Der Rosenkavalier Los Angeles 2005

* Comedia musical en tres actos
* Libreto de Hugo von Hofmannstahl
* Estrenada en Dresde el 26 de enero de 1911
* Lugar de la acción: Viena, segunda mitad del siglo XVIII
* FIGURACIÓN:
– MARÍA TERESA, princesa von Werdenberg y mariscala Furstin – Soprano lírico-spinto
– BARÓN OCHS VON LERCHENAU, su primo – Bajo
– OCTAVIO, joven noble amante de la mariscala – Mezzo o soprano dramática
– SOFÍA, hija de von Faninal – Soprano ligera o lírica
– HERR VON FANINAL, nuevo rico – Barítono
– MARIANNE, aya de Sofía – Soprano lírico-spinto
– VALZACCHI, intrigante italiano – Tenor ligero
– ANNINA, su cómplice – Soprano ligera
– EL COMISARIO DE POLICÍA – Bajo
– EL MAYORDOMO DE LA MARISCALA – Tenor
– EL MAYORDOMO DE LOS FANINAL – Tenor
– EL NOTARIO – Bajo
– EL POSADERO – Tenor
– UN CANTANTE ITALIANO – Tenor lírico
– LA MODISTA – Soprano
– UN VENDEDOR DE ANIMALES – Tenor
– Músicos, peluqueros, un paje negro, huérfanos, criados, camareros

 Tras la composición del libreto de Elektra, una obra que sumió al literato en una profunda depresión, Richard Strauss afirmó que su próxima ópera sería escrita al modo de Mozart. La familia de Hofmannstahl procedía de la antigua aristocracia austríaca y los últimos acontecimientos históricos que preludiaban la inevitable caída del Imperio Austrohúngaro sumieron al dramaturgo en la tristeza. El caballero de la rosa sería como un regalo para un artista cuya principal motivación era la de perpetuar los signos de identidad de una sociedad en proceso de extinción y a la que él mismo pertenecía. La obra de Strauss, además, marcaba el comienzo de un proceso que llevaría a ambos genios a tomar un nuevo rumbo estético, el que va de Elektra a El caballero de la rosa: Del descenso a las cloacas del alma humana a la elegante recreación de un mundo de humor, dulce erotismo, disfraces, amor y equívocos. Con El caballero de la rosa quedó atrás aquel lenguaje convulso de impronta wagneriana y de descarnada expresividad. Mientras que Salomé y Elektra habían llamado a las puertas de la atonalidad — sin llegar a atravesarlas — El caballero de la rosa se entregaba a un incipiente Neoclasicismo aunque muy moldeado por el Romanticismo. Mientras que el público fiel a Strauss celebró su cambio de actitud, la intelectualidad centroeuropea le tildó de traidor.

 Hofmannstahl ideó el argumento de El caballero de la rosa en colaboración con el conde Harry Kessler, y parece muy probable que ambos se basaron en el diario íntimo del mayordomo imperial austríaco Johann Joseph Khevenhüller-Metsch, escrito entre los años 1742 y 1749. En el mismo, aparecen los nombres utilizados por el poeta en su comedia: Lerchenau, Faninal, etc. Otras fuentes de inspiración fueron Los amores del caballero Faublas de Louvret de Couvray y Monsieur de Pourceaugnac de Molière. Aunque surgieron algunas diferencias entre ambos durante la creación de la obra, Richard Strauss y Hugo von Hofmannstahl disfrutaron de lo lindo dando vida a  Der Rosenkavalier, y el compositor tardó aproximadamente un año en concluir la partitura. Strauss comentaba, con cierta ironía, que le había dado pena escribir la palabra telón tras la doble barra del compás final de la obra. La ópera fue estrenada el 26 de enero de 1911 en la Königlisches Opernhäus de Dresde con un éxito apoteósico y colgándose el cartel de «no hay billetes» durante las 50 representaciones previstas. Los ensayos de la obra tuvieron como testigo a un jovencísimo aprendiz de dirección de orquesta llamado Karl Böhm. El triunfo de la ópera fue tal que incluso llegaron a fletarse trenes especiales que partieron de Leipzig, Berlín y Praga, y cuyo paquete turístico incluía el trayecto de ida y vuelta y la entrada al espectáculo. Un día después de su estreno en Dresde, la obra fue representada en Munich, ciudad natal del compositor, con un éxito similar.

