La Canarinha, otra de las grandes favoritas sobre el papel

GRUPO A: Como no podía ser de otra manera, Francia culminó el antológico ridículo llevado a cabo durante este Mundial perdiendo contra la anfitriona Sudáfrica por dos tantos a uno. El maleducado Domenech conformó una revolucionaria alineación de la que aún no sabemos si realmente se debió a un ataque rupturista del zombie galo o a que muchos jugadores eligieron irse de cervezas por Bloemfontein coincidiendo con la hora del partido. Por su parte, su colega Parreira, entrenador que se tuvo que largar a Sudáfrica de lo poco que le quieren ya en Brasil, predispuso a los suyos para intentar el milagro: Casi lo consigue; mientras que Sudáfrica se adelantaba con goles de Khumalo — con la participación del guardameta galo Lloris, quien no quiso despedirse del Mundial sin su particular aportación al Festival de Cantadas de Porteros — y de Mphela. Al intento de epopeya sudafricana se unió el colegiado colombiano Ruiz, quien decidió expulsar por roja directa a Gourcuff — un chico de muy buena familia (O sea, que la familia tiene dinero) — por una falta que ni tan siquiera era merecedora de amarilla. Al poco, llegaban noticias de que Uruguay había logrado adelantarse a México, lo que significaba que a Sudáfrica le faltaban sólo dos goles más para clasificarse. No pudo ser. Y para colmo, los franceses van y aguan la fiesta marcando el tanto del honor por mediación de Malouda. Sudáfrica se despidió del Mundial con una buena imagen aunque tiene el dudoso honor de ser la única selección anfitriona que no ha pasado de la primera fase. Pero Francia… ¡Ay, La France! Este Mundial será recordado como el del entrenador zombie — Domenech –, como el de la rebelión de los que no se creen ya mayorcitos como para jugar en la selección — Henry –, como el de las menciones a la presunta y no demostrada profesión de la madre de Domenech — Anelka –, como el de la dimisión del delegado francés, como el del cabreo de Sarkozy, como el de la incomparecencia de ciertos jugadores para el último partido — Abidal –, como el de algún interesado bocazas por mucho que haya sido un inolvidable jugador — Zidane — y por el de la retirada de los patrocinadores ante el bochorno ofrecido por los bleu. Pero sobre todo, Francia ha ofrecido en este Mundial un vivo reflejo de lo que ocurre en su propia sociedad: La grieta de una segregación racial que acabó por dividir su propio vestuario. En el otro duelo, tanto a Uruguay como a México les bastaba un empate para que ambas selecciones pasaran a octavos. Nos temíamos el pasteleo entre ambas selecciones, pero un hipotético cruce con Argentina en octavos — más bien, un deseo de evitar ese cruce — animó un partido de constantes alternativas. Uruguay parecía mostrarse como un equipo superior pero las mejores ocasiones llegaban de botas mexicanas, ya fueran del escurridizo Giovanni Dos Santos o del barrigudo Cuauthémoc Cárdenas. Sin embargo, el gol premió la mayor incisividad uruguaya y Luis Suárez cabeceó a las mallas un centro medido de Forlán. México adoleció de excesiva indolencia en ataque y dio por bueno el resultado, pinganillo radiofónico en oreja, en constante vigilancia de los goles que le iban cayendo a Francia en su partido contra Sudáfrica. Mucho habrán de mejorar en ataque si quieren amargar la vida a los argentinos en el partido de octavos. Pocos contaban con Uruguay en vísperas del Mundial y, sin embargo, tanto por juego — gran labor del maestro Tabárez — como por potencial ofensivo, su cruce en octavos contra Corea del Sur parece del todo asequible.

