VERSIONES SÓLO AUDIO

ANNE-SOPHIE MUTTER con la Filarmónica de Viena dirigida por André Previn: En mi opinión, la guapa y ya no tan joven Mutter nos ofrece una versión un tanto acelerada y con escaso matiz. Se nota que quiere empezar cuanto antes con el vertiginoso primer tema, que ejecuta de igual precipitada manera aunque con notable dominio técnico. Buen segundo tema, muy ligado y con efectivos matices de tempo. La dirección de Previn se antoja un tanto aséptica y lineal, quizás pensando en que él no es el protagonista de la grabación. No me gusta nada la manera en que se presenta el lírico tercer tema, muy acaramelado y manido, que Mutter intenta remediar ampliando la dinámica sonora de forma anticipada. Observo alguna desafinación en la nota más aguda del pasaje de transición (Minuto 4.14) que da paso al fragmento de las temidas escalas en dos cuerdas, magníficamente acometido conforme a una sensacional técnica ya referida. Observad el acorde de 4.56: Mutter prolonga la nota por encima de la orquesta en un efecto de muy dudoso gusto. Bellos los armónicos, en una nueva demostración de que a la Mutter le van más los pasajes técnicamente difíciles. La reexposición del tercer tema — 6.24 — es francamente pésima, lo peor del movimiento. Horrorosa. Previn se encarga de precipitar aún más la coda final con inaceptables brusquedades orquestales. Dicho final parece haber sido registrado sin conexión con el resto del movimiento. Concedemos un simple aprobado a esta versión, aunque tal vez no lo merezca. Es cuestión de justicia: La Mutter estuvo encantadora conmigo cuando me concedió una breve entrevista tras terminar un concierto de Mozart en Madrid, a mediados de los años ochenta. Ahora está más guapa… Y delgada.

JASCHA HEIFETZ con la Sinfónica de Chicago dirigida por Fritz Reiner: El lituano Jascha Heifetz fue uno de los mejores — y tal vez más incomprendidos — violinistas de toda la anterior centuria. Tampoco ayudó mucho su extraño y engreído carácter, muy acorde a lo que entendemos hoy como un «divo»…  Excelente introducción en la que destaca un muy buen manejo del vibrato. El primer tema es expuesto con tanta brillantez como frialdad, aspecto por el que siempre fue criticado Heifetz. Dicha frialdad se hace aún más evidente en el segundo tema, más leído que interpretado. La orquesta, aunque suena de escándalo, parece contagiarse de ese hermetismo interpretativo del solista. Volvemos al mismo denominador común en el tercer tema: Irreprochable en cuanto a técnica pero muy inexpresivo. Sensacional ataque del pasaje de las dos cuerdas y posteriormente del de los armónicos, muy acelerados, demostrando que Heifetz, en cuanto a técnica, era realmente incomparable. La orquesta vuelve a brillar espléndidamente en estos dos pasajes, sabiamente conducida por ese genio de la dirección llamado Fritz Reiner. Maravillosa exposición de la coda. De cualquier forma, Heifetz logra extraer siempre un bellísimo sonido de su instrumento. Magnífico final, en una excelente síntesis entre director y solista. Versión de notable, sin más, debido a la falta de sentimiento en muchas partes del movimiento.

JEAN-JACQUES KANTOROW con la Filarmónica de Londres dirigida por Bryden Thomson: Violinista y director francés de origen ruso, Kantorow alterna en la actualidad su labor como solista con la de director de la Orquesta de Cámara de Lausana (Recordemos que entre 2004 y 2008, Kantorow fue el director titular de una de las mejores orquestas españolas, la Orquesta Ciudad de Granada). Interesantísima introducción, en donde ya se aprecia el gran sonido que Kantorow extrae del instrumento. Primer tema vertiginoso, excepcionalmente tocado y muy bien acompañado por la orquesta, en donde Kantorow exhibe su portentoso dominio técnico. Gran exposición del segundo tema, con fluctuaciones de tempi de muy buen gusto y en la mejor tradición de la escuela rusa. Peculiar desarrollo del lírico tercer tema en donde Kantorow juega mucho con las acentuaciones del compás. Primoroso el pasaje de las dobles cuerdas, ejecutado con pasmosa facilidad, al igual que el de los armónicos, aceleradísimo y con apenas imperceptibles imprecisiones. ¡Vaya técnica! La orquesta se contagia de la vivacidad del solista y nos ofrece una veloz pero vibrante coda. Versión de muchos quilates a la que no dudamos en calificar como de sobresaliente.

