La ciudad de Agra, a orillas del río Jumna y situada a unos 190 kilómetros al sur de Dehli, es la sede de este grandioso e inimitable monumento funerario erigido por un emperador en recuerdo de su esposa. En 1631 murió la mujer del emperador mogol de la India, el sha Jenan, luego de haber dado a luz a su decimocuarto hijo. Tan sólo tenía 34 años y llevaba casada 18… Pese a su juventud, había destacado como una astuta consejera política de su marido, un hombre que lamentó como nadie su muerte hasta el punto de que su pelo encaneció del todo durante los dos años en que se guardó luto. Por ello, el sha Jenan juró erigir una tumba digna de su esposa, una construcción que no tuviese rival en el mundo. Arjumand Banu, la mujer que dio pie a este monumento y también conocida como Mumtaz Mahal (La elegida de palacio), tiene como obra conmemorativa un asombroso edificio que lleva por nombre una abreviatura del suyo: El Taj Mahal

 Se han aplicado tantos superlativos a este edificio que la mayoría de los visitantes temen sentirse decepcionados al verlo. Su silueta, conocida a través de innumerables fotografías, se repite una y mil veces como emblema de cualquier marca que pretende presentar una imagen reconocible de la India. A pesar de ello, pocos quedan decepcionados y, por muchas veces que se contemple, el Taj Mahal siempre sorprende. Su conocida fachada parece adoptar un aspecto distinto según el momento del día y las diferencias de luz. A pesar de ser una tumba, carece por completo de la fría solemnidad propia de ese tipo de construcciones; por el contrario, da la impresión de flotar entre el cielo y la tierra combinando las proporciones en portentosa simetría. Los jardines que rodean el recinto y su reflejo en el agua crean una mágica atmósfera que sorprende a todo aquel que la contempla. Por otra parte, la cúpula en forma de pera es un símbolo islámico de la feminidad y del paraíso mientras que el edificio cuadrado representa a la tierra.

 El Taj Mahal representa el punto culminante de la arquitectura mogola. En el norte de la India es habitual este tipo de enterramiento monumental que inspira el mismo respeto que las mezquitas. Todos estos templos tienen una pauta común — enorme cúpula en forma de cebolla de indudable influencia bizantina, canales de agua, minaretes y jardín dividido en cuatro partes — pero los arquitectos del Taj Mahal lograron combinar todos estos elementos de una manera realmente inigualable. A pesar de que se cree que un francés y un veneciano desempeñaron un papel importante en las obras, no consta el nombre de ningún arquitecto en decidida intención de que sólo se recordase el nombre a cuya memoria fue erigido. Se estima que en la construcción del Taj Mahal intervinieron unas 20.000 trabajadores y se tardaron unos 22 años en terminarlo.

 El edificio está construido en mármol blanco cuya cantera está situada nada menos que a 320 kilómetros de distancia. En la superficie del mármol hay incrustadas millares de piedras preciosas mientras que para la decoración caligráfica se utilizó el mármol negro. Las celosías hacen gala de una prodigiosa habilidad artística proyectando dramáticas sombras cuando las ilumina el sol. Originariamente contó con puertas de plata y en el interior, encima de la tumba de la reina, sobresalía un barandilla de oro y un paño cuajado de perlas. Durante años, los ladrones consiguieron apoderarse de estos objetos y de muchas de las piedras preciosas incrustadas en la fachada… Pero aquello resultó ser un juego de niños en comparación con el plan ideado en 1830 por el gobernador británico de Bengala, lord William Bentinck: Este propuso desmantelar el monumento — que estaba abandonado y cubierto de vegetación — y enviar el mármol a Londres para allí venderlo. El proyecto no se llevó a cabo debido a que no se encontró comprador para el mármol… Fue lord Curzon, virrey de la India en 1900, quien restauró por completo el Taj Mahal.

 El edificio se alza en un parque y se accede al mismo por una gigantesca puerta símbolo de la entrada al paraíso. Coronado por pabellones abovedados, en principio tenía una puerta de plata maciza con cientos de clavos del mismo metal que también fueron expoliados. La puerta actual está construida en latón. No parece en absoluto verídica la leyenda según la cual el sha Jenan quiso construir para sí mismo otro monumento idéntico en mármol negro y en la otra orilla del río Jumna. Además, hubiese resultado un tanto imposible tal empresa: El hijo del sha Jenan, Aurangzeb, se proclamó emperador en 1658 y celebró su ascenso al trono ordenando la reclusión de su padre en el fuerte de Agra, donde permaneció nueve años hasta su muerte. Al menos, desde el fuerte, el sha Jenan pudo contemplar a lo lejos el Taj Mahal… A su muerte, fue definitivamente enterrado allí, junto a su amada esposa.