GRUPO B: Con su victoria ante la apasionada Grecia, la Selección Argentina ha firmado la mejor actuación de las 32 escuadras de este Mundial en la primera fase. El trajeado Maradona dio descanso a muchos de sus titulares y sacó un equipo más experimental, amparado en una clasificación ya resuelta antes de jugarse el partido contra los helenos. Y así transcurrió el mismo: Un verdadero tostonazo durante la primera parte, con muchas imprecisiones e individualidades que acabaron por animar a unos griegos que sólo saben jugar con balones en largo hacia posiciones ofensivas. Grecia pareció rememorar el episodio del Paso de las Termópilas y comprobó con estoica filosofía como sus mejores jugadores se iba retirando por lesión, por recaída de la misma o por puro miedo. Samaras se erigió en Leónidas y bregó a solas con la corpulenta retaguardia argentina a la espera de esos lejanos balones que parecían ser enviados desde la propia Atenas. La tragedia griega aumentó cuando desde Durban empezaron a llegar emisarios con noticias más que preocupantes acerca del resultado del otro partido del grupo. Fue entonces cuando Argentina se cansó de la mascarada griega y fue a por el partido. Demichelis anotó el primer tanto tras un barullo y el imperecedero Palermo — esta vez no se subió a la valla por si acaso — certificó la victoria tras recoger un rechace en la frontal. Messi siguió a lo suyo y hasta en tres ocasiones estuvo a punto de perforar la portería rival. En una de ellas, en la que su diabólico disparo fue escupido por la madera, Maradona rememoró viejos tiempos y se lanzó en plancha por el territorio acotado para los entrenadores, con lo que su ceñido traje acabó siendo objeto de tintorería. Argentina se gustó en los minutos finales y ofreció un recital de toque muy de cara a la galería. Pese a todo, ha sido la mejor selección de esta primera fase de grupos. Parte como indiscutible favorita en su próximo cruce contra mexicanos en octavos, aunque Maradona debe apuntalar un poco su insegura línea defensiva si no quiere verse en problemas. Grecia ha ido de menos a más durante su breve andadura, pero poco más se puede esperar de una selección que practica un fútbol ciertamente arcaico. Por lo que respecta al otro partido del grupo, surcoreanos y nigerianos pelearon por ver quien era el menos malo del partido. Uche aprovechó otro cortés regalo de la zaga asiática y adelantó a los nigerianos en el marcador. Los coreanos se vieron eliminados con dicho tanteador y reaccionaron con el furor del dragón asiático. Lee Jung Soo — que debe significar algo así como Martínez en coreano — empató antes del descanso con un acróbata gol que empezó rematando de cabeza para acabar desviándolo con su propio pie. Nada más comenzar la segunda parte Chu Young — Chu junior en versión anglosajona o Chu el Niño en tejana — dio la vuelta al marcador transformando un golpe franco con la inestimable colaboración del portero nigeriano Enyeama. Pero los africanos no quisieron irse de rositas del Mundial y empataron merced a un penalty ejecutado por Yakubu, quien por otra parte emuló al español Cardeñosa en un fallo de esos que pasan a la historia. El partido se acabó en ese preciso instante, cuando los dos equipos dieron por bueno el mismo (Uno, Corea, porque con el mismo se clasificaba para octavos; y otro, Nigeria, porque significaba no perder su tercer partido consecutivo luego de marrar las oportunidades más claras de gol que se recuerdan en esta competición). Difícil se le presenta a la Selección Surcoreana su duelo con el celeste Uruguay en octavos. Pero con su desenfado y verticalidad más de un disgusto le pueden ocasionar a nuestros hermanos uruguayos, quienes no han de fiarse en absoluto de la cándida sonrisa de los coreanos en los prolegómenos del partido.

