VERSIONES DE CONCIERTO

MURRAY PERAHIA con la Filarmónica de Viena dirigida por James Levine: Introducción algo pesante y sobredimensionada de Levine a la que sigue una brillante semicadencia del solista. A pesar de lo defectuoso del sonido ya advertimos la inconmensurable técnica del neoyorquino Perahia en la diáfana exposición del primer tema. Enormes las maderas de la Wiener, una orquesta que suele bordar a Mozart. El fraseo es admirable y portentoso en cuanto a la técnica de un Perahia que gusta de cimbrearse entre el registro del teclado. Otro aspecto digno de destacar en Perahia es su excelente digitación, muy parecida a la de Horowitz (Aunque no «esconda» el meñique de la mano derecha). Un aspecto controvertible es la forma de atacar el tema B en la reexposición (Minuto 4.49), un tanto afilada y sin recrearse en el bello contraste de matices. Poderosa cadenza, algo precipitada, en la que Perahia nos ofrece un curso de cómo abordar rápidas escalas de octava (Otra semejanza con Horowitz). Final muy bien ejecutado y en donde Levine no molesta con la orquesta. Técnica abrumadora. Versión de sobresaliente para un prodigioso pianista que abrió la llave al actual desembarco de artistas orientales que basan sus interpretaciones en la exhibición de una técnica tan abrumadora como mecánica.

PABLO ARENCIBIA con la Sinfónica Municipal de Caracas dirigida por Edvard Tchivzhel: Meteórica carrera la de este excelente y jovencísimo pianista venezolano, Pablo Arencibia, quien con tan sólo 16 años obtuvo el título de profesor de piano del Conservatorio Nacional de Música de Caracas. Además, Arencibia es ingeniero informático y colabora con una conocida multinacional del sector. Solvente introducción orquestal de Tchivzhel y potente cadencia inicial del movimiento, ad libitum. La presentación del primer tema es realmente convincente aunque apreciamos una lectura rítmica demasiado marcada. El primer motivo del rondó está ejecutado con un soberbio y cristalino fraseo, escuchándose todas y cada una de las notas de las escalas. En líneas generales, se advierte una gran técnica sólo ensombrecida por la escasa gama de dinámica sonora, a pesar de ciertos rallentandi de factura muy personalista (Minuto 2.03). Tema de ensamblaje mucho más ligado y contrastado que en la versión precedente. La dirección de Tchivzhel resulta eficiente aunque un tanto «fría». Peculiar y limpia cadencia final en que vemos a un Arencibia muy sobrado de técnica. Versión de notable alto a la que sólo le ponemos el «pero» de una excesivamente lineal gama sonora.

ROBERTO PARUZZO con la Filarmónica de Flandes dirigida por David Angus: Nacido en Milán, Roberto Paruzzo tiene el privilegio de ser uno de los más queridos alumnos del mítico Benedetti-Michelangeli. Nerviosa introducción orquestal, muy poco matizada, y brillante exhibición de Paruzzo en los compases iniciales. Con un tempo algo rápido, el pianista nos brinda una versión muy cercana al concepto más «romántico» de Mozart. Con el transcurrir del movimiento, da la sensación de que Agnus y Paruzzo se compenetran de una forma ciertamente encomiable y ello repercute en una mejor lectura de la partitura. De cualquier manera, insistimos en que la labor del director resulta un tanto rebosada, con mucha más acentuación y protagonismo de lo que pensamos que este fragmento requiere. Exquisito y elegante detalle de Paruzzo en la reexposición del tema B (Minuto 4.48) dejando que el ritmo de la mano derecha anteceda por milésimas la frase cantabile. Cadencia final de Dinu Lipatti — complicadísima — que merece que califiquemos esta versión como de notable alto.