– KYUNG WHA CHUNG con la Sinfónica de Londres dirigida por André Previn: La coreana Chung fue una de las primeras exponentes del «mercado asiático» de solistas que definitivamente explotaría en la primera década del siglo XXI. Famosísima fue la pugna que sostuvo en 1967 con Pinchas Zuckerman durante la celebración del Concurso Edgar Leventritt, presidido por Isaac Stern. Chung y Zuckerman se vieron obligados a repetir sus actuaciones y, aún así, el jurado tuvo que conceder ex aequo el premio ante la imposibilidad de decantarse por una u otro. Sobria introducción, sin concesiones de ningún tipo, a la que sigue una exposición ortodoxa del primer tema pero un tanto mecanizada, a nuestro juicio, aunque se observan buenos matices de dinámica sonora. El acompañamiento de Previn resulta tan eficiente como lineal. Igual de correcto el segundo tema, vigoroso, con una bella fluctuación de tempi. Sin embargo, echamos de menos un mayor lirismo en la presentación del tercer tema, muy poco condimentado y con extraños efectos orquestales de Previn. El pasaje de las dobles cuerdas es correcto aunque algo mejorable — y aquí sí que se aprecia una buena dirección de Previn. Normal y aséptico tratamiento de los armónicos, una pizca descompensados. A lo largo del movimiento se advierte que Chung se muestra un tanto incómoda con el registro grave del instrumento, con alguna que otra emisión chirriante. La coda — con insólitos gritos de flautas — está bien perfilada aunque la orquesta ahoga un tanto la sonoridad del violín. Versión de aprobado alto raspando el notable en la echamos de menos una más intensa sonoridad del violín dentro de una lectura global que quizás pueda resultar excesivamente lineal.

VIKTOR TRETYAKOV con la Orquesta de la Radiotelevisión de la URSS dirigida por Vladimir Fedoseyev: ¡Atención, que este otro siberiano se las trae! Tretyakov es un prodigio, un genio del violín. Ganador del Premio Chaikovski en 1966 y nombrado Artista de la URSS en 1987, este intérprete destaca por su peculiar forma expresiva de tocar el violín, aparte de poseer una técnica majestuosa. ¡Vaya introducción! Geniales ritardandi de un extraordinario gusto artístico. Fijaos: Tretyakov deja en un segundo plano la técnica para dar mayor protagonismo al magnífico fraseo, circunstancia que se observa en el primer tema. Fedoseyev dirige de una manera tan humilde que apenas se aprecia su presencia… Gran exposición del segundo tema, muy bien contrastado, al igual que la objetiva muestra del tercer tema, un tanto frío quizás, pero teniendo en cuenta que Tretyakov quiere conservar en todo momento un equilibrio orgánico a lo largo de la pieza en clara fidelidad a la partitura. El sonido del violín es bellísimo, de una calidad sonora irreprochable. Magistral pasaje de las dobles cuerdas (Parecen escucharse todas y cada una de las notas de los acordes) y los armónicos resultan de los más veraces que nunca he escuchado. La coda sigue los mismos patrones, con una orquesta un tanto precipitada pero bien manejada a las órdenes de Fedoseyev. Versión objetiva a más no poder, para paladares exigentes, a la que calificamos de sobresaliente.

– JANINE JANSEN con la Orquesta Gustav Mahler dirigida por Daniel Harding: La joven violinista de los Países Bajos ha dado muestras de su personalidad interpretativa a lo largo de su hasta ahora muy prometedora carrera. ¡Menudos dos se han juntado en esta grabación, nada menos que Harding y Jansen! ¡Peligro de alto voltaje! Majestuosa introducción, con unos elementos de dinámica sonora del todo interesantes (Jansen baja del forte al pianissimo en apenas unos compases ¡Bravo!). Primer tema ligadísimo, con algún inoportuno chirrido, en donde el acompañamiento orquestal es del todo portentoso. Seguimos con esa magnífica ductibilidad sonora en el segundo tema, igualmente ligado hasta la obsesión. A medida que avanza la ejecución me fijo más en Harding que en la solista, con todo lo bueno y malo que de ello se puede desprender. Cuidadosa exposición del tercer tema, siguiendo las mismas pautas estéticas de los dos temas anteriores. Buen episodio de las dobles cuerdas, sin más y pasada de largo en los armónicos, primero sin ligar y luego ligados. La coda, genialmente preparada por Harding, adquiere cotas de gran e inolvidable calidad artística. Versión de referencia, no ya por el buen hacer de Janine Jansen, sino por el apoteósico acompañamiento de Harding, el mejor que yo he escuchado en todas las versiones — incluso históricas — de este concierto. ¡Ojo a Daniel Harding! El futuro de la dirección de orquesta pasa por él. Un torpedo este chico. Sensacional. (El inicial enlace al vídeo fue posteriormente suprimido. Nuestro amigo Juan Gabriel desde Chile nos envía este otro enlace).

