Parece que fue ayer cuando, tras las vacaciones del verano, iniciamos nuestra tercera temporada en este bar de copas virtual… Y ya estamos en plena Navidad. Realmente, es del todo cierto ese dicho que afirma que el tiempo parece correr mucho más deprisa conforme uno va acumulando años a sus espaldas.
De niño, un año me parecía una distancia sideral, inabordable e inasumible; un período de tiempo extremadamente largo que asemejaba no tener fin. Sin embargo, la impresión temporal que ahora me produce un año es simple y llanamente la de un insignificante capítulo de una entidad superior llamada década. Pues, efectivamente, en la actualidad una década se me antoja como un período de tiempo igual o incluso inferior al de un año cuando yo no era más que un niño.
Tal vez, todas esas cronológicas sensaciones no representen sino la confirmación de que el tiempo, como ya afirmó Einstein en su Teoría General de la Relatividad, es una magnitud también relativa.
Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, claro; pero, dada que mi vinculación con los llamados instrumentos de percusión nunca fue del todo estrecha, ni habré de tocar la zambomba ni mucho menos tengo motivo alguno para emborracharme esta noche. Además, no sería especialmente decoroso embriagarme en casa de la hija de Celia, que es donde vamos a ir esta noche a cenar y seguramente también la próxima semana.
Quizás esta noche echaremos de menos a Pepito, aquel perrillo que le cogió tanto gusto a la vida y, especialmente, a los guisos navideños. Sobre esto de los guisos quería yo hablar: No hay manera; todos los años lo mismo, los langostinos, el cordero asado y demás viandas similares. Mira que he propuesto mi menú, ofreciéndome yo mismo para prepararlo, pero no hay manera de convencer a esta gente. ¿Cuándo demonios van a entender que los langostinos, aunque sean de Sanlúcar, me producen grima? ¿Y que el cordero no me gusta nada? Fijaos: Yo he propuesto unos choricillos fritos y unas morcillas de Cehegín como entrante junto con unas buena tortilla de patata como sólo yo sé preparar, con sartén de hierro y al estilo de Espenuca, junto a Betanzos, muy poco hecha y deliciosamente jugosa; y, como es noche de mucho tragar, unos buenos chuletones con patatas para culminar. ¡Qué turrones ni que ocho cuartos! Un buen arroz con leche y punto. Y para beber, un buen vinico de Jumilla… Pero nada; no me hacen ni puñetero caso. ¿A qué os gusta más mi menú?
Sé de antemano que durante la cena, Gema (La hija de Celia) y su novio Federico nos van a intentar convencer para que de una vez por todas, Celia y yo, tras convivir durante ya casi cerca de catorce años, pasemos por fin por el juzgado para confirmar nuestra unión. Ya os adelanto que este próximo año sí que nos vamos a casar aunque, eso sí, sin celebraciones ni cosas de esas. Celia está ya arreglando los papeles y sólo falta que nos den fecha. De cualquier forma, ya he advertido que tendré primero que consultar mi agenda, no sea que el día señalado tenga otras cosas mucho más importantes que hacer.
Y el que avisa no es traidor; que luego no me vengan con historias. Además, he sugerido que Gema y Federico se casen también el mismo día; así, primero ellos serán los testigos de nuestro enlace para luego pasar nosotros a rubricar el testimonio de su nueva condición de matrimonio. Es una cuestión práctica: Así matamos dos pájaros de un tiro y no tenemos que perder dos mañanas en ir a los Juzgados de la Calle Pradillo. Al parecer, a Celia no le desagrada la idea, aunque no las tiene todas consigo.
