AVISO: Por desgracia, y como ya viene siendo habitual en YouTube, el enlace a esta entrada se suprimió por reclamaciones de derechos de autor, no encontrándose alternativa alguna para documentar este trabajo. Sólo me quedaba la opción de suprimir esta entrada o publicarla sin ejemplo sonoro. Y esto es lo que he decidido, ya que mi trabajo también cuenta. Pido disculpas por ello. Desde esta casa, manifestamos nuestra repulsa por lo que consideramos un claro ataque a la difusión cultural por parte de un portal de vídeos que suprime proyecciones de interés cultural mientras que mantiene otros vídeos de claro contenido inmoral, burlón e incluso escatológico. Flaco favor hace YouTube en pos de la difusión cultural con esta intolerable política de supresiones.
En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar el primer movimiento Notturno (molto sostenuto) de la Eine romantische Suite, Op. 125, del compositor alemán Max Reger. La versión corre a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Radio del Norte de Alemania (NDR de Hamburgo) dirigida por el maestro Hans Schmidt-Isserstedt y dicha grabación forma parte de un disco compacto perteneciente al sello ACANTA del que ignoramos su número de catálogo. Este movimiento que abre la obra presenta la peculiaridad de estar dominado casi enteramente por la sección de maderas de la orquesta mediante cortos fragmentos melódicos. La Suite Romántica fue compuesta en 1912 y estrenada ese mismo año en Dresde bajo la dirección de Ernst von Schuch. Para determinados especialistas, esta Suite es la única partitura de Reger influida por el expresionismo postromántico como el título de la obra nebulosamente sugiere. Inspirada por unos versos del poeta Eichendorff, la obra consta de otros dos movimientos más, Scherzo, sobre ritmo de vals, y Finale, con repetición y reelaboración de temas previos.
El posrromanticismo musical alemán se diferenció del francés en que, si este último enfrentó al pasado con una visión de futuro, aquel partió de ese mismo pasado aunque con una conciencia clara de final de época. Ciertamente, el posrromanticismo anunció la futura y próxima eclosión de una vanguardia y una modernidad que no llegará a cristalizar del todo hasta el siglo XX, preparando el terreno estético y técnico, y evitando una confrontación directa con el Romanticismo en sus orígenes. Anton Bruckner había conseguido reunir a un pequeño grupo de partidarios wagnerianos que lo consideraban como un ser imbuido de la pureza musical inspirada por su mentor. Por su parte, Gustav Mahler era más famoso por su calidad de director de la Ópera de Viena que por su faceta compositiva. Se ejecutaban sus sinfonías, realmente, pero con una frecuencia relativamente escasa. Aún así, implantó esa conciencia de atisbo de futuro anteriormente referida. Tan solo unos años más tarde, tanto Bruckner como Mahler fueron del todo eclipsados por la figura de Richard Strauss, cuya obra se prolongó tanto en el tiempo que es difícil clasificarlo como un compositor del siglo XX teniendo en cuenta la estética heredada de su naturaleza musical. Simplemente, Richard Strauss fue un compositor tan posrromántico como Mahler que vivió mucho más y ello le permitió participar de otros momentos históricos sin cambiar la esencia de su manera musical. Pero junto con todos los nombres antes citados, existió otro compositor cuya obra mereció un gran respeto en Alemania durante la década que prosiguió a su muerte. Max Reger se desvinculó del wagnerianismo de Bruckner y Mahler, mostrándose como un firme partidario del tradicionalismo de Brahms y proponiendo restaurar la gran tradición polifónica alemana de Bach. «Puedo decir que de todos los compositores vivientes soy el que mantiene un contacto más directo con las grandes maestros de nuestro fecundo pasado. Soy el ariete que enviste a la pervertida basura wagneriana y a la straussomanía» — declaró Reger en 1914. Algunos no se lo perdonaron jamás. A día de hoy, su música trata de encontrar un camino tras décadas de total abandono y rechazo. Es más, Reger representó para muchos de los compositores vanguardistas del siglo XX todo lo malo y vulgar del posrromanticismo. Si Mahler y Bruckner protagonizaron un tremendo renacimiento de su obra a partir de la década de los años sesenta del siglo XX, la extensa producción de Max Reger fue del todo ignorada excepto cuando fue necesario incluirla en una lista negra de los compositores más detestados. La música de Reger sigue adoleciendo para muchos del triste sambenito de ser tan genial como vacía.
