Cristiano Ronaldo

Al final, Florentino lo consiguió; Ronaldo ya es jugador del Madrid. Todos los medios destacan el hecho en titulares catástrofe, como si se tratara de una noticia que fuera a acabar con todas las penurias del mundo. Las tertulias, no importa cual sea el formato habitual, le dan también un espacio importante para adormecernos y para que nos olvidemos de los temas importantes que nos deben preocupar.

LA POLÉMICA ESTA INSTALADA

No voy a referirme a los tópicos de todos los medios, para eso ellos están, sino a un aspecto que no se ha tocado: ¿Cuál es el impacto en nuestra juventud como modelo a imitar?  A riesgo de que me tilden de anacrónico, quiero destacar el peligro para los chavales que este acontecimiento conlleva: En una sociedad tan competitiva y monetarizada como la actual (tanto tienes tanto vales), donde si uno no figura ranqueado (en la lista que se les ocurra) lo hacen sentir (y termina sintiéndose) un fracasado, es una gota más que orada las cabezas de nuestros jóvenes. ¿Pero siempre ha sido así?  Hasta mediados de los años 50 del siglo pasado, la familia cubría la función de apoyo al individuo, guiándole en su etapa formativa e inculcándole patrones de conducta; hasta que este rol va desapareciendo por la incursión de los medios y el potenciamiento de los personajes públicos. Es entonces que el individuo trata de imitar el estereotipo del modelo que se le ofrece como fuente para alcanzar el éxito económico y el poder. Es decir, sobrevivir en la jungla humana. Recuerdo cuando de adolescente los modelos a seguir eran los progenitores, algún pariente o vecino que a fuerza de sacrificio, estudio y conducta había destacado del resto y cuyo ejemplo era el referente a imitar. Cómo puede alguien inculcar valores de esfuerzo y dedicación con semejantes ejemplos de “exitosos” que nos invaden las 24 horas del día. ¿Cual es el argumento a utilizar para inculcar la importancia de la educación, el estudio o el trabajo? ¿Qué les queda a los que diariamente entre viajes y trabajo consumen el 70 por ciento de sus vidas para conseguir llevar a sus hogares lo indispensable para subsistir? No estoy en contra de la persona (en definitiva es una víctima más aunque lo sobrelleva mejor que el resto) sino del sistema que nos está llevando invariablemente a la total subversión de valores esenciales.

Si bien soy un optimista por definición, empiezo a pensar que la sociedad se encuentra en una pendiente peligrosa con referentes no gratos:

-empresarios estafadores
-políticos que engordan sus bolsillos
-deportistas equiparados a premios Nobel.

Para terminar, les trancribo la letra de un tango de la década de los treinta que resume nuestra sociedad

• CAMBALACHE: Letra y música de Enrique Santos Discépolo (1935):

Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador…
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón…
Mezclao con Stravisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín…
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.
Siglo veinte, cambalache
problemático y febril…
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás…!
¡Dale, que va…!
¡Que allá en el Horno
nos vamo’a encontrar…!
No pienses más; sentate a un lao,
que ha nadie importa si naciste honrao…
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley…

Buen fin de semana

THENIGER