Venus de Willendorf significado
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He de admitir que esta figurilla, la Venus de Willendorf, esculpida en piedra caliza y de unos aproximadamente once centímetros de altura, me parece la composición escultórica más apasionante de toda la historia artística.
Dentro del período denominado como Paleolítico Superior y de forma paralela al arte rupestre se desarrolló el arte mueble, así llamado porque su soporte material es un conjunto variado de piezas móviles (Huesos, marfiles, piedras, etc.) elaboradas sin más instrumentos que una sencilla hoja de sílex o un buril con punta cortante.
Historia
Las más antiguas prefiguraciones grabadas se realizaron sobre plaquetas de piedra con trazos muy esquemáticos. Consisten, mayormente, en representaciones de genitales femeninos y algunas cabezas antropomorfas, aunque paulatinamente se fue produciendo un abandono de estos signos sexuales ante el interés creciente por las representaciones zoomórficas grabadas en placas o talladas en marfil del período conocido como Magdaleniense.
El capítulo más interesante del arte mueble es el que corresponde a las conocidas estatuillas femeninas de voluminosos contornos y caracteres sexuales muy acentuados. Debido a que se han considerado ídolos de fecundidad o primitivas representaciones de la diosa-madre, reciben el nombre genérico de Venus.
¿Donde esta la Venus?
La Venus de Willendorf, actualmente ubicada en el Museo de Historia Natural de Viena y descubierta en 1908 a orillas del Danubio por Obermaier, es un estereotipo de estos ídolos paleolíticos. La apreciable esteatopigia (Grasa acumulada en las nalgas) ha dado motivo a numerosas hipótesis, ya que tal deformación es muy frecuente entre bosquimanos y hotentotes.
¿Qué representa?
La acentuación de pechos, vientre y pubis, así como un cierto descuido en el acabado de las extremidades y en el trazado de los rasgos faciales, parecen responder a convenciones artístico-religiosas relacionadas con la fecundidad.
La figurilla presenta además una especie de gorro o tocado que no deja de ser un incipiente atisbo de las coronas o tiaras que lucirán siempre las diosas madres. La figurilla, que aún conserva ciertos restos de pigmentación ocre, tiene la particularidad de que está esculpida en un tipo de piedra caliza que no es el prototípico de la región en donde fue encontrada.
Ello, sumado al interesante detalle de que los pies no están esculpidos para que se mantenga firme por sí misma, hace pensar que fue creada para ser transportada por alguien, a semejanza de amuleto, más que para ser estrictamente observada.
Pese a que convencionalmente la estatuilla se sitúa cronológicamente en un período comprendido entre hace 30.000 y 25.000 años, lo cierto es que no se sabe aún con absoluta certeza cuándo, dónde y por qué motivo fue elaborada.
Algunos especialistas han llegado incluso a proponer que, dadas las peculiaridades del terreno donde fue hallada, la obra podría tener mayor antigüedad todavía y podría fecharse en un período de tiempo en el que los últimos neandertales convivían con el homo sapiens sapiens, lo que significa que la pieza bien podría haber sido factura de aquellos.
Esta consideración, aún con las lógicas reservas, me parece poco consistente, aunque los últimos estudios sobre los neandertales nos estén deparando nuevos y más que interesantes descubrimientos.
Sea como sea, esta estatuilla, sin ser precisamente un canon de belleza ideal, me apasiona y representa fielmente el cuerpo femenino.
La insistente connotación sexual que se aprecia en diversas obras de los tiempos pretéritos, obedece justamente a un concepto de marcado carácter religioso en el que se veneraba lo Sagrado Femenino, bajo la idea de la Diosa Madre -Génesis del Todo. Y digo IDEA porque no se figuraba esa divinidad como una imagen de una Mujer físicamente hablando, de rasgos o caractéres humanos: era un Arquetipo, un eón etéreo de naturaleza femenina que al unirse con su complemento masculino, daba origen a la Creación. De ahí que en diversas culturas de la Antiguedad, se venerase a las DIOSAS por encima de los DIOSES, estos últimos incompletos o estériles de no tener a su lado a su consorte. Piénsese en el Antiguo Egipto, donde Osiris, al ser asesinado y descuartizado por Set, sólo vuelve a la Vida por ministerio de Isis, quien le busca en las cuatro esquinas del mundo para reintegrarlo y engendrar a Horus, el Oro Alquímico. Hay poderosas connotaciones simbólicas y alquimistas en este relato, pero hay tambien una «carga» de tipo sexual: Él no sería nada sin Ella.
Es así como vemos la esencia del ritual del Hieros Gamos o Sexualidad Sagrada. Mediante el sexo se cumple la auténtica comunión con Dios (el Eón femenino). El hombre sólo puede ver a Dios a través del acto sexual donde la mujer, en su papel de Sacerdotisa y Diosa, dada su naturaleza femenina, cumple el papel de vehículo transmisor de la esencia divina.
Como Sacerdotisas, eran las Hieródulas, quines cumplían su misión en templos paganos, consagrados a divinidades femeninas. A ellas acudían los hombres para cumplir el ritual del sexo mágico.
Todo esto me ha llevado a pensar que María Magdalena, difamada por la Iglesia Católica como una prostituta, realmente era una Hieródula de mucho renombre, en quien Jesús encontró su camino para ser Hijo de Dios.
El Judaísmo, el Cristianismo y el Islam, son las religiones que han antropormofizado a Dios y le han convertido en masculino. Por eso la idea de todo mundo sobre Dios, como un anciano de luenga barba blanca, sentado en un trono.
