En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar la partitura conocida como Metástasis del compositor griego nacionalizado francés Iannis Xenakis. Esta obra fue la primera pieza para orquesta de Xenakis y fue escrita entre 1953 y 1954, siendo estrenada el 18 de junio de 1955 en el festival vanguardista de Donaueschingen bajo la dirección de Hans Rosbaud. Pese a que en el vídeo no se indica nada al respecto, tenemos casi la certeza de que la versión se corresponde con una lectura debida a la Orquesta Filarmónica de la ORTF Francesa dirigida por Jean-Louis Le Roux y disponible en el sello CHANT DU MONDE (Ref 278368). Dedicada a Maurice Le Roux, la obra fue acogida tumultuosamente y su título sugiere una dialéctica de la transformación que al parecer encontró la inspiración en un recuerdo de la Segunda Guerra Mundial vivido en Atenas por el compositor. La obra presenta una yuxtaposición de elementos de composición tanto clásicos como seriales y la partitura adquiere un nuevo testimonio gráfico de representación visual de la obra, técnica que procede de la experiencia arquitectónica de Xenakis. La orquestación requiere de 61 instrumentistas en donde los efectos de glissandi en avalanchas — cuyas pendientes están calculadas — crean superficies sonoras que revivifican radicalmente la noción de Schönberg sobre la melodía de timbres (escalas de timbres a las que se le asigna una duración y un intervalo). Según palabras del propio compositor, Metástasis se corresponde con bastante precisión a la posterior arquitectura del pabellón de Philips en el Exposición de Bruselas de 1958, obra que fue también diseñada por Xenakis. La partitura se divide en tres secciones, la primera y la tercera matemáticas y concentradas sobre la masa de la orquesta. Por contra, la parte central expone un tema melódico sobre una serie parcial y confiado a algunos instrumentos solistas.

 El nuevo conceptualismo surgido a partir de los años cincuenta del siglo pasado desencadenó una oleada de música aleatoria tras la etapa del serialismo. Sin lugar a dudas, John Cage y la escuela norteamericana resultaron determinantes en este período aunque ya existieron figuras importantes que mantuvieron una posición no serial en una vanguardia estructuralista, como fue el caso de Elliot Carter. Una derivación del movimiento aleatorio de Cage fue el conocido como Movimiento Fluxus de clara orientación dadaísta. En España, como interpretación personal de Juan Hidalgo sobre ciertas ideas de Cage, surgió el Movimiento Zaj abanderado por el propio Hidalgo, Walter Marchetti, Ramón Barce y Tomás Marco. Este movimiento culminó con el histórico concierto ofrecido en el Teatro Beatriz de Madrid el 9 de febrero de 1967 y que acabó con la invasión del escenario por el público en medio de un escándalo monumental. (El entonces Ministerio de Información y Turismo, que había patrocinado el acto sin tener la más mínima idea sobre el mismo, prohibió las dos siguientes representaciones). Pero quizás la mayor figura no serial de los compositores de mediados del siglo XX fue, junto con el ya referido Elliot Carter, fue el griego naturalizado francés Iannis Xenakis.

 Iannis Xenakis nació en Braila, Rumanía, el 25 de mayo de 1922, en el seno de una familia de ascendencia griega que retornó a Atenas cuando el chico apenas contaba diez años de edad. Allí Xenakis estudió arquitectura hasta 1941, fecha en que los nazis ocuparon la ciudad, y se incorporó al Ejército de Liberación del Pueblo Griego. En 1945 recibió la metralla de un obús que le hizo perder un ojo y poner en serio peligro su vida. Condenado a muerte en 1946 por su activismo político, Xenakis pudo escapar un año después a París para colaborar con Le Corbusier. La gran amistad que el arquitecto galo tenía con compositores como Messiaen y Milhaud fue determinante para enfocar la actividad de Xenakis como compositor. Tras presentar Metástasis en 1955 su figura como compositor adquirió una enorme relevancia en los círculos vanguardistas. En 1966 fundó el Centro de Estudios de Matemáticas y Automatismo Musical al tiempo que publicó numerosos tratados sobre la influencia de las matemáticas en la música. Nacionalizado francés, Xenakis falleció en París el 4 de febrero de 2001 y desde entonces ha sido considerado como una de las mayores figuras de la música contemporánea.

 Xenakis asignó al cálculo de probabilidades un papel constructivo en la música que consideró desde un punto de vista macroscópico, es decir, con un control de la mediana estadística de los acontecimientos sonoros. Creador de la llamada música estocástica, fundó un equipo experimental de matemáticas dedicado al estudio y formalización de estructuras y arquitecturas musicales. Su obra testimonia un gusto por lo abstracto y una concepción muy personal de la meta-música, dirigida más a la sensibilidad que a la inteligencia. Sus exploraciones sobre los fundamentos de la música no dejan de asombrar e influir a intérpretes y oyentes avanzados. Xenakis influyó de forma decisiva en las escuelas polaca y japonesa mediante su proceso compositivo basado en cálculos matemáticos del todo intrincados. En ocasiones, su música está diseñada para ser ejecutada por instrumentos convencionales aunque de una forma en absoluto convencional. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a su excelsa figura.