TAMARA KEZEROV con la Sinfónica Federal de Rusia dirigida por Yuri Serdyuk: Uruguaya de nacimiento, argentina de adopción y completamente rusa de espíritu. Esta caleidoscópica adicción de factores provoca que Tamara Kezerov también se desborde en sus lecturas musicales. A pesar de la discreta toma sonora, ya observamos como la dirección de Serdyuk ofrece muchos dudosos interrogantes que parecen contagiar a la solista. Prueba de ello es la nota «colgada» y subrayada (Minuto 0.31) con la que finaliza una cadencia introductoria más que mejorable (¡Esos pedales!). Problemas serios en la exposición del primer tema del rondó (Minuto 1.oo). Pese a ello, es disculpable todo debido a que la toma sonora del vídeo capta más el volumen orquestal que el de la pianista. El fraseo general es bastante mejorable, así como los acordes que ensamblan los tutti. De nuevo abuso del pedal en el pasaje (Minuto 3.49) de los diálogos entre los registros del piano. Conforme avanza el movimiento, el fraseo parece diluirse y la ejecución peca, siempre según mi opinión, de desproporcionados contrastes. Para acabar de arreglarlo, Serdyuk acomete un difícil rallentando en los compases precedentes a la cadencia final que deja al timbalista (Minuto 5.42) con las baquetas al aire. Debido a las dudas que nos plantea la mala toma sonora, concedemos un aprobado muy raspado a dicha versión.

MAURIZIO POLLINI con la Filarmónica de La Scala dirigida por Riccardo Muti: Vivaz introducción orquestal de Muti y extraordinaria cadenza de Pollini en el tema de introducción. A pesar de las canas que ya exhibe Pollini, este se muestra con un espíritu tan joven como dinámico y exhibe un rápido y cristalino fraseo que realza sobremanera la amplitud dinámica que pide la partitura. Fijaos como Pollini resuelve las comprometidas escalas posteriores al primer tema (Minuto 1.47) con una elegancia no exenta de virtuosismo pero sin caer en ningún momento en el amaneramiento circense. La dirección de Muti resulta efectiva en todo momento, sabiendo extraer lo mejor de una orquesta que suena de maravilla (Extraordinarias las maderas). Resulta fascinante el pasaje posterior a la modulación (Minuto 3.52) en donde Pollini da toda una clase de cómo emplear el pedal. En este fragmento observamos cómo no se recarga ni una sola nota, algo realmente admirable. Un cierto defecto podemos achacar a la reexposición del bellísimo tema secundario (4.52), tal vez un tanto necesitado de más pausa. Nueva exhibición en la cadenza final, magistral, con grandes contrastes sonoros, y vuelta al tema principal con un toque acelerado del mejor gusto. Versión de sobresaliente, tanto de Pollini como de un enorme Muti. Gran orquesta (¿Escucháis los «gemidos» de Pollini? Utilizad los auriculares…)

MARIA TIPO con la Orquesta del Mozarteum dirigida por Hans Graf: Discípula de Alfredo Casella, la napolitana Maria Tipo es una extraordinaria pianista que llegó a ser apodada como la «Horowitz napolitana». Especialista en Bach y en Scarlatti, Maria Tipo es una artista muy comprometida con la enseñanza y, caso extraño, siempre fue más apreciada por sus colegas italianos que por el público. En este vídeo, observamos a un polémico Hans Graf — al que recordamos por una pésima integral de las sinfonías de Mozart — haciendo algo muy peculiar: Toca a Mozart como un romántico y no matiza en absoluto. Más bien, se desborda… En fin, sus poderosas razones tendrá. Maria Tipo nos ofrece una extraña introducción que ya delata el carácter ultrarromántico de la interpretación. Insólitos gestos con la mano izquierda no ocultan una buena técnica al servicio de un Mozart que parece Beethoven… Cuestión de gustos, claro, pero a mí este tipo de interpretación no me resulta nada atractiva. Eso sí, la técnica empleada por Tipo es francamente encomiable. ¿A qué el piano os suena distinto? Es un Dössendorfer, más propio para determinado tipo de música romántica que de Mozart. Momentos antes de la modulación, Graf y Tipo juegan a Schumann… ¡Vaya lío de versión! Eso sí, la mano derecha de Tipo al acometer las complicadas escalas cruzadas de compensación modulativa (Minuto 3.55) es verdaderamente estupenda y digna de elogio. Mientras, Graf a lo suyo… El problema de interpretar así a Mozart es que se pierde ductilidad en el fraseo (Minuto 4.39) y la masa sonora se emulsiona sin remedio. Extrañísima pero original cadenza final — la orquesta entra con tónica doblada en octava de piano tras una doble escala en inversión: Curioso — que da paso a un episodio final en donde la solista se impone claramente a la orquesta. A pesar de que no me gusta esta interpretación — y a pesar de Graf — concedemos un aprobado alto a la solista.

