Hasta hace relativamente poco, todavía en Alemania y Austria se solía amenazar a los niños que empezaban a formarse musicalmente con la terrible frase: — Estudia, niño, que sino va a venir Knappy… Era el mejor remedio para las presumibles y puntuales faltas de atención de los menudos estudiantes. Knappertsbusch era esa especie de ogro sobre el que se ceñía toda una temible leyenda muy apta para preservar las conductas de los niños teutones más traviesos, algo así como un «hombre del saco» a la española. Su mera mención implicaba miedo, respeto y temor incluso entre los más valientes. Y es que la imagen de Knappy, con esa insólita batuta de casi un metro de longitud, con esos ademanes circunspectos y rígidos, con esa desmesurada altura que le hacía sobresalir muy por encima de la orquesta y con ese rictus terrorífico — pómulos faciales hundidos y siniestra coletilla capilar — se prestaba mucho para tal temible fabulación.
En el vídeo que os dejo de enlace podéis ver una grabación, al parecer de 1942 ó 1943, con los últimos instantes de la interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven. Obviamente, es una filmación de marcado carácter propagandista de la Alemania nazi en unos momentos en los que la Segunda Guerra Mundial no parecía tener aún un claro vencedor ante los dramáticos episodios que se estaban desarrollando en el Frente Oriental. El concierto, aunque da la sensación de ser público, es un montaje donde se nos muestra una toma frontal del director alemán que se va alternando con vistas totales y parciales de las distintas secciones orquestales de una formación que presumiblemente es la Filarmónica de Berlín. En uno de los travelling de la cámara se aprecia fugazmente como no se encuentra público alguno en las primeras filas de la sala Philharmonie, lo que confirma la idea del montaje claramente propagandístico. Además, la inusual toma de los gestos del director, en ocasiones mirando fijamente hacia el objetivo de la cámara, parece no corresponder con una grabación convencional sino, más bien, con una serie de distintos planos que en el proceso de montaje final se han logrado ensamblar con irreprochable ingenio, teniendo en cuenta la época en la que se gestó dicha filmación. A la mitad del vídeo, y como no podía ser de otra manera, se nos presenta toda la parafernalia nazi decorando parte de la antigua sala Philharmonie. Como ya explicó muy bien mi querido Ángel Guirao este pasado verano en un vídeo similar que tenía como protagonista a Wilhelm Furtwängler, el contraste entre la simbología nazi y la belleza de la música más humanamente fraternal que jamás se haya compuesto es, sencillamente, impactante. En uno de los fragmentos el coro entona la frase: Alle Menschen werden Brüder, que viene a significar, más o menos, que Todas las personas llegarán a ser hermanos… Fue una época difícil, sin duda, y a muchos artistas no les quedó otra opción que resignarse ante los desvaríos hitlerianos. Otros, por contra, se convencieron ingenuamente de los ideales nacional-socialistas, ignorando las barbaridades que se estaban cometiendo en Dachau, Treblinka, Auschwitz, Sorbibor… Otros quizás fueron conscientes del todo y trataron luego de ocultar su intolerable vinculación; otros, los más valientes, plantaron cara y tuvieron que exiliarse ante aquella locura ideológica… Pese a todo lo que se ha escrito acerca de las supuestas simpatías que Knappy sostuvo con el régimen totalitario nazi, lo cierto es que Hitler se refirió a él de modo despectivo en numerosas ocasiones. Es más, los nazis le apartaron de un puesto tan llamativo y carismático como era el de la Ópera de Munich e incluso le llegaron a imponer la prohibición de dirigir. En 1936, no obstante, pasó a ocuparse, de manera interina, de la Ópera del Estado de Viena. (Tengamos en cuenta que en aquellos años, los centros alemanes de Berlín o Munich tenían una relevancia mucho mayor para el régimen nazi que el de la asimilada Austria)