GRUPO C: Inglaterra salió a jugar frente a Eslovenia con un fútbol mucho más directo y menos especulativo que el propuesto por Capello en los dos anteriores encuentros. Fue entonces cuando muchos seguidores ingleses se empezaron a preguntar para qué demonios se había contratado a Capello. El juego ofensivo de los ingleses pronto se vio recompensado por un gol de Defoe, jugador que dejó al hasta entonces titular, Heskey, en el banquillo (Y mucho nos tememos que va a calentar banquillo por lo que resta de Mundial). Eslovenia lo intentó pero pronto fue consciente de que una cosa es querer y otra poder. Comprobando su manifiesta inferioridad ante los pross, los eslovenos trataron de conservar el marcador sabedores que un resultado así les clasificaba. Inglaterra, también pegada al aparato de radio, buscó un tranquilizador segundo gol que no llegó por las mismas extrañas circunstancias que padece la Selección Española, esto es, porque al balón no le dio la gana de entrar. Poco a poco el equipo se fue desanimando y llegó entonces la oportunidad de Eslovenia, que en una misma jugada marró tres claras ocasiones de gol y provocó incluso la cara de asombro de Calamity James al comprobar como Birsa no acertaba a introducir el esférico en las mallas inglesas. Con un ojo puesto en el campo de juego y otro en los videomarcadores, las dos selecciones protagonizaron unos minutos finales realmente esperpénticos (Durante una falta cerca del córner a favor de los ingleses nadie parecía querer moverse: –«Pase usted primero. No, no, por favor… Usted primero, faltaría más»– Todo un homenaje a la tradicional educación británica). En estas, justo cuando el árbitro pita el final del partido, se anuncia el gol de EEUU… Los eslovenos que corren como locos a por el balón pero el árbitro Stark que anuncia: –«¡Que esto ya se ha acabado, señores!»–  Total, que Eslovenia se va para casa e Inglaterra pasa como segunda de grupo. Eslovenia ha pagado muy caro la segunda parte que planteó en su partido frente a los EEUU, cuando aventajaba por dos goles a los americanos y se dejó igualar el tanteador debido a su especulativo manejo. Por su parte, Inglaterra deberá cruzarse en octavos con la siempre temible Alemania. El partido promete, sobre todo para Capello, quien tiene la oportunidad de dar un golpe de autoridad y autoestima en el conjunto inglés pese a que parece muy complicado pronosticar un favorito. El otro partido que enfrentaba a Argelia y a los EEUU fue mucho más divertido. Los americanos salieron tan en tromba que descuidaron peligrosamente su retaguardia. Argelia se cansó de jugar a las matemáticas y sacó la guadaña dispuesta a llevarse el partido por lo civil o lo criminal. El encuentro estaba resultando tan disputado, con un continuo y memorable intercambio de pegadas entre los dos equipos, que incluso el árbitro no quiso que decayera el espectáculo y por ello anuló un gol a todas luces legal de Dempsey. Segundo atraco a mano armada que sufren los yankees en este Mundial (¡Cómo puede pretender la FIFA que el soccer se popularice en los EEUU con semejantes robos a su selección!). Durante la segunda parte, EEUU chocó en su intento de invasión de líneas enemigas con una férrea defensa argelina que cada vez sacaba los balones más limpios para sus delanteros. Yebda la tuvo tan clara que el portero americano se santiguó como acción de gracias ante el fallo del argelino. Aquello provocó que los aficionados norteamericanos presentes en el estadio comenzasen también a rezar suplicando el gol de los suyos — y su no anulación por parte del árbitro — porque de lo contrario se volvían para casa. No había manera y el tiempo llegaba a su fin. Pero Dios es justo con sus devotos y, en tiempo de descuento, Donovan aprovechó un barullo en el área tras un ataque norteamericano para golpear con estilo el balón e introducirlo en las redes argelinas. En un segundo, EEUU pasó de la eliminación a liderar el grupo en una jugada que a buen seguro servirá de argumento para una futura producción cinematográfica de Hollywood con heroica banda sonora de John Williams. Ni el contubernio arbitral ha podido evitar que EEUU lidere con toda justicia este grupo. Argelia se va para casa con la sensación de que podía haber hecho mucho más, sobre todo en sus dos primeros partidos. Por su parte, EEUU se jugará el pase a cuartos con una sorprendente Ghana, único equipo africano en pasar a octavos. Ya advertimos que EEUU puede ser uno de los equipos revelación del campeonato y nos mantenemos en ello. Un dato significativo: Entre Uruguay, Corea del Sur, EEUU y Ghana saldrá un semifinalista del Mundial. Imposible mayor diversidad.

