Leo Delibes nació el 21 de febrero de 1836 en Saint-Germain-du-Val, Sarthe, y con apenas doce años fue admitido en el Conservatorio de París, institución en donde estudió piano, órgano, armonía y composición con los profesores Le Couppey, Benoist y Adam. En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar el célebre Vals de Swanilda de la Suite Coppélia de Leo Delibes en versión de Herbert von Karajan y la Orquesta Filarmónica de Berlín. Esta grabación se encuentra disponible en el sello DG (Ref 423215). Tras una breve introducción a cargo de clarinete, óboe y flauta, subrayada por el pizzicato de la cuerda y que se omite en el vídeo, el famoso tema se expone a ritmo de vals acompasado por los acordes del arpa. La melodía es realmente irresistible, aunque también hay que decir que es muy facilona. El ballet Coppélia fue estrenado el 25 de mayo de 1870 en la Academia Nacional de Música de París y consta de dos actos y tres cuadros. Su historia está basada en el cuento El hombre de arena de Hoffmann que narra los amores de Franz y Swanilda, perturbados por la aparición de la bella Coppélia que en realidad no es sino un autómata. Delibes realizó una suite para orquesta de dicho ballet, formato en el que se suele interpretar esta obra de repertorio en las salas sinfónicas.
La consideración de la música no sólo como un arte sino como un entretenimiento social dio como resultado la proliferación de las óperas y los ballets en la Francia del Segundo Imperio. Mientras que la ópera se fue convirtiendo en un espectáculo cotidiano cuyos máximos representantes de la época fueron Charles Gounod y Giacomo Meyerbeer, surge también el subgénero de la opereta, muy distinta de la alemana y de la vienesa, en cuyo formato se expresaron autores del genio de Offenbach. Este afán por el espectáculo teatral de la burguesía francesa afectó también al ballet, el cual recoge la tradición de las danzas del siglo XVIII y las imprime un toque ciertamente romántico. Tradicionalmente, las óperas francesas constaban de un obligado número de ballet y el propio Wagner tuvo que escribir uno para poder representar Tannhäuser en París. Por regla general, los compositores de ballets escribieron una serie de obras que hoy en día no se sostienen debido a la caduca sensación que produce su música. Uno de los pocos que tal vez puedan salvarse es Jean Schneitzhöffer (1785-1852), autor de ballets como La muchacha mal guardada y La sílfide. Pero sin duda alguna, el mejor compositor de ballets de la época fue Leo Delibes, un autor dotado de una gran inventiva melódica y de una especial sutileza instrumental que bien puede insertarse en la corriente exoticista característica de la música francesa de aquellos años.
En 1853 Delibes ingresó como organista en Saint-Pierre-de-Chaillot y tres años más tarde presentó su primera opereta, El suicidio de Bigorneau, en el Théâtre des Folies Nouvelles con tal éxito que desde entonces no paró de escribir otras óperas, unas veinte en total entre óperas serias, bufas y cómicas, y una media docena de ballets. En 1865 Delibes llegó a maestro de coro en la Ópera de París y finalmente fue nombrado maestro de composición en el Conservatorio. Su última ópera, Kassya, quedó inacabada y fue posteriormente completada por Massenet. Delibes falleció en París el 16 de enero de 1891.
Delibes fue un compositor muy estimado por sus contemporáneos aunque se salvó del olvido que más tarde afectó a otros de sus colegas merced a que sus ballets nunca perdieron su puesto de privilegio en el repertorio. Dedicó buena parte de su vida a la ingrata tarea de enseñar a los cantantes sus notas y a tocar en los ensayos de la Ópera de París. Su ambición, sin embargo, siempre fue la de triunfar como compositor y al final lo consiguió. Con todo, su música es tan universalmente conocida y apreciada que en ocasiones eclipsa incluso el propio nombre de su autor. Esto es, casi todo el mundo conoce algunas de sus celebérrimas melodías pero no tantos saben quién es su compositor. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a su figura.
El estilo del vals para Ballet incita en mi corazón el enamorar a una bella Dama, más que a bailar con ella. Para esto último me valgo de la familia Strauss.
Aunque de las dos maneras puedes mirarla a sus dulces ojos y expresarle tus setimientos. No hay exclusión.
Algo de «femenino» subyace en el vals de Coppélia.
El tema del autómata que subrayas en la entrada, me hace recordar la película «Metrópolis» de los años 20, un tesoro del Arte Fílmico. Allí se habla también de una mujer autómata, un robot que suplanta a la auténtica heroína de la historia, llevando caos y confusión por doquier.
Es un tema interesante.
Por ahora escucharé de nuevo el vals.
Buen fin de semana, Leiter y Cofrades.