Con tan solo veinticinco años, Knappertsbusch llegó a ser director de ópera de Erberfeld, su ciudad natal. Tras unos años en Leipzig y Dachau, sustituyó en 1922 a Bruno Walter en la Ópera de Munich. La capital bávara se convirtió en su patria adoptiva desde entonces y, tras la Segunda Guerra Mundial, allí pasó a ser un director invitado y honorífico sumamente estimado. Se consideraron «festivos» aquellos días en los que Knappy dirigía el Tristán o El Caballero de la Rosa; también cuando interpretaba su obra más querida, la Quinta de Beethoven. Wieland Wagner, el nieto del compositor y mandamás de Bayreuth, le rescató para dicho festival al reanudarse las representaciones tras la guerra. Knappertsbusch, con su estilo ceremonioso, triunfante y, en cierta medida, pastoso, representaba el más genuino guardián del Santo Grial wagneriano frente a la nueva corriente de experimentadores. Pero frente a esa fama de hermética rigidez que parecía envolver los conceptos artísticos de Knappy, se escondía un hombre que sentía auténtica antipatía por todo lo relacionado con los ensayos. Le encantaba improvisar desde el podio, con una marcialidad y energía que se apoyaba en una prodigiosa técnica de dirección orquestal. Cuentan que en una ocasión al Führer se le antojó escuchar una representación de Tiefland, una ópera de Eugen D´Albert. Para ello, los músicos de la Ópera de Viena fueron convocados a un ensayo que ocupaba el sagrado tiempo del almuerzo de mediodía. En estas llegó Knappertsbusch ante los músicos y les dijo: –«Señores, al Führer le apetece escuchar Tiefland. Muy bien, ustedes ya han tocado esta obra y confían en mí… Yo también confío en ustedes. Así que, ¡Buen provecho! Nos veremos durante la representación»–
Knappertsbusch, filósofo graduado también, fue, en mayor medida que Furtwängler, un maestro de la improvisación dado a la inspiración del momento. Pero más allá de ese pragmatismo rutinario, Knappy fue un espontáneo de proceder consecuente: Se dio cuenta de que en la reproducción de lo aprendido durante un ensayo constante había un peligro mortal para el desarrollo del arte. La inspiración era el vehículo de que se servía para inflamarse en la creación musical que surgía de cada vez. En aquellos tiempos, el repertorio se basaba mayormente en coordinar las fuerzas heterogéneas de la representación por encima de una novedosa frescura a la hora de formalizar un montaje de unas obras que se preparaban a través de largos intervalos de tiempo. Las condiciones de interpretación estaban muy lejos del pretendido perfeccionismo moderno e incluso los conjuntos de cantantes eran más estables que los de hoy en día. Knappy fue un director peculiar, alemán en su aspecto aunque más pragmáticamente latino en su proceder. Nunca fue un erudito y, lo mejor, nunca pretendió serlo aunque, pese a ello, su grabación del ciclo completo de la Tetralogía de Wagner es considerada de absoluta referencia por los especialistas. La Filarmónica de Viena le adoró siempre… Lógico, a esa formación también le disgustan de sobremanera los ensayos.
Ya he dicho en las entradas dedicadas al Maestro y Genio Richard Wagner, que Hans Knappertsbusch es uno de los mejores Directores wagnerianos que han existido. Su antipatía por los ensayos y sus improvisaciones son meros decorados anecdóticos frente a la majestuosidad de su estilo de dirección. Sobrio, directo, claro, absoluta economía de gestos, dan como resultado interpretaciones cautivadores y embriagantes.
Concuerdo contigo que sus versiones de la Tetralogía son imprescindibles…tanto que yo no las tengo y desespero por ello!
A mi juicio, la grabación más impactante y representativa de Knappertsbusch es el Parsifal de 1951, en el Festival de Bayreuth, año de la reapertura. A quien desee una prueba, aquí va:
http://www.youtube.com/watch?v=PED357rMoFE
Es sensacional. Haciendo mis plegarias como Guardián del Santo Grial, dentro de poco llegará a mis manos dicha grabación COMPLETA. No puedo soportar un día más sin ella.
Y luego apuntaré hacia el tesoro de los Nibelungos que he mencionado antes.