GRUPO D: Entretenidísimo el encuentro disputado entre Alemania y Ghana, dos selecciones a priori tan diferentes — y no digamos en el aspecto puramente étnico — y con dos hermanos, uno en cada selección, que ni siquiera se dirigen la palabra desde que acudieron a la lectura notarial de una herencia compartida (Al parecer, el hermano serio y ejemplar — Jerome Boateng — es el que juega por Alemania, mientras que el gamberro y oveja negra de la familia — Prince Boateng — participa con Ghana. Vamos, como en un cuento de Sissi emperatriz…). Alemania dominó desde el principio pero se encontró con una Ghana muy bien dispuesta tácticamente que salía con peligro al contragolpe. Los alemanes tocaban y tocaban mientras que los africanos adoptaban su peculiar estilo Juan Palomo: Yo me lo guiso, yo me lo como. El asimilado Özil — cuyo nombre parece más propio de una marca de detergentes que de un futbolista — falló una ocasión clamorosa en la primera parte, pero se resarció de la misma con un golazo desde fuera del área que la zaga ghanesa no quiso perderse dejando que el chico se la preparase, la dejara botar, calibrase el tiro, observara la posición del portero y armara la zurda. Ghana seguía estando clasificada, y más teniendo en cuenta las noticias que llegaban del otro partido (Deliciosas las imágenes del banquillo ghanés contando con los dedos el número de goles que llevaban de ventaja sobre Australia en el goal-average). Pese a todo, lo intentó con más voluntad que acierto frente a una sólida Alemania que paulatinamente fue perdiendo fuerza física. Los teutones jugaron un buen partido pero parecen estar aún carentes de una velocidad de crucero mayor. Schweinsteiger se retiró con molestias y su concurso es del todo imprescindible frente a Inglaterra en octavos. Gustó Cacau (Si nos hubieran dicho hace veinte años que un tío con ese nombre sería internacional con Alemania pensaríamos que nos estaban tomando el pelo) sustituyendo a un sancionado Klose, quien ya se prepara para marcar su gol de turno contra Inglaterra. Los ghaneses tienen un rival asequible en los EEUU para el cruce de cuartos, aunque justamente lo mismo estarán pensando los norteamericanos. Es complicadísimo realizar un pronóstico, aunque me decanto por los norteamericanos en virtud a la gran motivación por la victoria que hasta ahora han exhibido en todos sus partidos. En el otro duelo del grupo, Serbia lo tenía todo a favor para imponerse a Australia y optar incluso a la primera plaza. Sin embargo, desaprovecharon numerosas ocasiones en la primera parte y en la segunda vieron como los sorprendentes oceánicos se adelantaban doblemente en el marcador mediante goles de Cahill y Holfman. La selección de los canguros empezó a dar botes de alegría por la gesta y no dudó en subir con toda la parafernalia para conseguir otros dos goles que le facultaba el pase a octavos. Consecuentemente descuidó la defensa y ello fue aprovechado por Pantelic para reducir la distancia con la inestimable colaboración del portero australiano Schwarzer, quien ingresa por derecho propio en el elenco del Festival de Cante Jondo de porteros en este Mundial. A Serbia le servía (Perdón por la redundancia) entonces el empate y se lanzó a la desesperada a falta de ocho minutos para el final. Se vivieron momentos frenéticos y de infarto, aderezados por el árbitro uruguayo Larrionda que no juzgó como penalty una clara mano australiana en el tiempo de descuento. Pero claro, difícil es intentar conseguir a toda prisa en ocho minutos lo que no se ha podido hacer en ochenta y dos. Final del partido y las dos selecciones obligadas a hacer las maletas. Australia ha llevado como una losa sus cuatro goles en contra del primer partido y ese ha sido, a la postre, el motivo de su eliminación. Ha ido de menos a más y, francamente, deja una muy buena impresión. Por contra, Serbia ha sido una de las mayores decepciones de este Mundial. Antic se ha hecho una auténtica empanada mental con las tácticas y la alineaciones, cometiendo además el error de confeccionar las mismas excesivamente en función del rival. Con su eliminación, Serbia nos ha privado de un duelo en octavos con EEUU que posiblemente hubiera trascendido lo meramente deportivo.