 Para esta admirable reconstrucción de una época y una atmósfera mozartianas, Strauss ideó un estilo nuevo de creación lírica: A lo largo de las más de tres horas y media que dura El caballero de la rosa su argumento se desarrolla en todo momento en una especie de conversación musical que sólo en los instantes más líricos o sentidos se eleva a la condición de canto propiamente dicho, encargado de plasmar una melodía infinita que flota por encima de la orquesta y en la que brilla la pureza de los timbres de las voces. En este nuevo universo de Strauss, que se prolongará en sus obras teatrales posteriores, el sentido del humor y el buen gusto se equilibran de tal manera que el músico jamás se deja llevar por alguno de estos dos polos, limitándose a servir siempre al magnífico texto. Sólo un leve y delicioso tono de melancolía y nostalgia tiñe a veces sus compases. La instrumentación es mucho más refinada y transparente que la de anteriores óperas del compositor y, mediante el uso de diversos e inolvidables valses, Strauss construye una textura musical tan bella como el mismo estilo de canto usado. La caracterización de todos los personajes está a una altura incluso superior a la de Salomé y aunque el lenguaje musical es absolutamente tonal, se encuentran en algunos fragmentos numerosos y muy atrevidos cromatismos.

DESARROLLO ARGUMENTAL

ACTO I: Dormitorio de María Teresa. Luego de la Obertura, la escena presenta a Octavio y María Teresa conversando después de haber cumplimentado su amor mientras el marido se halla de cacería en Viena. Ninguno de los dos amantes quiere separase porque presienten que su unión no durará mucho tiempo, tal vez por la diferencia de edad que les separa: Octavio tiene 17 años y María Teresa 32. Al poco tiempo de entrar un criado con el desayuno — por lo cual Octavio se ha escondido — se oyen ruidos fuera. El joven no sabe qué pensar y cree que es el marido de la princesa que ha regresado. Entonces se disfraza de doncella. Cuando la puerta se abre, aparece el barón Ochs que, pese a lo temprano de la hora, se presenta para saludar a su prima. El barón se siente atraído por la figurada doncella e incluso intenta pedirle una cita, pero la joven no le hace ni caso. Entonces pregunta a María Teresa si por fin ha designado al caballero que presentará la rosa a su prometida, Sofía, ruego que le comunicó por carta. La princesa disimula ya que, a pesar de haberla recibido, aún no la ha leído. El barón también le ruega que le recomiende un abogado para la redacción del contrato matrimonial; luego se dedica a acosar descaradamente a Octavio disfrazado de doncella, ya que cree que no debe desaprovechar ninguna ocasión para pasar un buen rato. La princesa sugiere a su primo que el joven Octavio podría ser el portador de la rosa de plata, a pesar del enojo que demuestra «la doncella». El barón acepta encantado al ver su retrato, aunque se queda asombrado por el parecido con la camarera. Es la hora en que María Teresa recibe las visitas de los sirvientes, criados y vendedores. La habitación se llena de gente: El abogado, el notario, el peluquero, un cantante y dos intrigantes italianos, entre otros. Mientras Ochs trata de redactar el contrato con el abogado, el peluquero termina de arreglar a María Teresa y el cantante entona un aria italiana, los intrigantes ofrecen sus servicios a Ochs, quien los contrata. Todos se marchan. María Teresa, en su soledad, piensa que los años no pasan en vano y que llegará el momento en que Octavio la abandonará. Cuando el joven regresa de nuevo vestido de caballero, la princesa le confía sus pensamientos. A pesar de que Octavio le asegura de que nunca dejará de amarla, la princesa sabe que es ley de vida que eso suceda. Cuando se marcha, María Teresa se acuerda de que ni siquiera se ha despedido de él; los criados no lo encuentran por ninguna parte. Entonces la mujer le envía con un paje negro la rosa que ha de presentar a la prometida del barón.