CITLALLI GUEVARA con la Sinfónica de San Luis Potosí dirigida por ¿José Miramontes Zapata?: La joven y guapa pianista mexicana realizó sus estudios en la Facultad de Música de la Universidad de Veracruz y fue discípula de su compatriota Laura Sosa y de la rusa Nina Svletanova. Becada por el actual gobierno mexicano y ganadora de numerosos galardones, Guevara es una de las mayores promesas interpretativas del actual panorama pianístico mexicano. Advertimos que en este vídeo nos ha sido del todo imposible conocer la identidad del director aunque nos decantamos por José Miramontes Zapata, novel director que amplió su formación musical en Rusia y que actualmente es el titular de la formación sinfónica de San Luis de Potosí. Tras una introducción orquestal un tanto accidentada — se aprecia algún que otro cruce — Guevara (Quien se sirve de partitura) afronta las primeras notas con seguridad no exenta de un ligera y extraña pausa. Pese a la mala toma sonora del vídeo, se observa una buena predisposición en la solista aunque notamos ciertas carencias en el fraseo. La orquesta sigue con sus cruces y la pianista parece ir de por libre en determinados momentos, circunstancia que da lugar a pequeñas desconexiones (Minuto 2.56). Problemas en la mano derecha de la solista en 5.22 (Simplemente, se atasca y no completa la escala). Complicada cadencia y buen final a una versión que calificamos como de aprobado. Pese a las comentadas descompensaciones, no apunta malas maneras esta pianista que a buen seguro progresará con los años.

ALEXANDER PANIZZA con la Orquesta del Teatro Argentino de La Plata dirigida por Francisco Rettig: Nacido en Toronto pero argentino por parte de padres, es uno de los más claros valores de aquel país y uno de los pianistas sudamericanos de mayor proyección internacional. La crítica ha alabado su registro de la integral pianística de Alberto Ginastera y, además, se ha destacado como un excepcional y comprometido intérprete de música de cámara. Por su parte, el maestro Rettig, formado en Alemania, es uno de los directores chilenos más reputados del presente y ha sido hasta hace bien poco el director titular de la Filarmónica de Bogotá. Este vídeo también presenta una deficiente toma sonora pese a lo cual nos permite observar unos buenos manejos de Panizza, como en la elegante cadencia introductoria. El acompañamiento orquestal de Rettig — excelente introducción — nos parece notable y muy ensamblado en todo momento. Panizza acomete extraordinariamente bien las complicadas escalas, delatando una soberbia técnica y una no menos resuelta musicalidad. También advertimos una magnífica elegancia en materia de dinámica sonora, con logrados matices sonoros de muy bella factura (Observad qué bien ejecuta el pasaje modulado, minuto 3.43). Maravillosa y difícil cadencia, excelentemente preparada por Rettig — ¡Gran director! — que da paso a un colorido y excitante final. Buenísima versión que no dudamos en calificar de notable alto raspando el sobresaliente. Gran binomio de Panizza y Rettig.

GIACOMO SCINARDO con la Filarmónica del Estado de Moldavia dirigida por Epifanio Comis: Nacido en 1983 en Paternó, Scinardo estudió en Catania con Epifanio Comis y ha logrado conquistar numerosos premios de interpretación en Italia. Por su parte, Comis, aparte de ser maestro del solista, es un reputado pianista y director italiano que suele impartir cursos de perfeccionamiento y apreciación en los principales centros musicales del mundo. Bueno, en lo referente al concierto, otra peculiar cadencia introductoria de Scinardo, acompañada de un acorde conclusivo ejecutado con excesivo arrebato. Vivaz interpretación, con un acelerado toque impulsivo felizmente acompañado por la orquesta. Scinardo extrae un sonido muy «mozartiano» del piano, algo que es digno de aplauso. Gran claridad en el rápido fraseo y soberbia exhibición de técnica. A esta muy lograda interpretación, empero, le tenemos que poner una pega: Apreciamos un exceso de ganas, de impulso, de nerviosismo que, tal vez lo pueda exigir la obra, pero que altera un tanto una versión que se asoma peligrosamente a los márgenes de la precipitación. Cadenza final algo insulsa — no me gusta nada — pero brillantísimo final, a pesar de la desconexión en los acordes finales. Versión de notable alto — también muy bien dirigida — para un pianista cuya mecánica es ciertamente admirable.

