Nina Hagerup, fue que Grieg asumió la causa nacionalista musical de Noruega — país que estaba dinásticamente unido a Suecia — propuesta por un amigo suyo prematuramente fallecido, Rikard Nordraak, autor del himno noruego.

 Instalado con su mujer en Cristianía tras la boda, Grieg se dedicó a la enseñanza particular y a dirigir una sociedad coral. No abandonó por ello la composición y de estas fechas son el primero de sus diez libros de Piezas líricas para piano y el magnífico y asombrosamente fresco Concierto para piano en la menor, escrito durante unas vacaciones en Dinamarca. Pese a todo, el compositor se sentía un tanto frustrado por su obligación de dar clases y conciertos, aparte de por el fallecimiento de su hija Alexandra. En este triste ambiente, recibe por sorpresa una invitación de Franz Liszt para acudir a Roma, encuentro que finalmente se produjo en 1870. Liszt tocó a primera vista — como era costumbre en él — la Sonata nº2 para violín y piano y el Concierto en la menor, sintiéndose conmovido por el sentimiento nacionalista que desprendían ambas piezas. Esta loa, viniendo de Liszt, era todo un salvoconducto que no podía ser ignorado en los medios musicales de Europa. A partir de este momento, la figura de Grieg se engrandeció no ya sólo en su país, sino en el extranjero.

 Por esa misma época, Grieg se asoció artísticamente con dos de los mejores literatos noruegos del momento, Björnson y Henrik Ibsen. Este último decidió que su drama Peer Gynt fuese representado y tan sólo leído, para lo que pidió a Grieg que se encargara de la música. El estreno de Peer Gynt en 1876 supuso el espaldarazo internacional a un compositor que por entonces contaba con 33 años. El gobierno noruego concedió a Grieg una pensión vitalicia que le libró de los penosos trabajos que hasta entonces se había visto obligado a aceptar en Cristianía. Desde entonces, un ya liberado Grieg buscó inspiración en tranquilos refugios de montaña y desde allí escribió algunas de sus obras más bellas, como el Cuarteto en sol menor y el Album para voces masculinas.

 En 1876 Grieg asistió a las primeras representaciones de El anillo del nibelungo en Bayreuth, quedándose fascinado ante dichas funciones. Comenzó también una serie de dilatadas giras por toda Europa, siempre en compañía de su esposa, y con los beneficios obtenidos se construyó una casa en las afueras de Bergen, en Troldhaugen, que actualmente es lugar de peregrinación para todos los seguidores del compositor. Ascendiendo en fama, Grieg fue requerido por las principales casas reales europeas — llegó a tocar Peer Gynt al piano sobre aguas noruegas a bordo del yate del Káiser Guillermo II — aunque siempre hubo un país que se le resistió y que no fue otro que Francia, tal vez por una pública toma de postura del compositor a favor del judío Dreyfus durante aquel escandaloso asunto. Algo parecido le ocurrió en su propia tierra en 1898, cuando a la celebración del Primer Festival Noruego de Bergen invitó al mismo a la Orquesta del Concertgebouw y a Willem Mengelberg, en un intento de atajar el burdo patrioterismo y provincianismo que estaba impregnándose en las manifestaciones culturales nacionalistas noruegas. Pese a las airadas protestas, el festival acabó siendo un brillante éxito.

 Grieg, en la cúspide de su fama, nunca dejó de lado su simpatía y amor por la canción lírica. Si en un período anterior había creado dos extraordinarias series de Canciones basadas en textos del poeta Aasmund Vinje, en la década de los años noventa halló nuevas fuentes de inspiración en escritores como Arne Garborg y Vihelm Krag. Ya en 1905, Grieg vivió el histórico acontecimiento de la separación pacífica de los reinos de Noruega y Suecia, una cuestión que atormentó desde siempre al compositor por la enorme tensión que envolvió esta disputa. Ya como ciudadano noruego de pleno derecho, Grieg compuso sus extraordinarios Cuatro Salmos que a la postre resultaría su última obra. Estando a punto de emprender un nuevo viaje a Inglaterra, cayó enfermo y falleció en el hospital de Bergen la madrugada del 4 de septiembre de 1907. Pocos días después, la comitiva del entierro fue seguida por unas 50.000 personas y durante el mismo se interpretó una Marcha Fúnebre que Grieg había compuesto 40 años atrás en memoria de su amigo Rikard Nordraak. Desde ese momento, la figura de Grieg se instaló para siempre en la memoria del pueblo noruego como el referente musical de aquel país.

 Grieg ha sido el compositor más importante de Noruega y uno de los responsables de situar a Escandinavia, junto con Sibelius y Nielsen, en el mapa musical europeo. Su explotación de la música folklórica noruega y su colaboración con escritores noruegos le llevaron a desarrollar un estilo nacionalista caracterizado por su predilección por las formas musicales de tamaño menor. Sus piezas más famosas son miniaturas románticas en un estilo simple derivado de la música popular noruega. Reunió muchas de ellas en grupos (Suites, Piezas y Series) y así pudo satisfacer los gustos del público de su tiempo sin traicionar su íntimo y poético estilo propio. Parcialmente marginado fuera de su país, sin embargo su figura ejerció una poderosa influencia en los compositores franceses de principios de siglo XX. El propio Ravel afirmó que, junto con Debussy, Grieg fue el compositor con el que más afinidad sentía. En la actualidad, su trabajo vuelve a recibir el favor unánime de la crítica.

OBRAS

Sinfonía (Muy temprana e impropia de él)
Concierto para piano
Danzas sinfónicas
Obertura
– 9 Suites orquestales, destacando Peer Gynt I y II, Sigurd Jorsalfar y Holberg
– 7 obras para coro, voz y orquesta
– 3 Sonatas para violín
Sonata para violoncelo
Cuarteto
– Diversa obra para piano, destacando los diez libros de Piezas líricas
Danzas noruegas para piano a cuatro manos
– 143 Canciones en 23 series, destacando La doncella de la montaña y Haugtussa