En el enlace al vídeo que hoy os dejo podemos escuchar el precioso madrigal Sing we at pleasure del compositor inglés Thomas Weelkes. La versión del enlace corre a cargo del grupo The Cambridge Singers dirigido por John Rutter y dicha grabación se encuentra disponible en el sello AMERICAN GRAMAPHONE (Ref 500). Esta alegre pieza parece estar creada más para aficionados que para profesionales, una especie de música para entretenimiento del hogar. La estructura es bien sencilla, con la aparición de algún ritmo sincopado que se alterna con el recurso conocido como hemiola, esto es, la articulación de dos grupos de compases de tres tiempos en tres grupos de dos. El contrapunto es a cinco partes y generalmente de estilo imitativo, presentando algunas notas pedales. Al parecer, esta pieza pertenece a la colección de madrigales para tres, cuatro, cinco y seis voces publicada en Londres en 1597.
Inglaterra presenta una línea un tanto nebulosa entre los últimos tiempos del Renacimiento y los albores del incipiente movimiento Barroco. La ola renacentista llegó hasta las Islas Británicas mediante la poesía, género literario que tendrá su primera figura en Edmund Spencer (1552-1599), autor de un famoso poema isabelino que tendrá un amplio eco en la música inglesa posterior. Otro autor lírico fue Philip Sydney (1554-1586) de estilo muy italianizante. Pero la figura literaria más importante y conocida de este período es Thomas More (Tomás Moro, 1478-1535), un estadista que se vio envuelto por el conflicto religioso del siglo, autor de la célebre Utopía, y que fue ejecutado por orden de Enrique VIII. El movimiento renacentista inglés hizo que su música, conocedora de una gran polifonía, dé pie a un notable auge del madrigalismo que va a perdurar a lo largo de mucho tiempo. Uno de los primeros autores importantes fue Thomas Morley (1557-1602), compositor religioso pero también de una serie de canciones a tres, cuatro y seis voces de clara filiación renacentista. En este apartado también podemos mencionar a John Dowland (1563-1626), si bien el grueso de su producción entronca más con la música instrumental. Con todo, uno de los primeros y más excelentes representantes de esta tendencia fue Thomas Weelkes.
Thomas Weelkes debió nacer el 23 ó 24 de octubre de 1576 en Elsted (Sussex), ya que su partida de nacimiento está fechada en el día 25 del mismo mes. Al parecer, aunque no hay evidencias conclusivas, fue hijo del rector de Elsted. Con apenas 21 años, Weelkes publicó su primer libro de madrigales para ya en 1598 ser nombrado organista de la Catedral de Winchester. Allí permaneció durante tres años en los que compuso otros dos volúmenes de madrigales. En 1602, Weelkes obtuvo el título de Bachiller en Música en Oxford y se trasladó hasta Chichester para ocupar el puesto de organista e instructor de coro. En 1603 se casó con Elisabeth Sandham, perteneciente a una familia local económicamente acomodada, con la que tuvo tres hijos. Sabemos que en 1608 Weelkes publicó un último libro de madrigales en donde a sí mismo se refiere el autor como miembro de la Capilla Real pese a no existir ningún documento que lo acredite. Con todo, la estancia de Weelkes en Chichester se vio alterada por un comportamiento personal que fue censurado por las autoridades catedralicias. Si en un primer momento fue acusado de orinarse junto a la tribuna del órgano, a partir de 1613 se le sancionó reiteradamente por sus frecuentes estados de ebriedad que le inducían a pronunciar terribles blasfemias. En 1616, el obispo de Chichester lo despidió por estar notoriamente borracho frente al órgano aunque poco después fue reincorporado pese a que su comportamiento no mejoró. Algunas fuentes afirman que fue expulsado definitivamente de su puesto en 1619 aunque este asunto no está nada claro. Lo cierto fue que en 1622, tras la muerte de su esposa, Weelkes parece hallarse de nuevo en Chichester pese a sus numerosos viajes a Londres. Endeudado y alcoholizado, Weelkes falleció probablemente el 30 de noviembre de 1623 en Londres.
Brillante compositor de madrigales, Thomas Weelkes trató de obtener efectos expresivos mediante nuevas armonías y cromatismos, con lo que se le ha llegado a comparar en muchas ocasiones con Carlo Gesualdo. Fue también autor de abundante música sacra que comprende obra para órgano y antífonas, presentando este género un carácter mucho más ortodoxo que en los madrigales. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a su figura.
Estimado y querido amigo, que tengáis una Navidad llena de amor. Un año 2012 nuevo nos espera y os deseo para él las mayores bendiciones.
Que todas las personas que siguen este espacio tuyo, todos tus amigos, familiares y seres queridos tengan unas navidades maravillosas.
racias, Julio; lo mismo deseo para ti y los tuyos. ¿Os habéis dado cuenta de que el guiño de hoy tiene un inconfundible aroma navideño?
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Y fragancia maravillosa. Es una belleza.
Querido amigo y hermano, un fuerte abrazo navideño, tanto más estrecho y afectuoso cuanto más dificultades pueda espantar. Que cada día siga siendo una nueva oportunidad para el asombro y la belleza que nos traen tus entradas, magníficas como no hay otras. Gracias, amigo, y todos juntos «echemos p’alante» en este 2012 que se avecina.
Joaquín
Y otro abrazo para ti, amigo y hermano Joaquín, en este año que se acaba y que sólo me otorga catástrofes (ahora, la metástasis toca también el cerebro). estoy empezando a tener serias dificultades para escribir y soy incapaz de leer una partitura durante más de cinco minutos seguidos. Mi mente está bloqueada, como en blanco. Y mi cabeza parece albergar una batería de bombos y platillos ¡Vaya panorama!
En fin, ya veremos hasta dónde puedo llegar…
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