* Ópera bufa en dos actos
* Libreto de Cesare Sterbini basado en la obra de Pierre-Augustine Beaumarchais
* Estrenada en Roma el 20 de febrero de 1816
* Lugar de la acción: Sevilla, finales del siglo XVII
* FIGURACIÓN
– CONDE DE ALMAVIVA, grande de España – Tenor lírico
– FÍGARO, barbero – Barítono
– DOCTOR BARTOLO, médico y padrino de Rosina – Bajo
– DON BASILIO, profesor de música – Bajo
– ROSINA, ahijada de Bartolo – Mezzo
– FIORELLO, criado del conde – Barítono
– AMBROGIO, criado de Bartolo – Bajo
– BERTA, criada de Bartolo – Soprano
– OFICIAL DE POLICÍA – Bajo

 Tras un nuevo encargo del propietario del Teatro di Torre Argentina, Francesco Sforza, Rossini se puso a trabajar sobre un texto de Cesare Sterbini tras rechazar previamente otro de Jacopo Ferretti. En menos de un mes, algo realmente increíble, se compuso la ópera y su posterior representación en el día de su estreno fue un absoluto desastre. Al parecer, a ello contribuyó decisivamente el que un grupo de exaltados seguidores del teatro rival, el Teatro Valle, decidiera silbar y abuchear a todos los cantantes. Sin embargo, en posteriores representaciones, la inmortal obra de Rossini fue acogida con entusiastas ovaciones que provocaban la salida del compositor al escenario en repetidas ocasiones.

 Cuando se estrenó esta ópera aún gozaba de predicamento la obra homónima del compositor Antonio Paisiello, lo que era un gran riesgo ya que las comparaciones serían del todo inevitables. Al grandioso éxito de esta primera ópera respondieron perfectamente Sterbini y Rossini mediante una condensación en dos actos de los cuatro originales, cambiando numerosas escenas de la obra de Beaumarchais y añadiendo escenas dramáticas con respecto a la ópera de Paisiello. Si bien se comentó que Sterbini no había hecho sino abreviar la comedia de Beaumarchais, el poeta italiano brindó a Rossini un delicado y sonriente libreto casi perfecto desde el punto de vista teatral. Dicho texto impuso al ingenio de Rossini nuevos retos que el compositor satisfizo plenamente.

 Hoy en día, El barbero de Sevilla es la obra maestra definitiva y la síntesis del llamado género bufo, totalmente abocado a la extinción, en donde no existen pasajes aburridos ni detalles de mal gusto. Rossini supo deshacerse además de los ya aburridos recitativos para dar lugar a los pasajes de conjunto. Los protagonistas poseen una veracidad y un atractivo rotundos, formando un triángulo principal auténticamente portentoso en donde la música de Rossini alcanza unas cimas de ingenio, gracia y belleza inimitables. La obra, además, es una prueba del absoluto dominio orquestal de Rossini, único en toda la ópera italiana del siglo XIX. Toda representación de mediana calidad de esta ópera se convierte en una auténtica fiesta que nos hace olvidar cualquier preocupación personal. Señalemos, por último, que la archiconocida obertura fue ya utilizada por el compositor en dos óperas anteriores, Elisabetta y Aureliano in Palmira. También encontramos material de otras óperas precedentes en otros episodios, algo que era común en la época. De esta forma, parece sorprendente que con tal diversidad el resultado final de esta ópera sea el de una verdadera e indiscutible obra maestra. Más información sobre el compositor podéis encontrar en el siguiente enlace, una entrada que redacté hace ya tiempo para la sección GALERÍA DE MÚSICOS de este bar virtual de copas.

DESARROLLO ARGUMENTAL

Acto I. Cuadro I: Obertura. De noche, en la plaza situada enfrente de la casa del doctor Bartolo. Fiorello aparece seguido de un grupo de músicos y del conde de Almaviva, quien tiene la intención de ofrecer una serenata a su nueva conquista. A continuación, el conde entona una deliciosa canción de amor y luego abona generosamente a los músicos, quienes contentísimos forman un enorme alborozo. Cuando se queda solo con su criado, el conde ve aproximarse a Fiorello y se esconde, mientras que éste se aleja. En tanto, el barbero enumera todas las cosas que hace y la importancia que tiene en la ciudad. El conde se le acerca y, enterado de que suele afeitar al doctor, le pide que le ayude a conquistar a su ahijada Rossina. Amanece. Sale la chica al balcón con el propósito de darle un mensaje al conde, aunque se ve sorprendida por su padrino. Entonces, le cuenta que se trata de la letra del aria de la nueva ópera, la precaución inútil. Haciéndose la descuidada, deja caer el papel a la calle y, mientras el conde lo recoge, la muchacha ruega al médico que baje a por el mismo. Sin embargo, Bartolo no ve nada y furioso — está enamorado de Rossina — promete cerrar el balcón a cal y canto. El conde lee el mensaje mientras que el doctor le dice a su ahijada que no le abra la puerta a nadie con excepción de don Basilio, quien le está ayudando a resolver el papeleo de su casamiento. El conde decide ocultarle a su amada su título, ya que quiere que ella le ame por sus propios méritos. Fígaro le aconseja que se lo diga con música, cosa que hace el enamorado, añadiendo que se llama Lindoro. A continuación, suplica a Fígaro que le ayude a entrar en la casa. El hombre idea disfrazarlo de militar, haciéndole pasar por borracho, ya que ambas cosas conseguirán que el tutor de Rosina se fíe de él. Luego, quedan citados en la barbería.