Hay una foto que me agrada mucho: en ella aparecen un retrato de Richard Wagner, sus nietos Wieland y Wolfgang, Herbert von Karajan y Hans Knappertsbuch estudiando una enorme partitura. Bellísimo.
Si Karajan es el Emperador y Furtwangler es el Rey, entonces Knapperstbusch es algo así como un Faraón, sin duda. Bendecido por los Dioses.
Alemán, muy alemán! Salud!
Abrazos Leiter.
Pues vete haciéndote con las versiones de Kna, amigo Iván. Lo agradecerás. Es algo realmente antológico.
El próximo miércoles 19 de octubre de 2011, con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide, hablaremos aún más extensamente de Kna en la sección de ESCUELA DE DIRECCIÓN ORQUESTAL… (Iván, tú que sabes resolver enigmas, ahí te dejo uno sobre el futuro de BLUES de cara a su quinta temporada a partir de octubre de 2011. Si aún tengo fuerzas y no recaigo de mis problemas de salud, vamos a hacer de BLUES durante la nueva temporada el mayor archivo en español de la red sobre directores de orquesta. Quiera el destino brindarme la energía suficiente como para acometer este proyecto con el que desearía culminar este bar virtual de copas…) Pero, en fin, no adelantemos acontecimientos… Dada la exclusividad de este proyecto, las frases que están entre paréntesis serán borradas en breve.
Un abrazo, amigo
PD: ¿Y a Toscanini cómo le llamaríamos?
LEITER
Perdona que te contradiga Iván, aunque quizá no sea contradecirte precisamente.
Como dice un amigo mío, yo aún diría más, en mi modesta opinión, y aquí todo el personal ya sabe que yo sólo soy un atrevido y un ignorante, Knappertsbusch fue, de lejos, el mejor director wagneriano que ha existido, y aún no superado.
Con tu permiso Leiter dejaré aquí una dirección del blog de un amigo común, que pueden ayudar a más de uno, ese es mi único objetivo.
Amigo Iván, tirando de este hilo podrás sacar el ovillo de la “Tetralogía” de Wagner por Knappertsbusch en la temporada del Festival de Bayreuth de 1956, en mi modestísima opinión, y en la de la mayoría de los expertos en Wagner, la mejor versión hasta la fecha de esta monumental obra.
Amigos, prepárense para un viaje alucinante a nuestros ancestros:
http://oidofino.blogspot.com/2010/07/wagner-el-anillo-del-nibelungo-15.html
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos para toda la parroquia.
Elgatosierra
Excelentre trabajo el tuyo y el de Fernando. De lo mejor que he leído sobre el tema. Mi aplauso y admiración, Gato.
LEITER
Mi fiel Leiter, no lo se, pero me queda la sensación que el video de la entrada no es un montaje sino un auténtico concierto en vivo en la dolorosamente extinta Antigua Berlin Philharmonie. Aunque es cierto que se verifican movimientos inusuales en Knappy, quien no solía dirigir con tanta vehemencia, también es cierto que en 1942 o 43 el Gran Director contaría con 55 años a lo sumo, por lo que es muy posible que aún contara con la suficiente energía para exhibir alguna que otra «acrobacia» al podio.
Por otra parte, creo que el hecho que en ocasiones Él fije su mirada en la cámara frente a al podio, no no dice con total certeza que haya sido un montaje o una grabación preparada, con un libreto previo y varias tomas de los compases finales de la Novena de Beethoven. Pienso que en aquellos años, filmar un concierto aún era muy raro y para Knappy, una cámara en medio de violines, violas, celos, contrabajos, flautas, oboes y demás, debía ser un curioso visitante.
Así lo veo; no se si tú estás definitivamente convencido que se trata de un film preparado con fines propagandísticos.
Fuerte abrazo.
