caja tonta

Llegó la segunda quincena de julio y como por arte de magia todo el mundo entra en vacaciones (que en sentido metafórico significa no pasa nada en el mundo). Alguna vez pensé que las vacaciones eran un fenómeno que solo ocurría en Argentina (pensamiento propio de quien cree que el mundo es su entorno) donde en enero los políticos toman sus “merecidas vacaciones” y entonces ya nada ocurre.

Pero veo que es un fenómeno mundial (bendita globalización) y, salvo excepciones, el planeta ha entrado en un letargo estival que si no fuera por algún famoso de turno, el caso Gürtel , Il Cavallieri Berlusconi o Cristiano Ronaldo, los telediarios no tendrían tema .

Entonces aparecen las clásicas noticias del verano, aquellas que hacer para mitigar el calor, piscinas, camping, salidas, pantanos, propagandas encubiertas de tiendas y restaurantes, paseos que se redescubren, reportajes intrascendentes y más de lo mismo. Surgen los programas del verano (eufemismo para nombrar una catarata de estupideces) sólo apetecibles para mentes anormales con formatos repetidos (en el tiempo y en los distintos canales) donde la base es concursar por premios ridículos y haciendo el pavo (pero la magia de la tele los encandila) durante días y días. Como uno es crédulo, piensa que el concursante aprovechó sus vacaciones para participar pero luego cae en la cuenta que salvo que el pluriempleo signifique sumar días de vacaciones de cada empleador (algo muy raro en estos tiempos), esa gente vive del aire. Lo grotesco es que hacen creer que se la pasan pipa y te quiero, son geniales y gracias a este equipo maravilloso …Puaj.

La otra veta son los programas del corazón o los concursos musibodrios (participantes con dudosas cualidades artísticas, famosos que se prestan al ridículo sólo para que el pueblo no se olvide de sus jetas y de paso publicitar algún espectáculo que estén haciendo o contar que no hacen nada pues “están analizando proyectos”).

De películas ni hablar, las series elaboradas (CSI, House, Mujeres desesperadas, etc.) repetidas; terminó la temporada en junio (léase no tenemos presupuesto para comprar nuevos capítulos hasta setiembre) y nos adormecen con películas de tercer presupuesto (no sé si los actores serán huérfanos o si sólo los conoce la familia) donde el argumento y desenlace se adivina cuando ponen el reparto de actores.

Confieso que a pesar de la crítica soy consumidor de todo esto, pues como no estoy de vacaciones mato mi tiempo libre delante de la caja boba.

Claro está que nos queda el recurso de la prensa escrita (je, je, je iluso de mi)

La historia se repite. Los titulares de los periódicos son banalidades o temas antiguos que se reflotan para mantenerlos vivos y poder seguir vendiendo algún ejemplar. En algunos casos hay “noticias “que en épocas normales no se publicarían ni en pie de pagina 40, dorso. Algunos ponen en portada noticias deportivas que en época normal ponen al final del periódico.

A esta altura del comentario se comprenderá mi hastío e impotencia pero se que no estoy solo en esta brega y más de uno asentirá con la cabeza diciendo tiene razón.

Lo mismo ocurre con los suplementos de los periódicos (revistas “culturales”) . Aquí la cosa es más grave, podríamos pensar que en los casos anteriores hablo de envidia por no comprender que todo el mundo tiene derecho a sus vacaciones y por consecuencia las genialidades del resto del año cuando ellos no están es imposible cubrirlas, pero en las revistas en general los armados se hacen con tiempo (se programan, se compran reportajes) y en el caso de los colaboradores que tienen su columna, la más de las veces no tocan temas del momento sino que reflexionan sobre temas atemporales o de actualidad pero no como exabruptos sino analizando la realidad con suficiente distancia temporal. La modalidad es hacer entregas a la editorial y ésta las va incluyendo en los sucesivos números de acuerdo a su criterio (o criterio compartido).

El colmo son los periódicos gratuitos que en agosto no se editan. Hace años la excusa era que los repartían estudiantes y estaban de vacaciones; si ese fuere el caso podrían recurrir al INEM y bajaría el número de parados por agosto.

¿Es que durante agosto no hay problemas, tránsfugas, cohechos, estafas, necesidades de los ciudadanos, etc.? Claro, haber las hay pero para qué denunciarlas si nadie se va a enterar (todo el mundo esta de vacaciones)

Alguien dijo que el verano se hizo para descansar, que bastante para preocuparnos está el resto del año. ¿SERÁ QUE NOS DAN UN RESPIRO?

Un abrazo y buen fin de semana

THENIGER