Frederick Stock

 Friedrich August Stock nació el 11 de noviembre de 1872 en Jülich, oeste de Alemania, y recibió su primera formación musical por parte de su padre, un director de banda militar. A los 14 años de edad, Stock fue admitido como estudiante de violín y composición en el Conservatorio de Colonia, institución en donde llegó a tener a Franz Wüllner y Engelbert Humerdinck entre sus profesores. Graduado en 1890, Stock ingresó como violinista en la Orquesta Municipal de Colonia. Cinco años después, Stock conoció a Theodore Thomas, un director alemán que se encontraba reclutando miembros para su futura orquesta con sede en Chicago, EEUU. Stock fue admitido de inmediato en la incipiente agrupación norteamericana — cambió su nombre de pila por el americanizado de Frederick — y ya en 1899, dado su talento, fue promovido como director asistente del propio Thomas. A su muerte, acaecida en 1905, Stock no tardó en alzarse con los galones de director titular en la Orquesta Sinfónica de Chicago y llegó incluso a escribir un poema sinfónico dedicado a su maestro y estrenado por la orquesta en abril de 1905. Bajo la dirección de Stock, la Orquesta Sinfónica de Chicago pronto se convirtió en una de las formaciones punteras en los EEUU aparte de especializarse en el moderno repertorio de compositores como Mahler, Richard Strauss, Stravinski y Prokofiev. Stock permaneció como director titular en Chicago hasta 1942 y sus cerca de 37 años de permanencia solo llegaron a ser superados en los EEUU por Eugene Ormandy en Filadelfia, si bien a partir de 1936 la presencia de Stock sobre el podio de Chicago se redujo de forma considerable por motivos de salud, contando desde entonces con la ayuda de Hans Lange como director asistente. Finalmente, Stock falleció el 20 de octubre de 1942 en Chicago a la edad de 69 años. Frederick Stock fue el primero en realizar grabaciones discográficas con la Orquesta Sinfónica de Chicago inicialmente para el sello COLUMBIA y más tarde para RCA VICTOR. Con un repertorio basado en la tradición alemana aunque también muy enfocado en la música de su tiempo, Stock fue un director del todo competente aunque siempre careció, a juicio de ciertos críticos, de un elemento definitivo de inspiración. Con todo, su gran aportación fue la de cimentar las bases de un extraordinario conjunto sinfónico que explotarían sus sucesores, desde Rafael Kubelik hasta Georg Solti pasando por el legendario Fritz Reiner. Como ejemplos de Frederick Stock dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Chicago contamos con grabaciones de Brahms, Chaikovski, Enescu, Glinka, Goldmark, MacDowell, Ponchielli, Rimski-Korsakov, Schumann y Wagner.

Basil Cameron

 Basil George Cameron Hindenberg nació el 18 de agosto de 1884 en Reading, condado de Berkshire, Inglaterra, en el seno de una familia de orígenes alemanes. Con apenas ocho años, Cameron empezó sus estudios de violín con Tertius Noble para más tarde acceder a la Hochschule de Berlín y ampliar su formación bajo la tutela de los prestigiosos Joachim y Auler para posteriormente pasar a formar parte de la sección de cuerda de la Orquesta Sinfónica de Londres. Más tarde, en 1912, Cameron — cuyo nombre artístico por esas fechas era el correspondiente a su segundo apellido, Hindenberg — ingresó como director musical del balneario de Torquay en donde se destacó por ser un gran intérprete de la música de Wagner y Richard Strauss. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, Cameron — quien había decidido cambiar su nombre eliminando cualquier referencia germánica — se alistó en el Ejército Inglés, con lo que su carrera de director quedó temporalmente interrumpida. Finalizado el conflicto bélico, Cameron pasó de Torquay al balneario de Brighton, mostrando un gran interés por los trabajos de los compositores británicos de la época. Su trayectoria artística incluyó posteriormente los centros de Harrogate y Hastings, llegando a ser enormemente popular en toda Inglaterra gracias a unos artículos que sobre su figura escribió George Bernard Shaw. Entre 1928 y 1933, Cameron dirigió en calidad de invitado a casi todas las orquestas londinenses y a partir de 1930 compartió titularidad en la Orquesta Sinfónica de San Francisco junto con Issay Dobroven. Este puesto lo abandonó en 1932 para ocupar el cargo de director permanente de la Orquesta Sinfónica de Seattle hasta 1938. De vuelta a Inglaterra ese mismo año, Cameron se dedicó a dirigir como invitado a las más prestigiosas agrupaciones inglesas y llegó a ser asistente de Sir Henry Wood en los Promenade Concerts. Ya en 1950, Cameron dirigió una histórica sesión en los Proms acompañando nada menos que a Elisabeth Schwarzkopf. Su reputación como director creció paulatinamente por toda Europa y ello le llevó a dirigir con regularidad como invitado por todo el viejo continente. Nombrado Comandante del Imperio Británico en 1957, Basil Cameron falleció finalmente el 26 de junio de 1975 en Leominster, condado de Hereford. Músico habilidoso como pocos, Basil Cameron fue un maestro versátil que supo moverse muy bien tanto en el terreno de la música culta como en el de la ligera. Tal vez sus formas de dirección no fueron del todo ortodoxas por este motivo, pero lo cierto fue que sus apariciones llegaron a ser muy celebradas por toda Inglaterra. Su producción discográfica es ciertamente reducida y destinada al mercado de bajo precio. Todas estas circunstancias motivaron que su nombre nunca fuera tan reconocido como el de otras rutilantes estrellas británicas de la dirección como Sir Thomas Beecham, Sir Adrian Boult o Sir Malcolm Sargent. Con todo, algunas grabaciones en directo acompañando al pianista Benno Moiseiwitsch son muy apreciadas por un alto sector de los aficionados. Como ejemplos interpretativos de Basil Cameron podemos mencionar obras de BelliniBrahms, ChaikovskiDvorak, Franck, Grieg, Haendel, Mozart, Rachmaninov, Rossini y Saint-Saëns. Nuestro humilde homenaje a estos dos grandes directores de orquesta.