– PINCHAS ZUKERMAN con la Sinfónica de Londres dirigida por Antal Dorati: Ya comentamos la enorme rivalidad artística que aconteció entre este violinista israelí y la coreana Kyung Wha Chung durante el Certamen Edgar Leventritt de 1967. Zuckerman es un violinista muy peculiar, capaz de lo mejor y de lo peor. Además, es un ser un tanto raro. Le dirigí unas preguntas en inglés tras terminar un concierto en el Teatro Real de Madrid en los años ochenta y no dijo nada. Ni sí ni no. Nada de nada. Me miraba callado, como no entendiendo nada… ¡Que hombre más raro! Introducción correcta, sin más, aunque destaca el bello sonido del Guarneri y un vibrato muy bien conseguido. La exposición del primer tema es eficaz, pero un tanto insulsa. Me explico. A mi entender, a Zuckerman se le notan mucho los saltos de cuerda, algo que puede ser original pero que a mí no me resulta francamente estético. A veces, su sonoridad se apaga un tanto, algo a lo que colabora una eficiente pero demasiado sobria dirección orquestal. Mucho mejor expuesto el segundo tema, con mayor dosis de equilibrio sonoro. El dibujo del tercer tema me parece un poco cursi y amanerado. Las dobles cuerdas están bien perfiladas, aunque con un alto grado de «concentración» sonora. Los armónicos muy contrastados, delatando una gran técnica. El acompañamiento orquestal de Dorati es como suele suceder con todo lo relativo a este director. Aceptable pero insuficiente. Buena coda final, quizás lo mejor del movimiento. Concedemos un aprobado alto a esta versión.

– DALIBOR BRAZDA con la Philharmonia Slavonica dirigida por Alfred Scholz: Curioso personaje el checo naturalizado suizo, Dalibor Brazda, un músico que tocaba el fagot en dos orquestas, que fue director de orquesta alumno de Kubelik, que fue un dudoso arreglista de música con fines exclusivamente comerciales y que… Además sabía tocar el violín. Pues ahora nos hemos enterado. La introducción es sencillita y bien tratada, no tanto como la exposición del primer tema, sosa, sin fuerza y con mucho chirrido. Al acompañamiento orquestal le sucede tres cuartos de lo mismo. No sé si a la hora de redactar esta opinión estaré borracho, pero el violín me suena como una viola… Sobre todo en el segundo tema. Bromas aparte, la versión carece por completo de equilibrio sonoro, como se observa en la calamitosa exposición del tercer tema, nada matizado. Al menos, el pasaje de las dobles cuerdas está aceptablemente perfilado, no tanto como los armónicos (¡Ay, qué chirridos!). El acompañamiento va acorde con la interpretación solista… La coda es un verdadero potaje musical. Versión a la que lamentablemente no podemos concederle el aprobado. Muy propia para bodas, bautizos, comuniones, consultas médicas, etc…

– AUGUSTIN DUMAY con la Sinfónica de Londres dirigida por Emil Chakarov: Alumno del mítico Arthur Grumiaux, el violinista francés Augustin Dumay es un reputado solista que ahora parece decantarse también por la dirección orquestal. A principios de los años ochenta ejecutó un extraordinario Concierto de Mendelssohn en el Teatro Real de Madrid, acompañado por la Orquesta Sinfónica de RTVE. Introducción un tanto descafeinada, aunque con buen manejo del vibrato. El primer tema no está en absoluto mal expuesto, pero ocurre que el rápido fraseo es bastante mejorable. Además, la orquesta ahoga un tanto al solista. El segundo tema también parece exponerse de una forma insulsa, como algo forzada. El tercer tema está bastante mejor perfilado que los dos anteriores, tanto por solista como por orquesta, aunque insistimos en que parece faltarle algo más de condimento a la interpretación general. Bien el pasaje de las dobles cuerdas (Ligero gallo en 5.43… ¡Huy!) y solvente la ejecución de los armónicos, ligeramente apagada de sonido. En el final, eficazmente dirigido por Chakarov, notamos algún problema mecánico y de falta de potencia en el solista. La orquesta vuelve a ahogar muchas de las impetuosas escalas del violín. Versión de aprobado.