NIKOLAI LUGANSKI con la Orquesta Académica Sinfónica Estatal de la Federación Rusa dirigida por Mark Gorenstein: Alumno de Tatiana Nikolayeva y de Sergei Dorenski, el pianista moscovita Nikolai Luganski ha desarrollado una brillantísima carrera que le ha hecho acaparador de los premios más importantes de Rusia. Ha tocado junto a las más prestigiosas orquestas y batutas del panorama musical y, además, imparte clases de piano en el Conservatorio de Moscú. Por su parte, el maestro Gorenstein es el actual director titular de esta orquesta, una de las más prestigiosas de Rusia, desde 2002, año en el que sustituyó a Vassili Sinaiski. En esta versión, vivaz en cuanto a tempi, apreciamos una excepcional musicalidad en el solista, perfectamente acompañado por una orquesta que suena realmente bien. Luganski hace gala de un portentoso fraseo apoyado en una estupenda técnica que permite sacar un bellísimo sonido al piano. Otro detalle más: Observad (Minuto 1.37) qué bien maneja la mano izquierda en un concierto en donde con frecuencia dicha mano, base rítmica de la pieza, pierde protagonismo en favor de la otra en muchas interpretaciones. La digitación de Luganski es envidiable y su posición de manos, con la muñeca muy baja, es un inequívoco exponente de la escuela rusa. También formidables los matices de dinámica sonora, bien acoplados con una gran dirección orquestal. Nueva exhibición (Minuto 3.41) en las complicadas escalas cruzadas de compensación modulativa. Virtuosística cadenza final, con obligados cruces de manos, que prepara un final de auténtica exhibición. Como único dato negativo, comprobamos cierta tendencia al deslizamiento romántico en esta interpretación, lo que no es óbice para que la califiquemos como de sobresaliente. Magistral, aunque parezca que no importa, la mano izquierda de Luganski. Grandísimo pianista.

ENRIQUE GRAF con la Sinfónica de las Américas dirigida por James Brooks-Bruzzese: Nacido en Montevideo, empero Enrique Graf es a todas luces considerado como un intérprete norteamericano (Posee dicha nacionalidad). Artista muy querido y solicitado en los EEUU, actualmente imparte clases en la Universidad de Charleston, ciudad en donde tiene fijada su residencia. Por su parte, Brooks-Bruzzese es un director nacido en Panamá, de orígenes colombianos, que también ha sido adoptado por los EEUU. Actualmente es el director titular de la Orquesta Sinfónica de las Américas, con sede en Pompano Beach, Florida. Vayamos con la versión (¿Qué hace un bombo en el entramado orquestal para interpretar a Mozart? Retírenlo, por favor… No resulta estético). Grandísima pausa entre la introducción orquestal y la primera intervención del solista, como si no estuvieran atentos. La orquesta no suena nada mal, pero advertimos unas extrañas fluctuaciones de tempi que no vienen a cuento. Y enseguida nos damos cuenta porqué: La interpretación toma rumbos descaradamente románticos, con fraseos muy ligados y un cierto abuso del pedal. De todos modos, Graf se resuelve muy bien y exhibe una técnica verdaderamente irreprochable (Prescinde, además, de cadenzas intertemáticas). La versión, en líneas generales, está muy bien expuesta… Aunque a mí me aburre sobremanera. No creo, desde mi humilde opinión, que esa sea la forma más precisa de interpretar a Mozart. Observad qué románticamente ejecutado está el pasaje del segundo tema en la reexposición (Minuto 4.47), muy bello pero excesivamente contrastado. Leve imprecisión en las escalas previas a la cadenza final (minuto 5.13), muy original, y brillante conclusión por parte de solista y orquesta. Pese a que es una interpretación que no acaba de convencerme, concedemos un notable a esta versión por el muy buen hacer de Graf y Brooks-Bruzzese en su estilo. También nos parece excelente el sonido de la orquesta, sobre todo la sección de vientos.