No es nada novedoso pero los últimos años vengo observando que estamos haciendo del hecho saludable de quejarnos algo que si bien podría ser beneficioso para la democracia también supone un simple deporte o ejercicio de irracionalidad. La casuística no hace diferencia de colores partidarios, comunidades o gobiernos; basta que se promueva una iniciativa para convertirnos en fieras salvajes, apuntar a la yugular y oponernos.
Pero lo que realmente me preocupa es que reaccionamos desproporcionadamente ante situaciones que realmente poco nos afectan y permanecemos impasibles ante aquellas que nos condicionan el día a día, nuestro presente y el de nuestra descendencia. Todavía no se han acallado los ecos por la llamada “ley antitabaco” y ya está instalada la rebelión por las medidas de ahorro energético. Y no se trata del PP contra el PSOE pues si los roles fueran al revés la situación sería exactamente igual. Nos quejamos por deporte sin analizar a fondo circunstancias e implicaciones.
Veamos ahora en qué nos afecta la reducción del límite de velocidad. El límite de 110 km no afecta al tránsito en ciudades, carreteras comarcales y en el caso de Madrid tampoco a la M30 o M40 con límites inferiores. Sólo afecta a las nacionales pero si trasladamos la reducción a relación km/tiempo vemos que el impacto es mínimo. Se argumenta que la medida es sólo recaudatoria, que no se puede cuantificar el ahorro a producir, que reducirá la recaudación vía impuestos a los carburantes, etc. Pero no se ve que probablemente ello signifique menor cantidad de accidentes mortales.
Los más radicales argumentan que estas medidas junto a otras anteriores cercenan libertades elementales. Todo esto por supuesto está exacerbado por los medios de comunicación que fieles a los que les pagan se dedican a potenciar los comentarios en contra para no hablar de los temas que probablemente serían un cambio en nuestro presente como en nuestro futuro. Salvo alguna que otra plataforma de afectados, la opinión pública en general no está por la labor de exigir que se legisle por alguno de los siguientes temas:
Calidad de la educación y la deserción escolar.
Abusos hipotecarios con las cláusulas suelo y la no aceptación de la dación en pago.
Falta de crédito hipotecario y financiación a las pymes.
Corrupción en todos los estamentos de la administración.
Exigencia a los cargos políticos de declaraciones patrimoniales cuando asumen y dejan la vida política.
Evasión fiscal.
Uso de transporte público y bicicleta en las ciudades como medio para reducir la contaminación.
Violencia de género.
Políticas activas de fomento del empleo…
La lista podría ampliarse mucho más y les invito a agregar temas pues es enunciativa.
La realidad es que mientras no asumamos que lo que nosotros no exijamos con firmeza a nuestros políticos, nunca será materia de debate y por el contrario sólo se ocuparán de lo que le convenga a ellos o al lobby de turno seguiremos sin cambios.
Cuando asumamos el poder que puede tener nuestra queja fundada, probablemente nuestra sociedad entre en un verdadero proceso de cambio positivo. Mientras ello ocurre, les mando un abrazo
THENIGGER
Qué pedazo de comentario Thenigger!
El ser humano a menudo resulta ser más irracional que los animales mismos. La falta de sentido común es la que hace que desemboquemos en exabruptos como los que mencionas en tu acertada entrada. El sólo placer de llevar la contraria, aunque se dezconozca el porqué, es la motivación diaria de miles.
Y es que hasta en las situaciones más simples se verifica esto: los perros, los gatos, las ratas y demás, en espacios estrechos o situaciones de peligro, buscan desplazarse con evidente sentido de conservar siempre su derecha. A los seres humanos nos tienen que poner avisos de «Transite por la Derecha», Y NI AÚN ASÍ SOMOS CAPACES de algo tan obvio y elemental.
«No Arroje Basura» es otro claro ejemplo. Porqué nos tenemos que decir eso, cuando es elemental que la basura tiene su lugar?