Max Reger nació el 19 de marzo de 1873 en Brand, Baviera, y comenzó su formación musical en Wiesbaden bajo la tutela de Adalbert Lindner y Hugo Riemann. Tras unos años en esta ciudad, Reger regresó al domicilio familiar y compuso numerosas obras para órgano, música de cámara y lieder. A partir de 1901, y luego de superar una crisis mental y física, Reger marchó hacia Munich y trabó amistad con Richard Strauss, llegando a ser profesor de la Escuela de Música de dicha ciudad a partir de 1905. Dos años más tarde, Reger fue nombrado profesor de composición en Leipzig e incluso llegó a ser nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Jena. Ya en 1911, Reger realiza una gira por Inglaterra que le supone el reconocimiento internacional para luego aceptar el cargo de director musical de la corte del duque de Meiningen. En 1914, tras la muerte del duque protector Georg II, Reger parte hacia Jena y compone el grueso de sus últimas obras. Hombre de carácter muy difícil (fue famosa su contestación a un crítico que había juzgado mal su música: «Estimado señor, estoy sentado en la habitación más pequeña de mi casa. Tengo ante mis ojos su crítica. En breve la tendré detrás de mí…») en 1916 Reger emprendió una gira de conciertos por Leipzig durante la cual fue abatido por un colapso cardíaco el 11 de mayo.
Vividor, bebedor, amante de todo tipo de excesos (incluso en el ámbito de la composición), Max Reger fue no obstante un músico valiente que nunca vaciló en expresar lo que pensaba. Siempre creyó que su misión en la vida era crear música al estilo de Bach y Beethoven amoldándose a la gran orquesta postwagneriana que no dudó en utilizar. Con un dominio magistral de la técnica, Reger creó un ingente caudal de música que necesita ser reexaminada pese a que en su tiempo tuvo a defensores como Schönberg y Fritz Busch. Sirve desde aquí nuestro humilde homenaje a la figura de este controvertido autor.
Lamentable es la actitud de quienes practican la ‘política de la sustracción’, espléndida definición. Avaros insolentes son estos Sátiros. Pero tu trabajo queda, querido Gentihombre. Si pudieras recomendarme alguna versión de esta ‘Suite Romántica’ así como su correspondiente sello discográfico, lo agradecería.
Bueno, de Réger confieso sólo estar familiarizado con esos Cuatro Poemas Sinfónicos inspirados en pinturas del Arnold Böcklin. Ignoraba las circunstancias que lo hacían un malamado de sus años de peregrinaje. Desternillante su reacción ante la crítica, cabe decir. Me pregunto si la razón por la que hoy oímos con tan poca frecuencia a Max Réger es por que se hizo odioso a toda una época. La Historia es parcial, injusta y se muestra avara cuando de permitirle la entrada a sus hijos se trata. ¿El sátiro que retiró el vídeo de YouTube no será una especie de portador de la opinión histórica con un ‘Que nadie oiga a Réger’ como consigna?
Mio abrazo, Gentilhombre, amigo y hermano
Tienes una versión a bajo precio en la referencia que he citado al principio de la entrada. La verdad es que Reger es un compositor muy técnico pero también un tanto difícil. Su música no es en absoluto fácil de seguir.
Sobre la supresión del vídeo a última hora poco más puedo añadir. Todos los días superviso de nuevo YouTube para ver si alguien ha subido algo que pueda complementar esta entrada. En cuanto encuentre una nueva versión disponible de esta Suite la volveré a acoplar a esta entrada.
Este tipo de supresiones ha provocado que, tras mucho pensarlo, suprima esta sección de GUÑOS MUSICALES tras finalizar esta temporada a mediados de agosto de 2012. No puedo estar trabajando sobre la obra concreta de un autor para que luego la entrada se vea mutilada al carecer de ejemplo musical. Tengo muchas preocupaciones como para añadir ahora la incertidumbre de saber si estas entradas podrán ser publicadas en su totalidad. Ya tengo el esquema confeccionado de esta temporada para esta sección, con varias entradas ya redactadas, pero cada vez que me meto para revisar y programar la entrada correspondiente de cada domingo, se me acelera el pulso. Y yo ya estoy muy cascado y viejo para estas emociones.