Lo que sí que ha rechazado tajantemente es que me presente allí con la bici (¡Vamos a ver! Si yo todas las mañanas hago unos cuantos kilómetros en bicicleta para mantenerme en forma, ¿Qué problema hay para que aproveche y me presente allí con la bici? Los demás que vayan en el coche de Fede o que cojan el 29, que para cerca del Parque de Berlín. Y como eso está lleno de policías puedo dejar la bici aparcada sin candado. Allí quedamos, nos casamos y ya está. Y así puedo yo seguir luego con mi ruta ciclista… Pues nada, oye, que dice que no y que no)
Vamos, no me digáis que esta no es una forma ecológica y medio-ambientalmente comprometida de presentarme a mi boda. Pues nada, chicos. ¡Que no y que no! ¿Pero dónde demonios veis vosotros el ridículo? Pues nada de nada; no hay manera. Aquí, mucha ecología, mucho reciclaje, mucha hostia… Y nada. Pues mira; ¡Ya me han tocado los cojones Celia y su hija! O voy así al juzgado o no firmo, joder, que ya está bien de tanta gilipollez. ¿A qué vosotros sí que me comprendéis? Pues ¡Claro, coño! No… Si todavía digo yo que de boda nada… Esto va a traer cola, que os lo digo yo… ¡Y eso de irnos un fin de semana a Tánger para celebrarlo! ¡Pues hasta ahí podría llegar yo! Unas cervecitas en El Rescoldo y va que chuta. Que yo tengo muchas cosas que hacer… ¡No, si aquí tiene que ser siempre lo que ella diga! ¡Pues no, joder, que no!
Bueno, amigas y amigos: LEITER´S BLUES os desea una muy Feliz Nochebuena y una Feliz Navidad. Tened cuidado si salís con el coche y no olvidéis pedir un deseo cuando den las doce campanadas… ¡Ah, no, que eso es en Nochevieja! Siempre me confundo, demonios… ¡Disfrutad y sed felices! Nos tomamos un descanso en este bar virtual de copas hasta el próximo lunes. Ese día os contaré — en rigurosa exclusiva — la noticia musical más importante el año y posiblemente del siglo en curso. ¡Estad atentos! No olvideis compartir una selección de nuestra galería de Imágenes de Navidad
Gracias por la felicitación, ahora mismito me voy al Olivo a escribir la mía. Enhorabuena por la boda y déjate de tonterías y le haces caso a Celia por un día, que seguro que bastante te cuida ella a diario, que te veo yo muy mimado :-)) (tengo la certeza de que te lo merces, además).
Feliz Navidad para ti, tu familia y todos los amigos de este bar de copas.
Jajaja….
¡Un abrazo y felices fiestas a todos!
Ah, y hazle caso a Amalia, que sabe muy bien lo que dice.
¡Claro, claro, vosotros poneos encima de su parte!
¡Incomprendido que es uno!
¡Felices Fiestas, amigos! Sois la diaria motivación de este bar de copas virtual.
Besos, muchos, y abrazos
LEITER
Felicísimas Fiestas! beijinhos
Si yo comiera eso que propones, y con los calores que estamos teniendo en Buenos Aires, terminaría internado fácilmente. De todos modos algo similar sucede acá en materia de comilonas: es que no entiendo porque el hemisferio sur se empeña en festejar Navidad como si estuvieramos con temperaturas bajo cero.
Qué buena noticia que hayas decidido «legalizarte» con Celia.
Y que bueno volver nuevamente a esta segunda casa que tengo en la blogósfera.
Muy Feliz Navidad para tí, amigo Leiter, y para los tuyos. Y un gran saludo para todos los habitués de Leiter’s: Ángel, Pau, Amalia, Joaquín y para nuestro compatriota, Theninger. (perdón si me olvidé de alguno)
Frank.
¡Felicidades a todo el mundo!
¡Feliz Navidad! ¡Disfrutad y sed felices!
LEITER
Un abrazo afectuoso para todos y cada uno: Leiter en primer lugar (luego no digas que nadie te considera… jaja), Ángel, Frank, Amalia, Pau, Theninger, Iván… y también a todos los anónimos que vienen aquí con sigilosa frecuencia.
Luego de leer tus descargos, pensé: 1°, deberías casarte con tu bicicleta (jajaja) / 2° Si insistes en un vehículo de tracción humana, puedes subir a Celia en uno de esos taxis chinos de dos ruedas, y luego tú te vas a la parte delantera (vestido rigurosamente) y te largas a correr con tu chica. Eso sí, esas fotos habría que publicarlas…
A la altura en que escribo este comentario, tu cena ya no existe. Espero tus crónicas culinarias y divagaciones varias a partir de ese evento familiar. Un gran abrazo!