GRUPO E: Holanda cerró su actuación en este grupo con una nueva victoria y tan solo con un gol en contra — y de penalty — en los tres partidos. Sabedores de que su clasificación era un hecho, los tulipanes salieron a jugar sin presión alguna frente a una Camerún que igualmente tampoco se jugaba nada, excepto la honra. Los leones indomables como siempre: Comenzaron ofreciendo una buena imagen para pasar, seguidamente, a exhibir un auténtico despropósito defensivo que parece incluso superarse en cada nuevo partido. Tiene mérito la cosa. Así, Van Persie aprovechó una elaborada jugada de los orange para materializar el primer gol. Las broncas entre los jugadores de Camerún tras el gol fueron propias de sórdidos callejones nocturnos y el equipo trató de recomponerse. Cuando ya nadie daba un duro por los africanos, un penalty transformado por Eto´o igualaba el marcador y sembraba de dudas a Holanda ante el maremoto japonés (Un nuevo gol de los nipones acompañado de otro de los cameruneses los dejaba como segundos). Fue entonces cuando Robben — aquel jugador que el Real Madrid desestimó por Kaká en una de las mayores tropelías realizadas por el club blanco en toda su historia — salió al campo para hacer lo que sabe: Regatear hasta a su sombra y provocar goles. Así se cumplió y al poco de tocar el primer balón, enviándolo al palo, Huntelaar — otro que vistió la camiseta merengue aunque con más pena que gloria — aprovecha el rechace para perforar la meta camerunesa. Camino despejado para una Holanda que tendrá un accesible cruce en octavos frente a Eslovaquia. ¡Ojo a Holanda! Veo a este equipo como semifinalista y candidato a empresas incluso mayores. Por su parte, terrible decepción camerunesa. Tres partidos y tres derrotas para una selección de la que todos esperábamos algo más. A ver si algún entrenador consigue domar a los indomables durante los próximos años. Difícil. Mucho más animado fue el otro partido del grupo, el que enfrentó a Japón contra Dinamarca. Seamos sinceros: Nunca apostamos nada por los nipones, pero un equipo que cuenta con Honda, Kawasaki (Quien no llegó a participar) y Abe (Quien debe ser primo de aquel motociclista de Yamaha que sacaba la cabeza por encima del parabrisas en las curvas), debe jugar como una moto. Y eso precisamente fue lo que hicieron los japoneses. ¡Qué escándalo de partido! De todos es conocido el gusto japonés por la precisión matemática. Lo mismo debió pensar el portero danés Sorensen al comprobar que los dos libres directos que golpearon los metódicos jugadores asiáticos acabaron en las mallas. Curioso lo de este guardameta: En el primer gol de Honda dio un paso de más que a la postre resultó fatal para atajar el misil teledirigido lanzado por el japonés. Por contra, quince minutos después decidió no dar ese socorrido paso, tremenda irresponsabilidad que facilitó que el obús percutido por Endo acabase de igual manera en las mallas. Para que luego digan que ser portero es fácil… Japón no daba crédito a las facilidades ofrecidas por Sorensen y animó el partido emulando a la Selección Brasileña por momentos. Listos estos nipones. Nada más comenzar la segunda parte, nueva falta directa a favor de los japoneses en el borde del área. Sorensen que se encomienda a María Santísima y… La Virgen que atiende las súplicas del cancerbero danés, provocando que su esperpéntica recepción del cuero diera en el palo y que por poco no significase el tercer tanto japonés. A partir de ahí, Dinamarca atacó con todo lo que tenía en el campo, que era más bien poco, y comenzó entonces el recital de Tomasson. El veterano jugador danés no era capaz de marcar un gol ni al mismísimo Arco Iris, incluso con la inestimable ayuda del colegiado surafricano Damon, empeñado en pitar lo que no era y en obviar lo que realmente sí era. Así sobrevino un penalty de esos en los que un defensor pugna por alto, un delantero se «muere» del impacto y el tonto del árbitro pica. Tomasson no quería despedirse sin realizar una nueva exhibición de inoperancia para regocijo del público asiático: Lanza la pena máxima y el balón es rechazado por Kawashima, aunque no puede evitar que el propio Tomasson anote el tanto a costa de sufrir una lesión muscular que lo dejó cojo para el resto del partido. Dinamarca lo siguió intentando a cambio de dejar auténticas autopistas libres de peaje en su zaga. Los japoneses, que de velocidad y circulación saben mucho, aprovecharon la circunstancia y en estas llegó un gol de esos que parecía más propio de la Hungría de Puskas y Koscis que de Japón. Honda  — jugador revelación del Mundial — emula a Messi y realiza un imposible quiebro de cintura para luego ceder el balón de forma magistral a su compañero Okazaki, quien no perdona ante un ya desesperado Sorensen. Golazo que hasta los educados aficionados daneses en el estadio aplaudieron a rabiar y que formará parte de las futuras videotecas de la historia de los mundiales. Para mí, la jugada del Mundial hasta la fecha. Triunfo histórico de Japón y decepción de una Dinamarca que ha de dejar de lado un esquema de juego del todo previsible. La Selección Japonesa se habrá de batir a Paraguay en octavos en un duelo que a buen seguro paralizará al país del Sol Naciente. Extraordinario papel de Asia en este Mundial, con dos selecciones — Japón y Corea del Sur — que consiguen clasificarse para la siguiente ronda.

