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Con las sucesivas ampliaciones de los miembros de la UE va quedando más en evidencia lo difícil (o imposible) del andar de lo que en sus orígenes parecía un camino inexorable y beneficioso para la vieja Europa que languidecía.

La guinda del postre la puso Vaclav Klaus a cargo de la presidencia temporal de la UE con su intervención de días pasados.

Recordemos que la Unión Europea se creó como respuesta a siglos de enfrentamientos donde los Estados miembros resolvieron reencausar sus relaciones y fundarlas sobre un principio de cooperacion y de ayuda mutua.

La pregunta es: ¿Estamos realmente en ese camino?

La idea que parecía auspiciosa se va complicando y diluyendo en el tiempo quedando solamente el forjado de una superestructura de funcionarios, sedes y  comisiones que mucho cuestan a los europeos y poco resultado ofrecen a la luz de contramarchas, dilaciones y palos en la rueda.

Por parte de los ciudadanos de a pie  a la hora de elegir sus representantes la manifestación palpable es la indiferencia a la hora de concurrir a las urnas o la oposición a refrendar las pocas decisiones que se toman.

Por parte de los Estados miembros ocurre algo parecido, desde el jugar desde fuera del campo, salvo en los temas que me interesan como Reino Unido, Italia con su sondeo de salir del euro o sus decisiones sobre NO derechos humanos, hasta pretender hacer una extensión de su ámbito de gestión territorial por caso la presidencia temporal de Francia.

Pero para entender lo que ocurre vale previamente hacerse las siguientes preguntas: Quienes la impulsaron, ¿Qué objetivos se plantearon ? ¿Están hoy presentes? ¿ A quién sirve la UE y para qué?

Como síntesis de respuesta diría que lo esencial se ha perdido pues no existe  AFECTUS SOCIETATIS entre sus miembros.

Particularmente creo que lo que estamos viviendo es una unión de desiguales cuya única manifestación es la lucha por el control apelando a alianzas circunstanciales, pero se ha perdido el rumbo pues no se distingue lo coyuntural de lo trascendente y por tanto en vez de establecer lineamientos macros donde cada miembro pueda adaptarlo a la realidad de sus territorios, se abocan a pretender normalizar lo que es potestad de los miembros.

Para ver más claro el tema tomemos como ejemplo el MERCOSUR, que nacido como una idea de zona común ampliable que uniera la región hoy languidece por las asimetrias de sus miembros y las disputas por la hegemonía de su conducción (Brasil versus Argentina, hoy claramente inclinada la balanza hacia la primera) que han hecho de la idea de bloque económico un simple sello de goma.

Lanzo una idea (que seguro no es original): Si queremos reencauzar la UE porque no empezar desde lo regional .

Es decir: Sin eliminar la idea de países intentar permeabilizar las fronteras que hoy dividen buscando elementos comunes que aglutinen.

Así entonces podríamos rescatar aspectos tales como historia, economía, cultura, intereses, proyecto común, rol a desempeñar en el mundo, etc. Los beneficios serían: Acercamiento de pueblos, sinergias, pensamiento común, resurgir de la identidad europea y algo que en un mundo como el actual define el futuro: Incremento de productividad.

Para nuestro caso por ejemplo hay más afinidad entre el noreste de España y el sur de Francia que el que existe entre los respectivos estados, o con Portugal que con otros estados miembros. Sería entonces llegar al consenso a nivel UE con el trabajo medio hecho pues las posturas serían menos y más sólidas

ESCUCHO OFERTAS !!!!!!!

Saludos a todos