Joaquín
Bueno, la noche fue tranquila y muy humorística. La cena la prepararon ellas y consistió en unos langostinos de Sanlúcar (Excelentes) que a mí no me dicen nada porque le tengo grima a ese bicho. Luego, y eso sí que me parece del todo repugnante, se zamparon unas patas de centollo, de esa asquerosa araña de mar. Yo les comenté que me recordaban a los inefables actores de una película de Georges Ángel Romero comiéndose esas patas… A continuación tomamos unos huevos rellenos que sabe preparar Celia a su peculiar estilo y ahí sí que me puse morado, alternando esa ingesta con un poco de lomo y jamón ibérico. Para finalizar, una pavita rellena de castañas y nueces, muy buena, aunque no me hicieron caso y estropearon la guarnición al colocarla antes de tiempo en el horno. Aún así, estaba bueno. De postres, nada especial: Turrón y bombones de chocolate. Abrimos un Viña Tondonia y luego un Marqués de Riscal… Como Celia y Gema no beben, casi nos bebimos las dos botellas entre Fede y un servidor. Luego, un par de gin-tónics de Bombay Saphire…
Nos lo pasamos bien, de veras, con anecdotarios de todo tipo y recuerdos de épocas pasadas. No hablamos de política pero sí de sexo. Uno añora su juventud más incipiente… En fin
Tampoco tocamos el tema de la boda ya que esta gente también visita BLUES aunque no entiende nada de música. Bueno, esta mañana, viendo por la televisión el Concierto de Navidad de TVE, Fede me preguntó varias veces por ese gesto que hacen los directores con la mano izquierda para concluir cualquier pieza. Le gustó e incluso lo ensayó, para mayor jolgorio mío.
La nota triste, o más bien tonta, es que tuvimos que salir a eso de las once de la noche con el coche a una farmacia de guardia para buscar un medicamento dental que Fede había olvidado comprar.
Por lo demás bien. Increíblemente me quedé dormido a las cuatro y media de la madrugada y me desperté casi a las doce del mediodía…
Por la tarde, nos vinimos Celia y yo a casa y los chicos se fueron por ahí. Gema quería que nos fuésemos a la Sierra un rato pero su petición no halló el quorum necesario.
Tomo nota, Joaquín: Y me vestiré de chino si ello es menester.
Pasamos una feliz y risueña velada. Esta tarde he escrito una entrada sobre Bruno Walter que podréis ver en enero. Me encuentro muy relajado y tranquilo pese a que el sinvergüenza de mi gato no para de darme la lata esta tarde con sus maullidos. Será que no le gusta la Noche Transfigurada de Schoenberg, sintonía que he puesto para ambientar mi casa justo cuando Celia ha salido para realizar unas visitas. A mí esa obra me seduce… No tanto como a Celia o a mi gato. (Le voy a poner a DEEP PURPLE, que eso sí que le relaja. A ver si se duerme ya de una vez este bicho…)
Un abrazo, amigos
LEITER
Se me olvidó felicitarte por la futura boda! aunque creo que no estás para felicitaciones de estas.. ve en bici, claro que sí. Y sigues ruta. Es un trámite, yo haría lo mismo. Firmas y sigues.
Estoy contigo.
Además, tampoco sé comer las patas de las arañas y adoro la tortilla de Betanzos!!! Mi favorita es la del Palucho, crca de Betanzos, también, camino de Oza. Medio cruda, con lechuga crujiente y tomate de la huerta, bajo la parra en veranito y con un vino de la casa, agrio y fresco. Mmmmm
¡Ahí está! ¡Dí que sí, Pau! ¡Tú sí que entiendes! ¡Ya estoy engrasando la bici!
Espérame, que voy para allá y nos comemos una tortillita de esas. «Pa» ellos las arañas…
Beijinhos, Pau
LEITER
Ja ja ja… en este blog he leído comentarios fascinantes, pero el «deberías casarte con tu bicicleta» de Joaquín es verdaderamente insuperable.
Qué bueno que hayas comido lindo. A mi me encantan los alimentos de mar… pero en Argentina y a pesar de que Buenos Aires está al lado del río, el precio de los pescados & otros es realmente carísimo. Me obligan a ser un consumidor de vacas!
Bueno, feliz Navidad nuevamente!
Sí, la verdad es que Joaquín se ha inspirado del todo: Mi bicicleta no quiere saber nada más de él…
Frank, como se te ocurra visitar la India vas apañado (Expresión hispana)
Las próximas Navidades me voy a Argentina y cenamos juntos. ¡Qué les den a esos a los que les gusta tanto el marisco!
Un abrazo
LEITER