GRUPO F: Todavía no me lo puedo creer: ¡Italia eliminada a las primeras de cambio! Algo está cambiando en este mundo. Estamos asistiendo a una nueva y silenciosa revolución global que… Bueno, el caso es que Italia y Eslovaquia nos brindaron no ya el mejor partido de este Mundial, sino uno de esos encuentros que pasará a la historia de esta competición. No nos podemos ganar la vida como pitonisos: Dijimos que Italia pasaba seguro a octavos y que Eslovaquia había resultado una gran decepción. Pues los eslovacos se enfadaron con nuestra negativa apreciación y salieron sin ningún rubor y dispuestos a comerse la calzone italiana. Los azzurri alinearon de salida al felino Gattuso, quien no pudo impedir el primer tanto eslovaco obra de Vittek. Gattuso se enfadó tanto con este gol y con otra jugada en donde fue estorbado por Sterba — que para eso se apellida así — que tomó el número de matrícula del eslovaco y le abrió la rodilla, dicen que involuntariamente, en uno de los lances más violentos de este Mundial. En la segunda parte, Italia puso más corazón que garra (Gattuso fue sustituido) y salió a dar la vuelta al partido. Pero quien realmente revolucionó el mismo fue nuevamente Vittek, quien conseguía el segundo gol eslovaco ante la atónita mirada de los italianos. Italia apeló a la heroica y consiguió reducir distancias tras un jugadón colectivo que Di Natale mandó a la red. Comenzaron entonces los minutos más sensacionales de este Mundial: Italia vuelve a marcar pero el gol es anulado por fuera de juego, al parecer, muy ajustado. Los italianos que se miran unos a otros durante un saque de banda y aparece el listo de Kopunek para levantar el balón por encima de Marchetti y poner el tres a uno en el marcador. Pero Italia se resistía como gato panza arriba y Quagriarella acorta distancias — gol antológico — casi en tiempo de descuento. Un gol más daba el paso a los transalpinos, quienes se lanzaron durante el descuento con una ofensiva propia de los equipos que no dan por perdido el partido hasta el silbido final del trencilla. En el último suspiro, los servicios de urgencia de Bratislava tuvieron que asistir a numerosos conciudadanos eslovacos presa de síncope cardíaco cuando Pepe falló lo que parecía destinado a escribir un nuevo capítulo de la gesta italiana en los mundiales. Fin del partido — sensacional — e Italia que pone rumbo a casa de manera tan sorpresiva como no menos predecible. Lippi decidió llevar un bloque muy cargado de años al Mundial, confiando en jugadores que están muy lejos del nivel competitivo de antaño (Cannavaro). Con esta derrota, se cierra una página gloriosa en una Selección Italiana que pide a gritos una renovación generacional. Por su parte, Eslovaquia ganó cuando debía de hacerlo y obtiene el premio del pase a octavos en su primera cita mundialista. Se antoja muy difícil su partido contra Holanda aunque, visto lo visto en este Mundial, cualquier cosa parece posible. En el otro partido del grupo, Nueva Zelanda y Paraguay salieron con objetivos contrapuestos: Los guaraníes a contemporizar y con una oreja conectada a lo que sucedía en el otro encuentro mientras que los kiwies a intentar superar el vértigo que les producía saberse con posibilidades reales de acceder a octavos. De esta forma, y dadas las noticias que se recibían desde Johannesburgo, ninguno de los dos equipos exhibió todo su potencial, Paraguay por simple especulación y Nueva Zelanda por pura inoperancia. Casi sin querer, Paraguay que acaba liderando este sorprendente grupo y Nueva Zelanda que se despide del Mundial sin ser derrotada. El partido de octavos frente a Japón se presenta, a priori, factible para los hermanos paraguayos aunque en ningún momento deberán fiarse de los nipones, muy crecidos tras su incontestable triunfo ante una caduca Dinamarca.