Acto I. Cuadro II: Salón de la casa de don Bartolo. A solas, Rosina se siente enamorada del falso Lindoro y lo quiere conquistar. Luego, expone su forma de ser respetuosa y obediente a menos que la saquen de sus casillas. Aparece Fígaro y la chica se queja de su encierro. Cuando el barbero le va a comunicar los planes del conde, escucha acercarse a Bartolo, ante lo que Fígaro opta por esconderse. El doctor, que empieza a sospechar de éste, interroga tanto a Rosina que la muchacha termina por hacerle rabiar diciéndole que ha hablado con el barbero y que le resulta muy simpático. Aparece Basilio y le comunica a su amigo que el conde de Almaviva está en la ciudad. El maestro de música tiene un plan para alejarlo de la casa a base de una calumnia, método del que hace un abierto elogio. Luego ambos se retiran a redactar el contrato de boda de Bartolo y Rosina. Aparece ésta y Fígaro le cuenta todo lo que ha escuchado desde su escondite. La chica le interroga sobre Lindoro, a lo que Fígaro responde que es un primo suyo. Rosina muestra su interés por él, aunque quiere saber si ama a alguna mujer. Fígaro le contesta que sí y que su nombre es Rosina. La joven salta de alegría mientras que el barbero pide que redacte un mensaje. Entonces se encuentra con que Rosina ya lo tiene redactado. Fígaro se marcha y vuelve a entrar Bartolo y de nuevo interroga a su ahijada sobre sus conversaciones con el barbero. Luego, el doctor niega creerse las mentiras de la muchacha y para acabar con todas estas molestas situaciones decide encerrarla. El conde, disfrazado de soldado y haciéndose el borracho, se presenta en casa de Bartolo y dice ser también médico. Aparece Rosina y reconoce al conde. Éste pretende quedarse a vivir en la casa que el ejército le ha asignado como alojamiento aunque Bartolo trata de disuadirlo. El conde le da un mensaje a Rosina pero al notar que el doctor lo ha visto se lo cambia por la lista de la colada. Aparecen Basilio y Berta y a continuación Fígaro. De pronto, llaman a la puerta: Es un oficial y un grupo de soldados. Al tratar de detener al conde éste hace valer su título aunque no permite que el oficial lo divulgue. Mientras, un extraño mareo parece apoderarse de todos los protagonistas, que se sienten aturdidos con un sonido de martillos ciertamente penetrante. Impresionante y genial final del primer acto. Portentoso.

Acto II. Cuadro I: Otro salón de la casa de Bartolo. Éste cuenta que el fingido soldado no pertenece a ningún regimiento y sospecha que se trata de un espía que el conde ha enviado para sondear los sentimientos de su ahijada. En ese momento, llaman a la puerta y entra el conde disfrazado de profesor de música, afirmando que viene de parte de don Basilio a darle la lección de música a Rosina. Después, para ganarse la confianza del doctor, le añade la carta de la chica y añade que se la dio el conde. Empleándola de la poca estima que el noble tiene a Rosina, le sugiere que podría usarla para que ésta se creyera burlada y así volver a los brazos de su padrino. Entra Rosina y reconoce al conde, pero disimula. Comienza entonces la lección de música. El doctor se adormece mientras los amantes intercambian frases amorosas. Bartolo se despierta y comenta que la música en su tiempo era mucho menos ruidosa, cantando una arietta. Llega Fígaro con la intención de afeitar al doctor pero lo que en realidad busca es hacerse con la llave de la reja de la casa, cosa que consigue después de emplear ciertos trucos que acaban por desconcertar a don Bartolo. Aparece don Basilio ante la sorpresa de todos pero Bartolo no muerde el anzuelo a pesar de que el verdadero profesor de música dice que se siente mal por haber recibido una bolsa repleta de monedas. Cuando Bartolo se queda solo manda a Ambrogio a buscar a don Basilio para que le aclare ciertas cosas de las que sospecha. A continuación, sale y Berta se pregunta por qué la gente hace cosas tan extrañas por culpa del amor.

Acto II. Cuadro II: En otra estancia de la casa. Cuando Basilio regresa, le dice a Bartolo que nunca antes había visto al fingido profesor. El doctor llama a Rosina y le enseña la carta, con lo que la chica, creyéndose burlada por parte del conde, reclama venganza. De pronto, estalla una tormenta y cuando se aplaca aparecen Fígaro y el conde, a los que luego se les une Rosina. Pese a que la joven estalla en gritos, el conde aplaca su ira al confesarle su propia identidad y no la de Lindoro. Entonces, los tres deciden escaparse, pero comprueban que les han quitado la escalera por la que pretendían huir desde el balcón. En ese instante entra don Basilio con el notario. Aprovechando la oscuridad reinante, Fígaro se hace pasar por el doctor y le dice al notario que case a la pareja. Aunque Basilio se opone a ser testigo, el conde le convence regalándole un anillo. Aparecen el doctor y un oficial con soldados. Cuando van a detener a los dos hombres por ladrones, el conde se identifica y promete a Bartolo dejarle la dote de Rosina. Es ahora cuando Bartolo se da cuenta de sus errores y reniega de su amistad con don Basilio. El barbero, Rosina y el conde celebran el feliz final de toda la trama.

VERSIONES RECOMENDADAS

– Bartoli y Fissore. Orquesta y Coro del Teatro Comunale de Bolonia. Giuseppe Patanè. DECCA
– Callas y Alva. Orquesta Philharmonia. Alceo Galliera. EMI
– Berganza y Alva. Orquesta Sinfónica de Londres. Claudio Abbado. DG
– Baltsa y Araiza. Academy of St. Martin-in-the-Fields. Neville Marriner. PHILIPS.
– Horne y Barbacini. Coro y Orquesta de La Scala de Milán. Riccardo Chailly. CBS.
– Capsir y Borgioli. Coro y Orquesta de La Scala de Milán. Lorenzo Molajoli. EMI (Grabación histórica de 1929)