luis-olmo-tertulianos

 Cuando uno empieza a peinar canas (Pues cabello de color hace años que lo he perdido) se hace más profundo en su visión de la realidad.

 En estos tiempos donde lo más demandado es un empleo, les propongo a aquellos que están en paro y se atrevan se conviertan en tertulianos de televisión. La gama de opciones es amplia y va desde los llamados programas del corazón hasta los de actualidad, análisis político o deportivos. Antes de seguir les pido que no se asusten y lo intenten pues, aunque confundan en un análisis económico variación de puntos con variación porcentual, hablar de reducciones del ciento por ciento o proponer ideas que rozan el disparate nadie de sus colegas de panel lo observará (Solidaridad gremial, respeto o, lo más probable, ignorancia supina). Es tanto el afán de estar en los medios (O la necesidad de ganarse unos euros) que un mismo personaje puede estar en 2 o 3 cadenas en una misma mañanal diciendo lo propio en uno o lo contrario en las otras.

 La idea de la productora es simplemente armar un panel afín al mensaje que se quiere instalar o por el contrario generar polémica invitando a gente que independientemente del tema que se trate se sabe a priori que no se pondrán de acuerdo. Hay gente que a costa de citas se ha hecho un lugar en los medios y ha hecho de su verbo la admiración del común de los mortales. La audiencia escucha boquiabierta su locuacidad, pseudo erudición-conocimiento, poniendo en evidencia su ignorancia y pobreza de vocabulario. El fenómeno está tan extendido que abarca también a los deportes, donde el comentarista de turno inventa palabras, verbos y frases para desdecirse de lo que dijo un minuto antes o enaltecer al que instantes antes había aborrecido.

 Para no aburrirles, les dejo como tarea identificar a por lo menos TRES ejemplares de éstos (Si no lo logran es que ya los han abducido).
A los que quieran intentar esta nueva opción laboral en el campo político-económico les acoto algunas pistas que pueden poner en práctica con sus allegados:

 – Aprenderse un pequeño compendio de frases deslumbrantes para apabullar a los tertulianos cada vez que tenga oportunidad, sin importar el ámbito o el motivo del coloquio. Simplemente se debe tener la frase a flor de labios y soltarla cuando el silencio genere el espacio adecuado. Mágicamente pasará a ser el «entendido» del tema de marras.

– Cuando se es consultado responder con ambigüedad de manera tal que él/los interlocutores no sepan o no entiendan cual fue el mensaje (Y como consecuencia la pertinencia del mismo)

– Utilizar frases que, a pesar de no tener que ver con el tema, suenan bien o puedan generar un ámbito de erudición/solemnidad/grandilocuencia, que deje al más ilustre perplejo. Esta técnica tiene la necesidad de indicar el autor de la cita. Pero para los temerosos de meter la pata, tranquilos; en general, la ignorancia es tal que nadie se atreverá a refutar su autoría y en el peor de los casos se debe asentir con la mejor cara de póker que el personaje citado también lo dijo y a otra cosa mariposa.

– Si no tiene nada que decir establezca una verdad de Perogrullo, que suena bien, nadie discute y da oportunidad de meter un bocadillo sin quedar como un lelo en el debate.

– Para dar credibilidad a sus comentarios, cite periódicos, revistas, artículos (Todos ellos escritos en otro idioma; nadie los refutará y se hará imagen de políglota).

– Las muletillas – lugares comunes-  también son un recurso muy utilizado pues, en definitiva, es lo que el lego en general está esperando escuchar

– Párrafo aparte merecen el sinnúmero de vocablos mal utilizados, ya sea porque no expresan el sentido que se les quiso dar o, en el grado máximo, son el opuesto al mismo. Pero dígalos igual, nadie se dará cuenta.

 Los medios de comunicación están repletos de ejemplos de lo dicho; lo que cuenta es aprovechar los 20 segundos de gloria y decir algo, si es elaborado y pertinente mejor, y si es un desvarío, queda siempre el recurso de una nueva intervención aclarando que sus palabras fueron «sacadas de contexto» (Bendita frase que contra lo que dije anteriormente todavía permanece anónima). Tengan en cuenta que la idea de los comunicadores – así se hacen llamar- es que la humanidad siga caminando hacia un mundo sin contenido semántico, frases huecas y discursos sin razón. No hay información que suministrar sino lleva la consabida opinión de alguno de estos personajes. Ningún medio, escrito, oral o televisivo (Ya caí en la barbarie, ¿La tele no es oral?) se salva de lo antedicho y, si no hay quien opine, consultemos al ciudadano de a pie.
Prepararse es imperativo, pues en cualquier momento tendremos nuestra oportunidad– la gloria está a la vuelta de la esquina — y podremos contribuir reduciendo la tasa de paro

Un saludo y buen fin de semana

PD: Perdón por el sarcasmo

THENIGER