GRUPO G: Mucho se esperaba del duelo entre Brasil y Portugal y, la verdad, fue uno de los mayores tostonazos que se han visto en este Mundial. Esta Selección Brasileira es la más sosa que yo he contemplado en mucho tiempo, carente de fantasía y evidenciando un estilo de juego que para nada tiene que ver con la desbordante imaginación que siempre suele mostrar A Canarinha en esta competición. Cierto es que Dunga dio descanso ciertos jugadores que se suponen clave — Kaká (por sanción) y Robinho — para un duelo en donde sólo un empate bastaba para liderar el grupo. Portugal mostró un juego más correoso y práctico en todas sus líneas, a pesar de que a Cristiano Ronaldo no le llegaron apenas balones. El árbitro mexicano, Armando Archudia, siguió con esa tradición que se mantiene desde los tiempos de Havelange y que consiste en que hay que ser condescendiente con el equipo brasileiro. De esta forma, perdonó la expulsión a Juan en la primera parte tras interceptar con la mano un balón que dejaba solo a CR9 ante el meta Julio César. Y por si esto no fuera poco, en tiempo de descuento no quiso ver una mano clara de Lucio en el área de Brasil que hubiera significado una pena máxima en su contra. Brasil tocaba y tocaba en el centro del campo sin profundidad alguna mientras que Portugal ponía las ocasiones. En el último minuto del encuentro, el público asistente al choque premió a ambas selecciones con una sonora pitada ante el infumable espectáculo que estaban dando. Brasil se las tendrá que ver en octavos contra una Selección Chilena que puede dar la sorpresa en un partido que se antoja espectacular. Veremos si el loco Bielsa es capaz de ganarle la partida táctica a Dunga. No descartemos a Chile. Y del otro lado, duelo con aroma ibérico entre la romántica Portugal y la España del tiqui-taca. Mucho tendrán que bregar los lusos ante una España que va de menos a más. En el otro encuentro del grupo, Costa de Marfil goleó por tres tantos a cero a una Corea del Norte cuyo mayor mérito en este Mundial ha sido el de conquistar el más que dudoso título del cucharón de madera. Los africanos eran conscientes de que sólo un milagro en forma de lluvia de goles podía meterles en octavos y siempre que Portugal perdiera su partido contra Brasil. De esta forma, en veinte minutos, Yayá Touré (o Touré Yayá, que nunca me ha quedado claro como se dice realmente) y Romaric perforaban la portería de un desconsolado Ri Myong Guk. Costa de Marfil tuvo numerosas oportunidades de volver a marcar pero sólo se volvió a materializar una de ellas ya muy avanzada la segunda parte, cuando Kalou remató a la red ante una salida en falso del guardameta norcoreano. Fin del partido y Costa de Marfil que se va para casa una vez más en la primera fase del Mundial. Papelón el de los africanos en este Mundial. De las seis selecciones presentes tan solo Ghana ha conseguido meterse en octavos. Sigo pensando que África necesita entrenadores autóctonos que sepan conjuntar un mínimo rigor con la tradicional anarquía táctica de estos equipos. Por contra, Asia ha metido a dos de sus cuatro selecciones en octavos, incluyendo entre esas cuatro a Australia, que esta vez se inscribió en la Conferencia Asiática y no en la tradicional Oceánica. Corea del Norte ha ido de más a menos en esta competición y se ha mostrado como un equipo muy débil y vulnerable, muy distinto a aquella otra Selección Norcoreana de 1966 que asombró al mundo tras eliminar a Italia y perder in extremis su pase a semifinales ante el Portugal de Eusebio.

