Wikileaks ha desvelado 250.000 documentos confidenciales de la diplomacia de EEUU que ponen en evidencia la política de Norteamérica en lo que se refiere a sus relaciones exteriores, y hasta dónde llega la función de sus embajadas que sin pelos en la lengua no se cortan en analizar e informar los detalles más íntimos de aquellos que siendo amigos o enemigos pueden impactar en su estrategia de preeminencia en el concierto de las naciones. No sería suficiente si nos quedáramos con el anecdotario del humor, las aficiones, gustos, fobias o estabilidad emocional de este o aquel mandatario, sino que es importante ver más allá de ello. Sin temor a equivocarme puedo decir que en las relaciones entre los países habrá un antes y un después del informe Wikileaks. Para los EEUU hay 2 aspectos a tener en cuenta:

– por un lado revela que el servicio diplomático cumple con la “misión“ al informar dando una visión interesada de los temas tratados que denota su coherencia en lo que hace a velar por sus intereses.

– La publicación pone en evidencia lo endeble de la seguridad informática del país más poderoso del mundo. Es que no se trata de un caso de garganta profunda aislado sino, por el contrario, cuestiona todo un sistema de seguridad y los superorganismos que trabajan en ello.

Respecto al primer tópico no es de extrañar el accionar que entiendo debe ser el propio de cualquier potencia que aspire a ser preeminente en el mundo. Reino Unido, Alemania, China, etcétera, deben proceder en forma similar si aspiran a ser determinantes en la economía del mundo bajo la apariencia de no intromisión en las cuestiones internas de cada país. Lo segundo es que sí le merece a Obama una profunda revisión de su sistema de seguridad pues ningún informe publicado hasta ahora ha sido desmentido o cuestionada su veracidad. No entro a analizar la ética del denunciante ni la pertinencia de la función diplomática pues escapa a mi capacidad de análisis.

El otro aspecto a tener en cuenta es la evaluación de los países y mandatarios objeto de análisis respecto a lo publicado. También es de esperar cambios en su posicionamiento respecto a sus futuras relaciones con EEUU al saberse que han sido espiados en sus aspectos más personales o descubrir cuál es el fondo de esas declaraciones de “país amigo”. Todo ello es un plato difícil de digerir y posiblemente exigirá en lo sucesivo un ejercicio de validación permanente con hechos y no con palabras antes de dar por sentadas ciertas situaciones y accionar en consecuencia. Aún en los casos de aquellos que no salen salpicados por los informes sino que tienen opinión favorable de la diplomacia americana deben sentir escozor por la rigurosidad o liviandad de las informaciones que de ellos se vierten. Qué decir entonces de aquellos que no figuren: ¿deberían preocuparse por la omisión, denota su poca importancia o es sólo la punta de un iceberg lo publicado y deben esperar aparecer en una entrega próxima?

Se abre entonces todo un abanico de posibilidades en este juego de estrategia y será apasionante ir conociendo las reacciones de aquellos que fueron vapuleados en su momento por quienes eran considerados amigos. Cabe destacar que este episodio refuerza el sistema democrático de los países y pone un WARNING para aquellos que quieran actuar en la opacidad. Como ya dijimos en varias oportunidades, la red nos esta cambiando en todo sentido.

Un abrazo

THENIGGER