Leiter, me uno incondicionalmente a este homenaje a Delibes.
Lo único que lamento es que hayas escogido esta versión en lugar de la de Roger Désormèrie.
Iván, pedazo de barbián, que no, que es una broma para que no te duermas y estés atento. ¡Esta versión de Karajan es estupenda! JAJAJA
Bueno amigo, además tienes que reconocer que nunca habías oído hablar de este director. Ya sabes a buscar en Google o a esperar a que el amigo Leiter te cuente algo de este magnífico director. JAJAJA
Y tu guiño al gran Fritz Lang me ha dejado epatado. JAJAJA
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos para toda la parroquia.
Miguel Ángel
Hay un pequeño detalle en el texto de la entrada que delata otra versión cuando la escribí. Tenía vinculado un enlace a Ansermet y la Suisse Romande — con introducción previa al vals — pero el usuario decidió retirar el vídeo a última hora. Tuve que optar entonces por Karajan.
Y contestando a Iván en su comentario anterior, también coincido en que este vals tiene un toque femenino. Incluso afeminado, diría yo.
Abrazos
LEITER
Leiter, no me quedó algo claro… ¿las óperas francesas incluían un número de ballet dentro de la misma obra o al principio a modo de preludio, o se incluían en los intermezzos, o cómo era?
Abrazos, chicos
Generalmente a modo de intermezzo. Y eran muy drásticos con ello. Hasta Wagner tuvo que pasar por el aro cuando presentó Tannhäuser en París.
Un abrazo, Frank
LEITER
Cat, te aseguro que jamás he escuchado hablar de Él…
Perdona Iván, espero no haberte desconcertado, pues antes escribí mal el nombre de Roger Désomière.
En cualquier caso si no le conoces eso quiere decir que jamás has escuchado un “Pelléas et Mélisande” como ‘dios’ manda, pues ni siquiera el muy bueno de Karajan se le acerca al suyo ni de lejos. JAJAJA
Pero dejemos esto ahora, que hoy estamos aquí para homenajear al bueno de DELIBES.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos para la parroquia.
Elgatosierra
P.D. Estoy llorando de alegría y emoción por la victoria del hermano pueblo egipcio sobre el dictador. Espero hayan aprendido la lección y no se dejen arrastrar a otra dictadura peor…
precisamente leiter por esos agregados de ballets nunca fui afecto a la grand opera francesa, sin perjuicio de que algunos trozos de ellas me parecen excelentes.
en mi opinión además de extender innecesariamente la duración, interrumpen en la mayoría de los casos la acción dramática.
buen fin de semana para vos y los contertulios…
dramática
Y de quién estabamos hablando?
Me sumo a la victoria egipcia. Cuatro mil años de Historia (y un poco más) no se merecen un abominable gobernante.
Que la Esfinge sea testigo del gran triunfo.
Abrazos a todos y gracias a «dios».
Por fin le pongo nombre al vals que cuando lo oigo me trae recuerdos imaginarios de un París que termina con el corsé y se enfunda el ligero vestido de la modernidad. Al menos eso me viene siempre a la mente cuando lo escucho, grandes sombreros sobre peinados de gran volumen, faldas largas sobre corsés asfixiantes. ¡Salte señora que esos demonios con ruedas no respetan a nadie! y la dama saltando con riesgo evidente de enseñar algo más que su botín, serán las últimas que tengan ese pudor, luego vendrá la locura, el cambio total.
Es una imagen de falsa realidad pero es exactamente lo que me viene a la cabeza, nada de tutús y mucho claxon rancio.
Me resulta curioso que lo encuentren femenino, ¿querrían ilustrarme la idea un poco mejor si les apetece?.
Por cierto, en Tannhaüser ¿donde va el ballet?.¿es la orgía del principio? ¿es en concurso?, ¿no serán los peregrinos que vuelven? :-O ,es que no lo veo claro.
Gracias Leiter por este bonito artículo.
FEMENINO: Relativo a la mujer… pues eso, Zarza. Que esa música suena femenina… ¡Si tú misma lo has explicado en el primer párrafo de tu comentario!
Me pillas con lo de Tannhäuser ahora mismo… ¡Iván, acude en nuestra ayuda!
Gracias a ti, Walkiria.
LEITER
Princesa Zarza, Elgatosierra a sus pies.
Estaba aquí esperando para pedirle este baile.
¿Me concede este vals, por favor?…
Vamos Leiter, coge tú también a tu oíslo y vamos a marcarnos unos valsecitos para celebrar lo de Egipto, seguro que un poco de actividad física nos vendrá muy bien…
Vale: Tu bailarás con la Walkiria Zarza; Iván con tu oíslo; Frank Ar con Amalia; y yo con Frühbeck de Burgos…
Me apetece un whisky, hermanos… ¿Se nota, no?