PD. Que sea nuestro amigo Gato el que elija cómo llamar a Toscanini…
No lo sé realmente con certeza, amigo Iván, pero sigo pensando en que es un montaje por el gran contraste existente entre primeros planos y generales. De todas formas, insisto en que es una opinión. Por otra parte, tus argumentos me han parecido muy válidos también. ¡Qué más da que sea un montaje o no! Lo importante es lo que se escucha y punto. Lo de la finalidad propagandística es pura anécdota. No creo, sin embargo, que se trate de un vídeo propagandístico, sino que más bien es un vídeo montado a base de pegar distintas escenas de más de un concierto. Esto era bastante habitual en aquella época y existen otros vídeos — recuerdo ahora mismo uno de Mengelberg — en donde se hacía lo mismo. Por cierto, Kna asustaba… ¡No me hubiera gustado tenerle como director! Eso sí, fue uno de los GRANDES, con mayúsculas.
A Gato no le gusta nada Toscanini; te lo aseguro, Iván
Un abrazo, mi buen amigo.
LEITER
Leiter, ¿Kna asustaba? desde luego no tengo idea pero me da que en absoluto. Si yo fuera músico estaría muy orgullosa de sentir la mirada de Kna encima y daría lo máximo. Una señal de aprobación suya sería como alcanzar el cielo, si a Kna le parece bien, no puede mejorarse.
Dejo un par de enlaces sobre Kna, el primero escrito por Ángel F. Mayo, el segundo son las críticas publicadas durante sus visitas al Liceo de Barcelona en los años cuarenta, estas críticas tienen un enorme valor al estar hechas cuando todavía no se había convertido en un mito y era un director algo «desconocido» para la parroquia.
http://archivowagner.info/20031023kna.html
http://www.filomusica.com/filo77/knappertsbusch.html
Espero que les parezcan interesantes.
Un saludo 🙂
Bueno, mi comentario fue más bien bromista… ¿o no?
Muchas gracias por los enlaces, Zarza. Ahora pasaré a leerlos.
Besos
LEITER
Los artículos publicados en «Archivo Wagner» generalmente son muy interesantes y este, sobre Knappertsbusch no es la excepción, pero yo no lo conocía en absoluto. Gracias Zarza por hacérnoslos llegar.
Creo que lo que allí dice es la confirmación de mi lucha de tantos años en contra de la corrupción que se ha apoderado de Bayreuth, con la pesencia de miles de decadentes que año tras año utilizan a Wagner como excusa para ir al Festspielhaus a lucir costosos vestidos, joyas, tomarse un par de fotos y aparecer en las revistas de farándula (de mediocres para mediocres) y presumir de muy cultos. Y ello sin hablar que el aspecto artístico cada día se pisotea más, privilegiando al amo todopoderoso: el dinero.
A unas pocas calles de allí, en Wahnfried, los restos del Maestro deben retorcerse en su tumba, viendo cómo su obra es convertida en una pasarela de Euromoda, en lugar de ser el Templo Solar que Él concibió.
Obsérvese cómo el inmenso Hans Knappertsbusch «El Rubio» lo vislumbró: no cobrar por su participación en el Festival, ofrecerse a poner de su propio bolsillo y de esa manera, conservar cristalina la Tradición Wagneriana, donde se privilegia el Arte más elevado y la Visíon Inmortal de lo Grande y Bello, frente a la amenaza de decandencia que se cernía sobre las moradas filosofales de Bayreuth, son prueba irrefutable de mis apreciaciones de los últimos años en las que tanta indignación he tenido que soportar por lo que se le ha hecho a mi amado Bayreuth de los Sonidos Mágicos. La contratación de Pierre Boulez ha sido el mayor crimen en la historia del Festspiele.
Gracias Hans: estamos conectados en el tiempo y el espacio.
Ah, qué desahogo! Cuántas espinas me saco hoy del corazón!
Un abrazo Leiter.
Total y absolutamente de acuerdo en tu consideración sobre las vergonzosas representaciones dirigidas por Boulez. Una cuestión es tratar de ser innovador hasta cierto punto y otra, bien distinta, es llegar al puro despropósito sin sentido.
Muy buenos los enlaces que nos ha dejado nuestra amiga Zarza.
Un abrazo, Iván
LEITER
Señores, gracias las suyas. Con sus comentarios sobre Kna yo tambien me quito la espina al sentir su aprecio por él.