La pasada semana estuve redactando un borrador para ver qué compositores habrían de ocupar esta sección la próxima temporada. Lo siento, pero ya no voy a perder más el tiempo. los GUIÑOS MUSICALES serán clausurados al concluir la presente temporada. Las horas que dedico a este proyecto no pueden estar supeditadas a los caprichos de YouTube o a los de algunos de sus usuarios.
Mi abrazo, maestro Otto.
LEITER.·.
Para mí lo más característicamente «romántico» de compositores como Reger es el mantenerse con las formas y la tradición contra viento y marea. Ese rebelde que cae con sus ideales, y el olvido de la Historia poco le importa si se respeta la grandeza de la música y su herencia. Brahms en otro sentido más majestuoso y grandioso cabe dentro de este «romántico» que busca en la tradición su expresión más acabada. Y pagando por ello, duramente…No solo Bruckner sufrió los embates de la crítica, al pobre de Brahms también le hicieron sentir que no era lo suficientemente moderno como Liszt o Wagner.
Cordial saludo amigo Leiter. Ojalá encuentres alguna forma de solucionar este problema porque la sección es genial.
El amor por la Tradición, expresado en la nostalgia por las formas y los contenidos de otros tiempos, ciertamente es un obstáculo para desarrollar lenguajes novedosos. Hay que buscar el equilibrio a fin de dar un paso hacia adelante, justificándose y apoyándose en en dicha nostalgia. Eso y no otra cosa fue lo que hizo Wagner respecto de Beethoven: se apoyó en Él y creó un nuevo camino de expresión que Brahms detestó. Richard Strauss siguió a Wagner y fue más allá, sin desdibujar los principios que animaron a sus precursores. Con ello se logra coherencia y unidad.
Lo que no se puede es caer en un anquilosamiento improductivo. El lenguaje musical de Haendel, Mozart, Beethoven…ya ha sido expresado! Preciso era avanzar hacia otros terrenos valiéndose de la herencia que ellos nos legaron. Así se mantiene viva la obra y el respeto por ella.
Bien decía el Maestro Claudio Arrau, que el auge de la música moderna y vanguardista era inevitablmente necesaria. Necesitabamos a Stockhausen, Bussoni, Xenakis…Si dicho lenguaje gusta o no, será otro plano de conversación, pero era necesaria sin duda.
Por eso expresiones como «Soy el ariete que enviste a la pervertida basura wagneriana y a la straussomanía”…me parecen jactanciosas y muy desorientadas, aunque las motive el más profundo amor hacia la Tradición.
Bueno, para madurar vivimos.
Me uno ciegamente a la protesta contra Youtube. Si en sus mentes sólo reposa la indignidad más repulsiva, no seremos nosotros quienes soportemos silenciosamente los desatinos de sus cerebors de aserrín.
Mi abrazo, amigo y hermano Leiter.
Lo primero de todo es pediros disculpas por la publicación de esta entrada. Tal vez no debí publicar nunca esta entrada en estas ortopédicas circunstancias. Pero me dio pena dejar el trabajo ya hecho de redacción. No obstante, insisto en que miraré con frecuencia para ver si alguien ha subido algún vídeo nuevo que nos sirva de guía.
Aparte de lo que afirmáis en vuestros comentarios, Hay que tener en cuenta que Reger era un tipo con la boca muy amplia y más cuando estaba un poco bebido, circunstancia que al parecer era frecuente. Eso le provocó odios. Además, otra cosa no, pero Reger tenía una formación portentosa y dominaba como pocos las estructuras de la composición tradicional (armonía y contrapunto. lo que le granjeo ciertas envidias. Y, como dice nuestro amigo Iván argentino, también a Brahms le tocó sufrir esos embates.
Lo que no se entiende muy bien es como Reger pasó de ser un amigo personal de Strauss e incluso un protegido de él para luego denigrar su música. Eso es algo que no entiendo. Tal vez hubo algo personal ahí.
El arte creativo evoluciona, nos guste o no. El problema de Reger es que su música es complicada de asimilar por su complejidad.
Un fuerte abrazo, Iván de Argentina (un placer leerte de nuevo por aquí) e Iván Paixao.
LEITER.·.