LEITER
En la versión de París, Wagner introdujo a la fuerza un Ballet en Tannhäuser y, contrario a las reglas parisinas que exigían dicho ballet en la mitad del II Acto, aquí el Mago de Bayreuth lo ubicó al comienzo del I Acto, luego de ejecutar la Obertura. Es por ello que en muchos conciertos y discos, encuentras que puede decir así: «Tannhäuser-Obertura», o bien «Tannhäuser-Obertura y Bacanal», que ya presenta al oyente la primera gran modificación a la estructura de toda la partitura.
Las dos versiones de Tannhäuser se ejecutan con regularidad hoy en día, siendo la versión de París la más difundida.
Pero no es una «orgía» Zarza, es un Bacanal, que no es lo mismo. El sexo no es el único componente de ese cuadro alucinante que se ejecuta al principio de la Ópera, luego de la Obertura. Hay muchos elementos que juegan en la escena cuando se abre el telón. Ahí la diferencia.
En Tannhäuser, el episodio a la mitad del II Acto, es la Entrada de los Invitados, aquellos que presenciaran el trovadoresco choque de Canto que ha de producirse en el Castillo del Landgraff de Turingia. Es una de las páginas musicales más brillantes de la Historia de la Música.
El título de la Ópera es «Tannhäuser und der Sängerkrieg auf Wartburg», o en castellano «Tannhäuser y el Torneo de los Cantores en Wartburg». Wartburg es un catillo alemán donde en el Siglo XII se llevó a cabo una competición de Trovadores -a instancias de Hermann, Landgraff de Turingia- que reunió a los mejores genios trovadorescos: Wolfram von Eschenbach, Walter von der Vogelweide, Klinschor…Personajes y hechos reales que Wagner introdujo en su(s) obra(s). Por ello tampoco es un simple «concurso»: es el Torneo de los Cantores de Wartburg, de los Trovadores y ello entraña una presentación muy extensa del tema, lo cual justifica que no se le llame «concurso».
El Coro de los Peregrinos es un éxtasis religioso desbordante, una profesión de piedad emocionante cuya expresión musical no podía y no puede darse mediante un Ballet.
Valga decir que la acción de Tannhäuser tarnscurre en el Siglo XII.
Si deseas saber algo más sobre Wagner que yo pueda responderte Walkiria, sólo debes invocar a Wotan y presto resolveré tus dudas.
Trovadoresco Saludo Cofrades!
Gracias, Caballero Teutónico.
Tenía mucha confusión sobre ese tema en particular y nos lo has explicado de manera brillante, clara y concisa.
Walkiria, en este bar contamos con el wagneriano más sabio de toda la red. Iván es una enciclopedia viviente para este y otros muchos otros temas. ¡Qué lujo!
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jajajaja, no me había dado cuenta que yo misma imaginaba el vals con una dama en apuros, lo que pasa es que imaginaba la escena con la dama representando el mundo que acaba y el coche como el mundo loco que comienza.
Gato, será para mi un placer concederle este delicioso vals, eso si, una copita después que esto del ejercicio da mucha sed. Champagne, por favor.
Leiter, mira que elgir de pareja a Frühbeck de Burgos jajajaja, tu tienes que bailar con Celia que si no se enfurruña seguro. ¿qué es eso de que Iván baila con su oíslo? no me entero de ese chiste 🙂
Don Iván, pido disculpas por mi error. Gracias por este resumen tan preciso y esclarecedor sobre «Tannhäuser».Tuve oportunidad de asistir en teatro Real una representación hace dos años, me preparé la ópera antes y esperaba con ansia algunas partes de ella, el coro fue un fastidio, Seiffert nada inspirado y el resto por el estilo, sin embargo Christian Gerharer salvó todo con un Wolfram espléndido y se marco una «O du, mein holder Abendstern…» que nos dejó a todos mudos de emoción, bellísimo y sentido canto, lleno de dulzura. Lo recordaré siempre.
Tendré presente su ofrecimiento y cuando necesite saber algo de Richard Wagner acudiré a usted con gusto.
Si, Leiter, aquí hay mucho lujo :-).
Un saludo cariñoso a todos.
La mujer de Gato — a quien no tengo el gusto de conocer — es invocada como oíslo por su marido, denominación que se hace extensiva al resto de féminas.
¿Qué tenéis en contra de Frühbeck? Ahora que acaba de ser nombrado titular de la Orquesta Nacional Danesa… En Copenhague están ya cambiando las batutas en las tiendas de música por bastones de mando.
Acepto yo también esa copa de champagne. Möet Chandon, por favor.
Besos
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