Un hombre honesto y generoso, de alma poderosa que vivía para la música, la que el entendía y comprendía, aquella que se basta a sí misma pero que solo se pone de manifiesto cuando alguien sabe leer notas en un papel y su corazón es uno con ella.
Un saludo Leiter e Iván.
Me halagas Zarza. De verdad. Y no dudes de lo que has dicho: yo venero a Knappertsbusch inmensamente. El ser el hijo predilecto de Herbert von Karajan no me impide admirar a otros grandes como Kna. Y se que Herbert no está celoso por ello.
Me encantó eso de que Kna es como una Gárgola del Gótico. Esto no es peyorativo ni mucho menos. Por el contrario, entraña un expresión de enorme admiración, dada la Sabiduría que encierran las construcciones catedralícias del Gótico, con sus vigilantes gárgolas en los adustos muros.
Alquímico. Sabio. Áureo. Así de sencillo y de transcendental. Que todas las campanas repiquen solemnemente en lo alto para anunciarlo.
Leiter, bien sabes que mi nombre puede traducirse al alemán como Johann, siendo Hans una variante de ese Johann. De manera que comparto nombre con Knappertsbusch!
Qué bonito es disponer de Blues para contar tods estas cosas. Es magnífico.
Abrazos Zarza y Leiter.
Pues nada, Hans Paixao, algo compartes con Kna.
¿Sabéis que un hijo de Mozart se llamaba Franz Xaver? Pues eso.
Un abrazo, amigo Hans Paixao.
Franz Xaver Leiter
Estimado amigo Iván, por venir de ti, y saber que me quieres bien, no tomaré aquello de “que sea nuestro amigo Gato el que elija cómo llamar a Toscanini” como una provocación, sino más bien como una broma. JAJAJA
Ya te ha dicho el amigo Leiter que a mí Toscanini no me gusta mucho, más bien bastante poco. Me parece más insípido que una sopa de piedras de río. No digo que sea un mal director, el problema es que no es un buen músico, y para mi cualquier intérprete tiene que ser ante todo un MÚSICO.
Lo que sí podría tomar como un insulto sería intentar martirizar a Furtwängler, Karajan o/y Knapperstbusch poniendo a su lado a Don Arturo. Así que dejémoslo así, sólo en Don Arturo, y creo que mejor es no menearlo, para que no huela mucho. JAJAJA
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos para toda la parroquia.
Elgatosierra
Pues a mí cada día me gusta más Toscanini… En fin, cosas de la edad.
Saludos
LEITER
Nadie es perfecto Leiter, y esto nos muestro tu vertiente más humana. Pero como amigos te lo perdonamos. JAJAJA
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos para toda la parroquia.
Elgatosierra
Aquí voy yo nuevamente! Y es que hoy debo manifestar que Hans Knappertsbusch cada día provoca mas admiración en mí. Lo que hace con Wagner es absolutamente de antología: estoy seguro que si el Mago de Bayreuth tuviese que escoger, Kna sería el elegido para ocupar el lugar más destacado en el Bayreuth de los Sonidos Mágicos.
Si alguien me pidiese una definición de la Música de las Esferas, por supuesto diría Richard Wagner…dirigido por Hans Knappertsbusch! Magnífico y antológico!
http://youtu.be/NxLdDNNEc1k
http://youtu.be/UfmBMu7r6Xc
Mi venia ante Hans!
No es por nada, amigo Iván, pero como un conocido nuestro — felino para más señas — lea este comentario tuyo no te va a dejar en paz durante una buena temporada. Fue él quien te recomendó a Kna para Wagner… ¿Te acuerdas?
La próxima temporada le dedicaremos una entrada a Knappertsbusch más amplia en ESCUELA DE DIRECCIÓN
Un abrazo, amigo
LEITER
Es que ya está bombardeándome desde hace días…
¡Ja, ja, ja! Ya, ya lo he visto en FACEBOOK. Por cierto, admiro tu gallardía y honradez para reconocerlo.
Un abrazo, campeón
LEITER