En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar el tercer movimiento, Vivo, del Concierto Breve para piano y orquesta del compositor catalán Xavier Montsalvatge. La estupenda versión del vídeo corre a cargo del pianista barcelonés Daniel Blanch acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba dirigida por Enrique Pérez Mesa. Esta grabación fue efectuada en junio de 2005 en el Teatro Amadeo Roldán de La Habana y se encuentra disponible en el sello COLUMNA MÚSICA (Ref 1CM0150). Dedicado y estrenado en 1953 en Barcelona por la pianista Alicia de Larrocha y la Orquesta Filarmónica dirigida por Louis de Froment, en el concierto domina un cierto aire romántico plagado de constantes efectos exóticos en donde la percusión adquiere un gran protagonismo. Pieza de fácil y agradable escucha, la obra fue acogida con un éxito notable durante su estreno.

 La música fue una de las manifestaciones más damnificadas por la Guerra Civil española ya que dispersó a los compositores de la llamada Generación del 27 justo en el momento de su mayor madurez creativa. En algunos casos, los autores malograron su desarrollo creativo y en otros vivificaron su actividad fuera del territorio español como consecuencia del exilio. Pese a que en España se mantuvo un rescoldo gracias a la permanencia de la llamada generación de maestros (Turina, Guridi, Del Campo…), el propio Manuel de Falla acabó marchándose y muriendo en Argentina, de igual manera que el mentor teórico del grupo, Adolfo Salazar, cuya memoria tardó mucho en recuperarse. El nuevo régimen dictatorial franquista no se interesó especialmente por la música y, en consecuencia, no se implantó una estética oficial, si bien la sociedad instalada era muy reaccionaria frente a cualquier novedad y prefería lo ya conocido, desde el casticismo mal entendido como nacionalismo hasta la música más escapista posible. Incluso el género zarzuelístico fue paulatinamente sustituido por la llamada revista aunque mucho tiempo después acabó recuperándose más como una manifestación musical del pasado que como una creación viva. Con todo, algunos compositores siguieron haciendo música y, en algunos casos, de cierto interés. Uno de los compositores más originales de la época fue el gerundense Xavier Montsalvatge.

 Xavier Montsalvatge nació el 11 de marzo de 1912 en Gerona y estudió en el Conservatorio de Barcelona con Millet, Morena, Costa y Pahissa obteniendo los mayores galardones de la institución. Subyugado al comienzo de su carrera por el andalucismo, Montsalvatge se interesó posteriormente por el ballet y de esta manera se asoció a la compañía de Goubé-Alexander. En 1942, Montsalvatge ingresó como crítico en la revista Destino de Barcelona de la que llegó a ser su director. A mediados de dicha década, el autor gerundense se interesó especialmente por la música antillana y su producción destacó por algunas de sus obras más conocidas, como las Cinco Canciones Negras de 1945. Al mismo tiempo, Montsalvatge recibió las influencias francesas del Grupo de los Seis y de Stravinski, pasando posteriormente a una etapa de libre politonalidad. Nombrado crítico musical de La Vanguardia desde 1962 y profesor de composición del Conservatorio de Barcelona a partir de 1970, la última etapa creativa de Montsalvatge se caracterizó por la asunción de algunas maneras modernistas practicadas con un estilo personal y del todo ecléctico. Xavier Montsalvatge falleció en Barcelona el 7 de mayo de 2002.

 Considerado como uno de los músicos españoles más importantes de su generación, Montsalvatge supo adaptar su línea estética a lo largo de diversas aventuras técnicas que pasaron desde un inicial antillanismo al serialismo ecléctico de su última época. Compositor independiente y no alienable a escuelas definidas, Montsalvatge mantuvo siempre un alto grado de profesionalidad en toda su obra a través de las sucesivas etapas creativas.  Para Montsalvatge, toda la música es válida con independencia de estilos más o menos tradicionales o modernistas. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a su figura.