En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar el magnífico Adagio del Concierto en Re mayor para trompeta, cuerda y continuo del compositor alemán Georg Philipp Telemann, posiblemente uno de los músicos de más abundante producción de toda la historia. La versión corre a cargo de Maurice André acompañado por la Academy of St-Martin-in-the-Fields dirigida por Sir Neville Marriner y la grabación se encuentra disponible en el sello ERATO (Ref 92123). Telemann fue autor de aproximadamente una centena de conciertos, de entre ellos 47 para un sólo instrumento; 25 para dos; 9 para tres y 6 para cuatro. Todo este inmenso conjunto hace aparecer a Telemann como el más prolífico y versátil de todos los compositores alemanes consagrados a este género. Este Concierto en Re mayor para trompeta presenta cuatro movimientos de entre los cuales el Adagio es sin duda el más bello y en el que las cualidades melódicas del solista son extraordinariamente destacadas.

 Contemporáneo de Bach y de Haendel, Georg Philipp Telemann fue un compositor mucho más conocido en vida que aquellos gracias a la amplia difusión que alcanzaron sus obras. Creador de la figura del Collegium Musicum — una institución integrada por unos cuarenta estudiantes que celebraba periódicas audiciones — y director de la innovadora revista Der getreue Musik- Meister (El fiel maestro de música) — publicación que proporcionaba a los estudiantes piezas vocales e instrumentales para que pudieran interpretar música en sus casas — Telemann adquirió una merecida fama por la calidad general de su obra, fiel reflejo de la tendencia musical del momento. Para hacernos una idea de su ingente producción musical — y teniendo en cuenta que la totalidad de su obra aún está siendo objeto de revisión y catálogo — señalemos que fue autor de 500 cantatas sacras, 44 pasiones, 40 óperas, 600 suites orquestales, 100 conciertos… Amén de un número indeterminado de sonatas en las que utilizó todos los instrumentos existentes en su época. En total, son cerca de 3.000 las creaciones conocidas hasta la fecha que llevan su firma. Si bien a lo largo del siglo XIX y principios del XX su obra fue tachada como de vacía y mecánica, los estudios más recientes unidos a unas interpretaciones más adecuadas han demostrado que esa opinión era tan tendenciosa como equivocada. La música de Telemann es, por regla general, completamente fluida y en modo alguno tendente al desvarío.

 Georg Philippe Telemann nació el 14 de marzo de 1681 en Magdeburgo. Conocemos bastante de los primeros años de Telemann gracias a una serie de autobiografías suyas bajo el seudónimo de Melante — llenas de contradicciones — que nos muestran cómo el compositor fue testigo del mundo intelectual y artístico de su época. Nacido en el seno de una familia ilustrada, Telemann fue un verdadero autodidacta musical que tuvo que luchar contra la oposición paterna para tal menester. De esta forma, y pese a que con sólo diez años de edad tocaba con maestría la flauta y el violín — además de dominar el francés y el latín — en 1701 se matricula en la facultad de Derecho de la Universidad de Leipzig. Pero pronto abandona esos estudios al aceptar el encargo de componer una cantata quincenal por parte del consejo municipal de la iglesia de Santo Tomás. En esta época conoce a Haendel, otro joven músico con quien entablaría una muy fructífera amistad tanto en el terreno personal como en el estrictamente musical. Debido a la magnífica inquietud cultural de Leipzig, Telemann crea el Collegium Musicum, una institución estudiantil encargada de celebrar audiciones y que años más tarde sería dirigida por el mismísimo Johann Sebastian Bach. En 1704, Telemann es nombrado Kapellmeister de la Neue Kirche de Leipzig, en realidad, la capilla universitaria. Un año más tarde, Telemann entra al servicio del conde Erdmann von Promnitz, en Sorau, en donde en tan sólo un año compone más de 200 oberturas francesas. Con dicha corte viajó Telemann hasta la Alta Silesia y Cracovia, región en donde captó a la perfección la fuerza de la música popular polaca. Sin embargo, y debido a los acontecimientos bélicos protagonizados por Carlos XII de Suecia, Telemann regresa a Alemania en 1706, concretamente a la ciudad natal de Bach, Eisenach, en donde no tarda en ser nombrado Konzertmeister y Kapellmeister de la corte del duque Johann Wilhelm. En 1709 contrae matrimonio con Louise Eberlin, quien falleció en 1711 como consecuencia de un parto. No desaprovechó el tiempo Telemann en los años que estuvo en Eisenach: Conoció a Johann Sebastian Bach y a toda su familia; apadrinó a Carl Philipp Emanuel y compuso una enorme cantidad de cantatas profanas y música instrumental.

 En 1712 se traslada a Frankfurt y allí es contratado para dirigir la música de dos iglesias: La de Barfüssser y la de Santa Catalina. Acorde con sus ideas, funda también allí un Collegium Musicum y contrae de nuevo matrimonio con Maria Katharina Textor. Con una capacidad incansable de trabajo, acepta el cargo de Kapellmeister del margrave de Bayreuth y Eisenach, cargo que conllevaba la constante composición de obra nueva. Su fama es ya conocida en toda Alemania y las distintas cortes suspiran por sus servicios. En 1721 se trasladó a Hamburgo, en donde impartió clases de música, aunque siguió mandando regularmente obras religiosas a Frankfurt hasta 1757. En Hamburgo, y siguiendo la tradición, Telemann estaba obligado a escribir una Pasión cada año aparte de numerosas obras destinadas a las distintas manifestaciones cívicas y políticas de la capital hanseática. En 1722, Telemann acepta el cargo de Kantor en la escuela de Santo Tomás de Leipzig — en realidad, se trató de una magnífica artimaña para conseguir un elevado aumento de sueldo en Hamburgo — que pronto abandona. Ese mismo año empezó a dirigir la Ópera de Hamburgo y con ello dio un tremendo impulso a la vida musical de la ciudad. En 1737, y como consecuencia de una estancia en París que se prolongó durante ocho meses, Telemann se consagró internacionalmente como uno de los músicos más afamados y respetados de Europa. A partir de 1740 disminuyó su actividad como compositor y se dedicó a escribir tratados teóricos y a impulsar la carrera musical de sus discípulos. Pese a que en sus últimos años padeció de graves problemas con la visión — al igual que Bach y Haendel — Telemann no dejó de componer del todo hasta el mismo día de su fallecimiento, acaecido el 25 de junio de 1767 en Hamburgo. Murió en plenitud de honores y fue considerado durante mucho tiempo como el gran referente musical de Alemania. Nuestro humilde homenaje a este infatigable y excelente compositor.