Y así se satanizó a la Mujer: Dios pasó de femenino a masculino, los templos paganos se conviertieron en antros infernales de perdición, las hieródulas en prostitutas y el culto a las divinidades femeninas fue borrado y calificado como obra del demonio.
La Iglesia Católica pasó a dominarlo todo con su pensamiento omnímodo y de ahí surgieron atrocidades como el Malleus Malleficarum.
Y actualmente, aunque muchos se alejen del catolicismo y estructuran sectas a parte, en realidad se mantienen en el mismo estado, pues continuan profesando los mismos principios básicos del catolicismo, con apenas algunas variantes, más de forma que de fondo. El statu quo se conserva intacto.
No debe sorprendernos que la imagen de la Venus de Willendorf sea «gordita»: parece ser que en aquellos tiempos el ideal de belleza era justamente ese, por oposición al nuestro, de mujeres delgadas y figuras esbeltas a quienes llamamos guapas.
Qué buena entrada Leiter, me ha hecho recordar estos temas tan apasionantes.
Un abrazo amigo.
Interesantísimo lo que cuentas de que se hizo para ser transportada. Y la tiara que lleva, cubre casi por completo su cabeza, carece de rostro, me equivoco?
beijinhos.
Totalmente de acuerdo sobre lo que expones en tu comentario, Iván. Ciertamente, la naturaleza femenina en las primitivas deidades fue una constante hasta que las grandes religiones antropormofizaron — ¡Vaya palabro! — dicha figura divina. La Diosa Madre es un concepto común en muchísimas creencias arcaicas. De hecho, así lo señalo en la última frase del primer párrafo de la entrada
No es que carezca de rostro — o, bueno sí — es que al escultor no le interesa en absoluto. Sólo le preocupa resaltar las mamas como símbolo de vida y fecundidad. En relación a que carece de pies por el hecho de ser transportada como un amuleto, Pau, recuerdo que tan sólo se trata de una hipótesis, aunque con muchos visos de ser realmente cierta. Lo que también es interesante es determinar si esa tiara es un antecedente de las coronas que lucirán posteriormente las diosas madres. Si tenemos en cuenta que esa figurilla bien podría ser un amuleto portátil, está claro que esa condición de amuleto estaría íntimamente relacionada con la creencia de algún poder sobrenatural protector, esto es, de naturaleza claramente divina, lo cual vendría a confirmar todo lo relativo al primitivo concepto de diosa-madre.
Yo tenía una reproducción pero… ¡Qué pena! Se me perdió en una de mis muchas mudanzas domiciliarias.
Beijinhos y abrazos, Pau e Iván
LEITER
A mi siempre me gustó también, ya ves, también coincidimos en esto.
Están ya muy centradas vuestras reflexiones sobre la figura como icono de la fecundidad para entrar en ellas. Sólo decir que las comparto.
En todo caso, me transmite una emoción que no consiguen figuras más elaboradas, por qué será?
besos
Tal vez Amalia, porque en tí está operando una especie de «reminiscencia ancestral» a la manera de Platón, de esos tiempos pretéritos en donde se reverenciaba lo Femenino Sagrado.
Es una situación análoga a lo que le sucede a miles de patos que migran hacia el norte en determinadas épocas del año y, al cruzar por medio del Atlántico esperan encontrar una tierra donde puedan «hacer escala» antes de seguir su viaje, pero al no encontrarla, irremediablemente caen agotados -no todos- y mueren. Me refiero a la Atlántida, donde en tiempos, los patos paraban a descansar. Los patos modernos recogen una especie de memoria ancestral, de la cual no pueden liberarse. Tal es la explicación de la emoción que experimentas Amalia.
En lenguaje místico se le llama «Memoria Akhásica», aunque el término es mucho más complejo en su significado.
La Tiara puede ser un ornamento de tipo ritual para distinguir a la Sacerdotisa principal de las demás.Puede cumplir también una función similar al «Velo de Isis», esto es, mantener los secretos del Conocimiento y el Universo alejados de los profanos, de tal suerte que sólo los iniciados accedan a ellos.
Leiter, tenemos que hacer un altar para esta Mujeres.
Muchos abrazos a todos.
Caramba, Iván, tu crees? me gusta esa explicación! Gracias.
Abrazos y besos
Esta figurilla de las encontradas hasta ahora es casi mi favorita. Menuda expresividad. Sea cual sea el fin para el que se hizo no cabe duda que es un modelo de síntesis y abstracción. Casi nadie discute lo que muestra, está clarísimo, el fin lo desconocemos y particularmente a mi me da lo mismo, me puede la figura en sí. Es un prodigio de composición volumétrica y resulta extraordinariamente moderna, nada extraño si tenemos en cuenta las fuentes en las bebieron muchos artistas a principios del XX.
También es mi favorita, Zarza, y así lo reflejo en la entrada.
Como muy bien has comentado, esta figurilla vincula el modelo de abstracción de los artistas del siglo XX con una de las primeras manifestaciones artísticas del ser humano. Tal vez el arte volvió a sus más preclaras fuentes originales. O, al menos, esa fue la intención.
Nunca he dejado de imaginar el entorno y el proceso en que fue esculpida dicha figura. Y los avatares de la misma trasladándose de un sitio a otro y de mano en mano. Estamos ante una obra que trasciende al propio arte como inquietud de manifestación artística del ser humano. Estamos ante un emotivo pedazo de historia de nuestra humanidad.
LEITER
Hola muy buenas,en Muy interesante hay un artículo de las Venus del Paleolítico,el mes que viene voy a visitarla,sólo está a 21km del aeropuerto de Viena,es fascinante,un saludo al foro.