– MISCHA ELMAN con la Sinfónica de Londres dirigida por Sir John Barbirolli: El ucraniano naturalizado estadounidense Mischa Elman fue un violinista muy del gusto norteamericano, amante de los retos y de las epopeyas interpretativas. Elman llegó a ofrecer 107 conciertos en algo más de 7 meses… Cadenciosa y peculiar introducción, tan interesante como personalista. Si tenemos en cuenta que esta grabación data de 1929, quizás así podemos justificar una tranquila exposición en donde el instrumento parece desafinar un tanto al principio. A fuerza de ser sinceros, en aquellos tiempos no existían las modernas técnicas de grabación, capaces de pulir algunos defectos. Aún así, este primer tema resulta elegante y muy bello en cuanto al fraseo. Otra cosa: Esta interpretación está basada en la ancestral forma de tocar el violín, forma que puede resultar muy chocante a nuestros modernos oídos. Excelente exposición del segundo tema, objetiva y sin licencias. A diferencia de la versión precedente, el micrófono capta el sonido del violín de manera preferencial, escuchándose muy lejana la orquesta. Por ello, no vamos a jugar la labor de un joven Barbirolli. Sincera la exposición del tercer tema, sin añadidos ni edulcorantes. El episodio de las dobles cuerdas parece «cortarse» un poco, pero digamos que Elman interpreta lo que viene en la partitura, sin más (Curioso, el mismo gallo en 5.21… Será que no es un gallo entonces). Gran dominio técnico en los armónicos, ejecutados sin ninguna concesión. Final ajustado, con algún problema felizmente solventado. Versión que calificamos como de notable teniendo en cuenta lo rudimentario de la grabación.

LEONID KOGAN con la Orquesta de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio dirigida por André Vandernoot: Otro ucraniano y otro gran aficionado a las pruebas de resistencia. Se dice que Leonid Kogan llegó a interpretar hasta ¡Tres veces! este mismo concierto en un sólo día… Por desgracia, Kogan murió algo prematuramente durante un viaje en tren en 1982. Kogan le saca el máximo rendimiento a su Guarneri en la introducción, muy bien edificada, pese a las alegrías orquestales de Vandernoot. Veloz dibujo del primer tema, en donde Kogan da muestras de una portentosa técnica instrumental. Todo está perfectamente resuelto, incluso en los pequeños detalles de matizadas dinámicas sonoras. Segundo tema muy ligado y expuesto tal vez con algo de precipitación, aunque de una manera realmente poderosa. Es digno de resaltar la exquisita musicalidad de la que hace gala Kogan en todo momento. La orquesta, un tanto desafinada en ciertos pasajes, cede todo el protagonismo al solista (A pesar de sus fulgurantes chispazos). ¡Qué sonido extrae Kogan del Guarneri en el tercer tema! Brillante y de una elegancia absoluta. Precisión total en el pasaje de las escalas a dobles cuerdas. Kogan se calienta y va a más durante el desarrollo de la pieza, con momentos realmente apoteósicos (Minuto 4.36 del vídeo. Toda una exhibición de mecánica y técnica). Definitivamente, a Vandernoot se le desbocan los furiosos metales… Excelente trato de los armónicos, precedidos de un peligroso desajuste entre orquesta y solista. Espectacular reexposición y coda final, en donde el sonido del violín logra imponerse al arrebato orquestal traducido por Vandernoot. Versión de referencia, de sobresaliente. Si no le añadimos el «cum laude» es por la desequilibrada dirección orquestal. Prodigioso Leonid Kogan.

ZINO FRANCESCATTI con la Filarmónica de Nueva York dirigida por Thomas Schippers: Zino Francescatti fue un violinista francés cuyo protagonismo adquirió enorme relevancia en las décadas de los años cincuenta y sesenta. Como muchos otros grandes artistas de su generación, su prometedora carrera se vio frenada un tanto por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Vigorosa y animada introducción con un bello sonido del instrumento (Desconozco qué marca utiliza, aunque la sonoridad del violín recuerda lejanamente a un modelo Giuseppe Rocca). El primer tema se presenta un tanto desdibujado y con ciertas imperfecciones técnicas a la hora de abordar las escalas. En cualquier modo, la musicalidad de la interpretación está fuera de toda duda. Gran exposición del segundo tema, muy sonoro y robusto. La orquesta suena magníficamente y la dirección de Schippers parece del todo competente. El tercer tema es presentado de una forma realmente peculiar, en absoluto ligada, y con un sonido majestuoso del instrumento. En la reintroducción, nos damos cuenta de que Francescatti gusta de acentuar de una manera contraria y muy marcada a la que suele emplearse en dicho concierto. Excelentes las dobles cuerdas, precedidas de una nueva toma del primer tema demasiado áspera. Sin problemas en los armónicos. Esta versión no deja de ser un ejemplo de cómo la expresividad se impone al aspecto técnico de la interpretación. La coda es verdaderamente extraordinaria y en ella Francescatti nos ofrece todo un curso de cómo ha de abordarse la lectura de una partitura complicada y comprometedora. Enorme el acompañamiento orquestal de Schippers, de alta escuela. Versión que calificamos de notable alto raspando el sobresaliente.

Recordamos que esta entrada complementa a la publicada hace un mes sobre este mismo concierto en sus VERSIONES EN VIVO