GRUPO H: Inaudito pasteleo entre las selecciones de España y Chile durante la segunda parte del encuentro. El juego de España, conocido como tiqui-taca, consiste en apropiarse la posesión del balón mediante una serie de rondos y provocar la descolocación del contrario en su afán de recuperar el mismo. Entonces se abren huecos en las líneas enemigas que son aprovechados por los centrocampistas españoles para lanzar a sus delanteros en posiciones francas de cara al gol. Dicho así, se supone que el rival presiona la línea de medios… Pero en este partido ocurrió que Chile se conformaba con este resultado — pinganillo radiofónico en la oreja — y no ejerció presión alguna sobre los conductores españoles. En consecuencia, el tiqui-taca pasa entonces a convertirse en pasteleo: Tuya-mía, tuya-mía, lanzamos algún balón para que no se note mucho, recuperamos la posesión y a seguir. Y así que anduvieron chilenos y españoles durante la práctica totalidad del segundo tiempo. España jugó de largo su peor encuentro de este Mundial y se fue al vestuario en el descanso con dos goles de ventaja: Uno tras una cantada espectacular del arquero chileno — Bravo — que salió a por uvas en un balón dividido y dejó la puerta vacía para que el golfo de Villa la impulsara desde cuarenta metros con maestría. El segundo tras una espectacular jugada de ataque tras un proverbial robo de balón de Iniesta que el propio manchego culminó luego de una genial apertura de Villa. En dicha jugada, los españoles aún no sabemos si Torres fue víctima de un repentino mareo durante su progresión de desmarque o fue hábilmente zancadilleado por Estrada, quien acabó en el vestuario antes de tiempo por expulsión. Sin jugar un pimiento, España se iba a las duchas con dos goles de ventaja. Son los misterios del fútbol. Contra Suiza y Honduras llegamos un millón de veces y no fuimos capaces de enchufarla acorde con la relación estadística. Ahora, con más miedo que vergüenza, llegamos en dos ocasiones y anotamos dos goles — que pudieron ser tres si el árbitro señala como penalty un claro agarrón de Vidal al niño Torres — para desesperación de Bielsa, quien está empeñado en ver el fútbol desde un punto de vista estrictamente académico. Nos las prometíamos felices tras la reanudación del partido, pero una bomba silenciosa de Millar tropezó en Piqué y pilló descolocado a Casillas. Tocaba sufrir, pensamos, pero nada más lejos de la realidad. Chilenos y españoles se miraron y se dijeron: –«Mientras que el locutor radiofónico no cante algún gol de Suiza, nosotros como si nada: Hacemos como si jugamos pero nada más»–  Lo que se suponía que iban a ser cuarenta minutos de angustia ante la incertidumbre del resultado fueron aprovechados por quien esto escribe para prepararse una suculenta tortilla de patatas; para llamar telefónicamente a mis tres hermanos y comentar el partido y otras circunstancias existenciales; para barrer y fregar un poco el salón de estar; para consultar una versión del Primer Concierto para piano de Brahms; para dar de cenar al gato y para conversar — discutir — con mi pareja acerca de la viabilidad de salir a tomar algo con su hija mañana en la tarde… El partido seguía igual: Tuya-mía, tuya-mía… El árbitro, luego de algún bostezo que no captaron las cámaras, pitó el final del partido y todos tan contentos: España líder del grupo y Chile clasificada para octavos. Ya advertí en una anterior entrada que no veía yo muy claro que Suiza ganase con facilidad a Honduras. Si toda la filosofía de una selección de fútbol consiste en meter atrás a diez jugadores para defender procurando encontrar algún balón largo por si suena la flauta, como le ocurrió a Suiza en su partido contra España, difícil será que puedan llevar la iniciativa de un partido en el que forzosamente han de salir a ganar. Eso mismo le pasó a Suiza en su duelo contra Honduras. Incluso nuestros hermanos hondureños apunto estuvieron de marcar gol en un lance ante la inoperancia helvética en ataque. Para el bien de este deporte, Suiza se despide de la competición luego de no asumir que el fútbol es algo más que plantar un autobús frente a la propia portería. Por su parte, los hondureños hicieron piña con la causa iberoamericana y facultaron el pase de españoles y chilenos cuando no tenían nada más que jugarse en este Mundial. Florentino Pérez, actual presidente del Real Madrid, debería invitar a la Selección Hondureña para el próximo Trofeo Bernabéu a celebrarse en agosto. De agradecidos es ser bien nacidos. Y ya puestos, a Chile también. Confío en que España se haya quitado la ansiedad de superar la fase clasificatoria y pueda afrontar su partido contra Portugal con una mayor confianza en sus posibilidades. Lo peor ha pasado y ahora llega lo bueno de verdad. Pocas veces tendrá el combinado español en unos mundiales unas expectativas de cruces tan teóricamente asumibles hasta semifinales como en el presente. Por su parte, Chile está más que capacitada para mojarle la oreja a los brasileiros en su duelo de octavos. Brasil aún no ha demostrado absolutamente nada en este Mundial y Chile, por el contrario, ha sabido exponer un juego rápido, atractivo y de gran calidad por momentos. El duelo entre ambas selecciones por una plaza de cuartos se antoja, cuanto menos, emocionante a más no poder. Las espadas están en lo alto.