Pero los mejores ejemplares son aquellos que leen «SALIDA», e insisten en ENTRAR por allí…
Tales insensateces conllevan a que cuando algo negativo sucede, se empieza a buscar responsables en todas partes -menos uno mismo-, a quejarse por todo y a exigir reparación CUANDO HAY ASUNTOS DE VERDADERO INTERÉS QUE DEBERÍAN SER TENIDOS EN CUENTA.
Y somos los seres más evolucionados de la Creación!
Paciencia, mucha lucha y constancia, amigos míos.
Saludos Alpinos op. 64.
Cuanta verdad amigo Iván,si vivieras en Madrid y viajaras en metro verías los esfuerzos que hay que hacer a diario para que entiendan que para poder subir primero hay que dejar bajar a los demás pasajeros.
un abrazo
Lugar de la acción: Parque con caminos para peatones y carril bici. Situados en carril bici el y ella hablan perro por medio que va y viene tirando de la correa. Ciclista se acerca y hace sonar el timbre. Otra vez hace sonar el timbre. Ciclista se para ante el peligro de arrollar a la pareja o que la correa del perro ya de por si larga acabe haciendo caer al ciclista.
-Perdón, ¿pueden apartarse?- dice el ciclista.
La parte femenina de la pareja se vuelve indignada hacia la bici e increpando en tono ofendido y agrio:
– ¡Estoy harta de los ciclistas! Esto que ha hecho el Ayuntamiento (se refiere a los nuevos carriles bici) es una mierda!.
-Señora, esto es lo que tenemos. ¿Qué tal si empezamos a respetarnos los unos a los otros?.
Sin dejar terminar la frase la fémina suelta con displicencia:
-Ande, pase- apártandose de mala gana.
-Gracias- consigue colar el ciclista a la espalda de la ofendida y enfadada «señora».
Esta actitud es habitual sea cual sea la situación. La queja sin sentido.
Lugar de la acción:En el autobús. Obras en la Plaza de la Merced para su remodelación obligan a dar una vuelta de unos 500m y añade unos cinco minutos al trayecto.
Señora sentada, por lo bajo y por lo alto no para de decir:
– Es increible la vuelta que hay que dar. Es increible. Por dios, por dios. (repetir en son de letania quejosa).
Sin comentarios.
Un consejo, Zarza: Si te ocurre una situación similar, no toques el timbre. Sal por la acera y ponte en paralelo con el maleducado viandante durante un tiempo, como si tal cosa. Obligarás a que los paseantes de la acera se aparten y se pongan de tu parte, recriminando al invasor del carril-bici… Te lo digo porque a mí me ocurre con frecuencia en O´Donell y es muy efectivo.
LEITER
Que sea erigido un monumento el cual diga: «En reconocimiento a la estupidez humana».
gracias Zarza y Leiter por sus aportes Iván no va faltar quien diga ¿ y en esto se gastan nuestro dinero?jijijijiii
un abrazo
Comparto totalmente todos los comentarios de más arriba. Estoy en apoyo de las pequeñas actuaciones diarias que se suguieren. Y si te parece amigo Thenigger podemos, en otro momento, continuar la lista de asuntos mayores de los que habría que protestar y quejarse…
Mientras hacemos o no esa lista quiero felicitarte por la ilustración de tu comentario: Mafalda fue para muchos de mi generación un icono adorable. Gracias por haberlo traido hoy aquí.
Saludos.
hola Antonio, se que eres meticuloso y te tomarás tu tiempo pero cuando la tengas incorpora tu lista qu seguro compartiremos todos los parroquianos. Respecto a Mafalda el mérito es del dueño del bar, el amigo Leiter que siempre ilustra mis comentarios con el máximo de acierto.
un abrazo
Si un politico, actualmente se lamenta de que se venda un 20% menos de coches en un año, y para ello, se plantean reflotar el sector,(con ayudas públicas). cualquier cosa, contenida en cualquier norma aprobada a posteriori sobre medidas, que se apoyen en ideas de favorecer ahorro energético, medio ambiente, etc, bla, bla bla, me parece poco claro, en su apuesta real de solución, y pese a tener claro que soy de izquierdas, no puedo ser corporativo, en todo lo que se haga o diga, y por ello no me considero, radical…un abrazo