ACTO II: Salón en casa de los Faninal. El nuevo rico, muy nervioso ya que su hija se va a casar con un noble de alta alcurnia, da los últimos toques para la recepción del portador de la rosa, mientras su hija y el aya miran por las ventanas la llegada de Octavio. Aparece el muchacho vestido de tejido plateado con la rosa en la mano. Al verse, los muchachos caen prendados el uno del otro. Luego Sofía le cuenta al noble que sabe todos los pormenores de su vida por las gacetillas de sociedad, lo que halaga y enamora aún más a Octavio. Llega el barón Ochs, tras proceder a decirle a su futura esposa que condesciende a casarse con una inferior, demuestra sus malos modales con todos los presentes hasta que el notario se retira con él y Faninal para dar los últimos retoques al contrato. Cuando los jóvenes se quedan solos, Sofía afirma que jamás se casará con el barón y luego ambos se declaran el amor que sienten. Valzacchi y Annina los sorprenden in fraganti y llaman a todos los habitantes de la casa. Octavio le dice al barón que Sofía jamás se casará con él y luego le recrimina su falta de modales. Ambos se baten a duelo y Octavio le causa un rasguño. Faninal le dice a su hija que la encerrará en un convento, pero Octavio, con la complicidad de los italianos, decide salvar a Sofía. Cuando todos se marchan, el barón se recupera del susto bebiendo vino. Annina entra con una carta en la que «la doncella» de María Teresa le da una cita para esa noche en una posada. El noble se relame de gusto con la aventura que le espera.

ACTO III: Habitación de una posada. Valzacchi termina de disfrazar a Annina de señora mayor. Llega Octavio vestido de doncella y les da una bolsa de dinero. Luego el italiano sitúa a varios hombres detrás de las diversas puertas de la habitación y procede a encender las velas, tarea en la que le ayudan los camareros. Aparece Ochs con un brazo en cabestrillo, acompañado de Octavio. Al ver tantas luces ordena apagarlas para ahorrar un poco de dinero. Cuando se quedan solos, galantea groseramente a la doncella, quien con remilgos le esquiva. De pronto una señora mayor — Annina — entra seguida de varios niños que aseguran que Ochs es su padre, mientras que por las puertas empiezan a aparecer los hombres. El alboroto es tal que un desesperado Ochs pide que venga la policía. Cuando el comisario se presenta e interroga al barón, éste sale del apuro diciendo que está con la hija de Faninal. Entonces aparece su futuro suegro — al que los italianos han avisado por orden de Octavio — y al verle, Ochs afirma no conocerlo, lo que enfada en extremo al nuevo rico. Acto seguido llega María Teresa a la que un criado del barón ha comunicado que todo es una broma; los presentes se marchan no sin antes hacerle pagar al barón los gastos ocasionados: Velas, músicos, etc.  Éste se va deprimido por haber perdido a Sofía y a «la doncella». María Teresa retiene a Octavio y a la joven, dando a entender que sabe que se aman. La pobre mujer reflexiona para sí acerca de que ni ella misma se esperaba reaccionar así, de una manera tan civilizada, cuando llegase el momento de perder a Octavio. Mientras, éste también comprende que es a Sofía a quien realmente ama, sintiéndose la joven conmovida por el noble gesto de María Teresa (Es el momento cumbre y más emocionante de la ópera, el famoso Trío). La princesa se retira. A solas, los amantes se juran amor eterno (Memorable página). Al salir, Sofía deja caer un pañuelo y un instante después, entra el criado negro, lo recoge y sale.

VERSIONES RECOMENDADAS

– Gwyneth Jones, Fassbaender, Popp y Ridderbusch. Coro y Orquesta del Estado de Baviera. Carlos Kleiber. LEGENDARY
– Watson, Fassbaender, Popp y Ridderbusch. Coro y Orquesta del Estado de Baviera. Carlos Kleiber. ARKADIA
– Lear, Fassbaender, Popp, y Ridderbusch. Coro y Orquesta de la Scala de Milán. Carlos Kleiber. MYTO
– Dernesch, Fassbaender, Popp y Moll. Coro y Orquesta del Estado de Baviera. Carlos Kleiber. LIVING STAGE
– Jones, Fassbaender, Popp y Jungwirth. Coro y Orquesta del Estado de Baviera. Carlos Kleiber. DG
– Lott, Von Otter, Bonney y Haugland. Coro y Orquesta del Metropolitan de Nueva York. Carlos Kleiber. MEMORIES
– Reining, Jurinac, Gueden y Weber. Coro de la Ópera de Viena y Filarmónica de Viena. Erich Kleiber. DECCA
– Schwarzkopf, Ludwig, Stich-Randall y Edelmann. Coro y Orquesta Philharmonia de Londres. Herbert von Karajan. EMI
– Crespin, Minton, Donath y Jungwirth. Coro de la Ópera de Viena y Filarmónica de Viena. Sir Georg Solti. DECCA
– Jones, Ludwig, Popp y Berry. Coro de la Ópera de Viena y Filarmónica de Viena. Leonard Bernstein. SONY-CBS