Ayer se celebró una reunión de tangerinos en Madrid y su resultado se vio empañado a causa las actitudes mostradas por los encargados del restaurante PARAÍSO DEL DESIERTO, lugar escogido para la celebración, y ubicado en la calle del Doctor Esquerdo nº 140 de Madrid. Los tangerinos, gente acostumbrada a las improvisaciones y tolerante contra cualquier circunstancia que sea objeto de una más que irreprochable crítica, salieron de dicho lugar con la sensación de haber sido ESTAFADOS.
– Los distintos puestos que debieran estar previamente formalizados para una ideal organización brillaron por su ausencia: Cada cual se sentó donde buenamente pudo y sin ningún tipo de aclaración por parte de los responsables del local encargado de acoger el evento. Nada más llegar, y como buena forma de atemperar el tiempo hasta la celebración del ágape, unos inocentes socios se atrevieron a pedir dos botellas de agua y una coca-cola: 13 euros, y solicitados de mala manera.
– El menú pactado, al inestimable precio de 27 euros por persona, fue una de las mayores estafas que uno ha tenido la desgraciada oportunidad de experimentar: Dicho menú consistía, según las ofertas de publicidad expuestas en la red para los participantes, en:
Ensalada árabe: mezcla de pimientos asados con comino y tomate
Shorpa: sopa ligera oriental
Mutabal: crema de berenjenas
Brewat de pollo o queso
Segundos:
Tayine de pollo con patatas y aceitunas
Cuscus vegetal
Kabab con ensalada o arroz
Pastela
Postres:
Tarta de manzana al estilo árabe
Flan casero
Sirenne: yogur con frutas
El menú incluye una bebida, postre o café
Té con hierbabuena
Brindis de Navidad con cava
Espectáculo árabe: danza del vientre.-
El menú puede tener alguna variación de última hora
Empecemos:
– La ensalada, que de árabe o magrebí tenía lo que yo de arquitecto, era para compartir entre cinco ó seis personas por mesa.
– La sopa, un minúsculo cuenco para compartir entre cinco ó seis personas. Todos metiendo la cuchara…
– La crema de berenjenas, al modo de merendola de un hambriento mediopensionista, para compartir entre ese mismo número de personas (Quizás los tangerinos allí reunidos pensaron en un nuevo concepto de la solidaridad gastronómica)
– El Brewat, una tajadita de pollo para seis personas (Estamos en crisis).
– El pollo con patatas guisadas y DOS aceitunas para cada comensal se confundió, como por arte de magia, con el plato precedente.
– El Cous-cous, seco como un cactus y con el inefable acompañamiento de una zanahoria y un trozo desangelado de calabaza, para compartir entre seis personas. Lo dejó todo el mundo. No hubo valiente quién osara a testearlo.
– El Kebab, alimento solidario que requirió de las mejores dotes de división por parte de los allí reunidos.¿Sabrán los responsables de ese patético restaurante lo que es un verdadero KEBAB? Lo dudo.
– Pastela: Fue imposible ejercer la gastronómica solidaridad. Pequeñas raciones imposibles de subdividir. Los afortunados que no tuvieron a bien probarla acabaron la velada con mejor humor anímico.
– Tarta de manzana al estilo patio de colegio, sin posibilidad de elección entre otras opciones.
– Flan, una ración unipersonal para seis comensales, evocando los buenos tiempos solidarios de Tánger.
– Sirenne: quién esto me dicta a escribir alega que fue inexistente.
– Té: Mejor el que preparo yo en mi casa. Un vaso liliputiense que nada tiene que ver con lo que los tangerinos conocen de buena mano. Agua del Manzanares, o Pañí, para los más castizos.
– El cava lo están todavía esperando. La dueña dijo: «Eso no está incluido», contraviniendo lo pretéritamente pactado.
– La danza del vientre: Se notó mucho que la pareja de chicas procedía de Móstoles.
El servicio de camareros fue lamentable e, incluso, la reiterada toma de un extraño artilugio entre todo el personal del referido servicio desató las más que consecuentes reprobaciones de los allí reunidos. Dio la sensación de que ellos celebraban también otra fiesta… Y la encargada del local, con un sentido de la expresión que confunde lo ordinario con lo anecdótico, participando en los despropósitos de su dependencia. ¿Habrá ya acabado de fumarse la pipa?
Los guardarropas brillaron por su ausencia. Como en los mejores tiempos, encima de una silla todo el montón…
La gente, muy mosqueada, pero como son tangerinos y, por ende, muy educados, callados y soportando la afrenta.
En definitiva, un sitio, EL PARAÍSO DEL DESIERTO, no recomendable. Estos ni son de Tánger ni entienden nada de nada. Bochornosos. No malgasten ustedes su dinero en semejante antro. Lo advertimos, luego no nos vengan con quejas.
Amigo Leiter, por tus comentarios das la impresión de querer decir que este restaurante es de Tangerinos o al menos que alguién lo pensaba. A mi me hubiera extrañado muchisimo simplemente observando el menu «previsto» ya que muchos de los platos anunciados puede que sean árabes, eso lo ignoro, pero desde luego no son marroquis. Por ende, mucho menos Tangerinos, bien sur !
Saludos
No, no me he expresado bien y pido disculpas por ello. El restaurante se autodenomina «árabe» y, efectivamente, dentro de ese concepto se agrupan cocinas que pueden ir desde la marroquí hasta la del Yemen. En materia gastronómica y, concretamente en la magrebí, no soy un entendido. Me encanta la cocina libanesa pero ésta tiene muchísima influencia de lo francés y no es el paradigma de la cocina árabe precisamente.
No lo sé con certeza plena pero dudo mucho que ese «restaurante» sea regentado por tangerinos. Trataré de informarme. Reitero mis disculpas si he dado lugar a la confusión. Por otra parte, nunca escuché que el sitio fuese tangerino, sino que acogió una reunión de los mismos.
Saludos, Ricardo, y gracias por tu comentario.
LEITER
Jajajaja, lamento que os estafaran, pero me lo he pasado pipa leyendo el post.
Genial
A mí no, Ángel. Yo a esas horas estaba sufriendo con el partido Madrid-Barça en EL RESCOLDO (Ese sí que es un buen sitio, el de mi amigo y muy madridista Antonio). Tenía pensado acudir con Celia pero pactamos que cada uno iría a un sitio (Macho, el fútbol es el fútbol, algo sagrado para mí…) Simplemente he servido de pluma a las impresiones de Celia, confirmadas posteriormente vía telefónica y messenger con otros sufridos asistentes. Anoche los dos nos fuimos indignados a la cama: Celia por lo del inefable restaurante (No así por la reunión) y yo… ¡Imagínatelo! Tan sólo restaban siete minutos y el Eto´o ese… ¡Porca miseria!
Un abrazo, Ángel