lully 

 En el vídeo que os dejo de enlace podemos contemplar una secuencia de la película francesa Todas las mañanas del mundo en la que se aprecia como el compositor Marin Marais dirige vehementemente y sirviéndose de un bastón una famosa pieza, La Marcha por la Ceremonia de los Turcos, correspondiente a la ópera El Burgués Gentilhombre, de Jean Baptiste Lully. Esta forma de dirigir la orquesta tuvo unas consecuencias fatales para el autor de la pieza. Por cierto, la música es magnífica e inolvidable.

 Jean Baptiste Lully fue la figura más importante e influyente de la música francesa del siglo XVII. Nacido en Florencia — de nombre Giovanni Battista Lulli — el Chevalier de Guise lo conoció en Italia y lo llevó consigo a la casa de la sobrina de Luis XIII, mademoiselle de Montpensier, ya que necesitaba un profesor de italiano. Lully perfeccionó en muy poco tiempo sus conocimientos del violín y así, en 1652, ya tuvo acceso a la corte de Luis XIV, donde ejerció como uno de los 24 violons du roi. Con frecuencia, el propio monarca participaba en las sesiones de danza organizadas por el propio Lully, quien también actuaba de comediante. Pronto fue nombrado sucesor del compositor de música instrumental de la corte, Lazarin, pero, pese a su nuevo cargo, siguió ejerciendo como maestro de baile al tiempo que su fama como compositor crecía. En 1656 fue nombrado director del conjunto que el rey había formado para él, los 16 petit violons, un grupo severamente preparado que muy pronto superaría en calidad a los ya existentes 24 violons du roi. En 1671 obtiene el cargo de superintendente de la Música de Cámara y, tras serle otorgada la nacionalidad francesa, se convierte en maestro de música de la familia real, casándose con la hija del que fue su profesor, Michael Lambert, renombrado laudista y maestro de canto. Durante un cuarto de siglo, el que fuese hijo de un humilde molinero italiano, tuvo poder absoluto sobre la vida musical francesa, incluidas la ópera, el ballet y la música teatral, así como cualquier publicación musical.

 A causa de una visita de un enviado turco a la corte francesa, en Francia surgió un insólito interés por todo lo relacionado con la cultura turca. Fue entonces cuando Lully, con la colaboración de Molière, con quién ya había trabajado en anteriores ocasiones, compone una de las cumbres la comedia-ballet francesa, El Burgués Gentilhombre. La obra contiene interludios musicales entre los actos, como el mostrado en el vídeo, que en realidad forman parte de la misma obra. El estilo tanto del texto como de la música es tan alegre como satírico, con frecuentes referencias un tanto irónicas al estilo turco y a otras modernas tendencias musicales.

 Lully no sólo fue un gran compositor; fue además un formidable director que, como ningún otro, gustaba de cuidar la exactitud y la precisión rítmica de las obras que dirigía. Su temperamento, auténticamente italiano, le llevaba a dirigir con un excesivo rigor, valiéndose de un bastón para marcar los tiempos del compás, de la misma forma en que vemos a su colega Marin Marais en el vídeo. Durante la interpretación de su famoso Te Deum, con el cual se celebraba la curación de una enfermedad que había padecido el rey, dirigió con tanta vehemencia a la hora de señalar el compás con el bastón que acabó atravesándose un dedo del pie. Fue tan considerable la herida que se le formó una irremediable gangrena que diez semanas más tarde le enviaría al sepulcro. Podemos por tanto afirmar que Lully fue, sin duda, el primer músico del que se tiene constancia de haber fallecido prácticamente en acto de servicio. Su influencia posterior fue extraordinaria y sus óperas — especialmente Alceste y Armide — se representaron por toda Europa e inspiraron a compositores de la talla de Gluck y Rameau. La publicación de sus oberturas instrumentales y suites de danza dio lugar a la Suite Francesa, género cultivado por Bach y Haendel.