Dirigir una orquesta no consiste única y exclusivamente en marcar compases y señalar entradas sin más. La respiración, la construcción del fraseo, la capacidad de diseñar una interpretación del todo orgánica y homogénea es tarea clave para cualquier director. Para ello, los maestros se valen, además de la técnica, de una serie de recursos expresivos que transmiten a la orquesta con mayor o menor vehemencia plástica. Han existido directores a lo largo de la historia cuya capacidad de transmisión gestual al conjunto ha sido tan prodigiosa que, luego de unos ensayos previos un tanto fríos, el rendimiento a la hora del concierto ha sido excepcional. Caso parecido es el de aquellos directores llamados a sustituir de ultimísima hora y sin ensayos a un colega repentinamente enfermo y que, mediante una gran técnica y no menos buena expresión, han logrado llevar a feliz término la función programada. A veces, los modos tan explícitos de un director de orquesta resultan tan llamativos que pueden ocasionar incluso la hilaridad. Kazuo Yamada fue un director que, aparte de haberse caído en más de una ocasión del podio en pleno concierto, gesticuló de una manera tan personal que sus vídeos no dejan indiferente a nadie.
Kazuo Yamada nació el 19 de octubre de 1912 en Tokio, Japón, e inició su formación musical en la Escuela de Música de Tokio, actual Universidad de Música, graduándose de piano en 1931. Más tarde se perfeccionó en composición y dio a conocer sus primeras obras con las que ganó algún premio nacional. Al poco tiempo, Yamada alternó su faceta creativa con la docencia en la propia Escuela de Música, en una orientación artística que parecía decantarse mucho más por la composición. Sin embargo, en 1941 Yamada fue nombrado director asistente de la recién creada Orquesta Sinfónica de la Radiodifusión de Tokio — germen de la actual Orquesta NHK — y con esta agrupación, dirigida en calidad de titular por el maestro polaco Joseph Rosenstock, pasó Yamada los años de la Segunda Guerra Mundial. Finalizado el conflicto bélico, Yamada sufrió una serie de restricciones como consecuencia de la implicación de la Sociedad de Radiodifusión en la propaganda imperial. Durante un tiempo dirigió en Manchuria aunque se vio obligado a huir de allí ante la inminente invasión soviética. Poco después, Yamada compartiría titularidad en la NHK de Tokio junto con Hisatada Otaka y Sinichi Takata.
A partir de la década de los años sesenta Yamada empezó a colaborar regularmente con la Orquesta Sinfónica de Tokio, la Orquesta Sinfónica de Gunma y la Sociedad Coral del Japón, mostrándose como uno de los mejores especialistas nipones en la música de Mahler. Más tarde, entre 1972 y 1977, Yamada ejerció como titular de la Orquesta Sinfónica de Kyoto para, en ese mismo año, pasar a dirigir en calidad de director permanente a la Orquesta Sinfónica de Shinsei. Desde entonces, Yamada llevó a cabo su trayectoria como director exclusivamente en Japón dirigiendo a las más importantes agrupaciones del país en calidad de invitado. También sustituyó temporalmente a otros directores (Watanabe y Suitner) cuando éstos cayeron enfermos en distintas fases de sus trayectorias en la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Tokio y en la Sinfónica de la NHK respectivamente. Por estas fechas, Yamada también fue nombrado director honorario de la Orquesta Filarmónica de Tokio, la agrupación sinfónica más antigua de Japón e inicialmente basada en Nagoya. Siendo muy popular su figura en Japón por sus regulares apariciones en un programa de la NHK dedicado a difundir la música clásica, Yamada fue nombrado director de la Orquesta Filarmónica Kanagawa (Yokohama) en julio de1991. Desgraciadamente, apenas un mes después, el 13 de agosto Yamada falleció súbitamente en Tokio.
Director y compositor, Kazuo Yamada fue una de las principales figuras del panorama musical japonés durante la segunda mitad del siglo XX. El hecho de que casi la totalidad de su carrera se desarrollara en Japón contribuyó a que fuese un perfecto desconocido en los círculos musicales europeos y americanos pese a que logró una considerable popularidad en Japón merced a sus extravagantes modos de dirección y a sus frecuentes apariciones televisivas. Director muy comprometido con la música de su tiempo, no obstante se sintió cómodo en el repertorio tradicional y algunos especialistas nipones no dudan en calificarle como el mejor intérprete de Mozart y Beethoven que nunca haya surgido en Japón. Su escasa producción discográfica (al menos, de la que tenemos conocimiento en Europa) resulta a todas luces insuficiente para juzgar con más precisión su trayectoria artística.
De entre la producción discográfica y vídeos conocidos del maestro Kazuo Yamada podemos mencionar: diversas piezas de Ifukube dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Shinsei (referencia desconocida); y un vídeo que se ha hecho muy popular en YouTube por los modos excéntricos de Yamada dirigiendo la Sinfonía nº41 de Mozart al frente de la Sinfónica de la NHK de Tokio.(Contra lo que pueda parecer, su Mozart suena bastante mejor que el de otros colegas europeos más modernos y supuestamente más especialistas…). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta nipón.