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Os intentaré resumir la reciente polémica surgida entre la actual dirección del Colegio Ramón y Cajal de Tánger (Antiguo Grupo Escolar de España en Marruecos) y la bienintencionada iniciativa propuesta por Carlos Hernández, fundador y director de la página TANGERJABIBI.

El pasado 9 de noviembre Carlos Hernández dirigió una misiva al actual director del Colegio Ramón y Cajal de Tánger, Sr. Barreiro, para informarle acerca de una loable iniciativa consistente en la posibilidad de apadrinar a un alumno de dicho centro, en concordancia con el apartado solidario que una asociación como TANGERJABIBI tiene como uno más de sus muchos objetivos. Se intentaba buscar a un alumno/a tangerino/a cuyo perfil fuese el de buen estudiante, de familia humilde o huérfano y con algún tipo de incapacidad. En esta carta, Carlos Hernández no ofrece más explicaciones y se limita exclusivamente a exponer su propuesta al director del referido centro, quedando a la espera de respuesta por parte del director para, si fuese menester, concretar y especificar más la iniciativa.

 Pasados unos días, y ante el silencio mostrado por parte de los rectores del centro escolar, Carlos Hernández decide enviar a su corresponsal en Tánger, Mounira Zouak, para mantener una entrevista personal con el Sr. Barreiro. Según relata la corresponsal en carta publicada en TANGERJABIBI el día 25 de noviembre, el director del centro escolar declara no haber recibido la misiva enviada por Carlos Hernández, a la vez que declara no conocer la organización de TANGERJABIBI, asociación sin afán de lucro que cuenta con unos ochocientos socios repartidos a lo largo y ancho del mundo. Mounira Zouak le hace entrega de una copia de la carta y le informa someramente de las actividades y características de la asociación, haciendo hincapié en lo referido a los temas solidarios. El Sr. Barreiro contesta que el centro que dirige es «un colegio de ricos y para ricos», por lo que es imposible encontrar el perfil deseado. Pero lo más llamativo es que añade, con total naturalidad, que dicho colegio «No admite a alumnos con discapacidades». Añade también que dicho centro colabora económicamente en la sustentación de otros dos centros «pobres» situados en Beni Makada y Khemis Anjrá, respectivamente. A la pregunta de si iba a contestar personalmente al director de TANGERJABIBI, Carlos Hernández, el director del centro comenta que «No, evíteme usted el esfuerzo de hacerlo y cuente lo que le acabo de decir». Según la corresponsal Mounira Zouak, la entrevista concluye en un ambiente muy poco caluroso.

 En la sección de Cartas del y al director de TANGERJABIBI, una socia de dicha página web informa que los Centros educativos públicos españoles en el extranjero dependen, como en el caso del Ramón y Cajal, del Ministerio de Educación y que no están facultados para recibir algún tipo de donación procedente de particulares y mucho menos para favorecer a algún alumno en particular. En todo caso, se podría ayudar a la familia del alumno en cuestión de manera privada y sin la intervención del colegio. La donación particular de libros sería posible en caso de que los mismos fuesen exclusivamente de lectura y no de texto, coyuntura que la firmante de la carta no ve con buenos ojos debido a los presumibles y no deseables agravios comparativos que tal donación pudiera crear entre el resto de los alumnos. En una nueva misiva remitida a TANGERJABIBI, la corresponsal Mounira Zouak se reafirma en la escrupulosa literalidad de los hechos acontecidos en su entrevista con el director del Centro Escolar Ramón y Cajal de Tánger.

 Con independencia de las frías maneras mostradas por parte del director del colegio ante una iniciativa que, quizás siendo incompatible con las normas dictadas por el Ministerio de Educación no deja de ser por ello una preciosa e inestimable propuesta, no acabo de entender algunos de los argumentos esgrimidos por el director de dicho centro:

– Si el centro escolar es de carácter PÚBLICO, dependiendo de esta manera de las directrices emanadas por parte del Ministerio de Educación español, la frase de «Es un centro muy rico al que asisten alumnos ricos» es susceptible de la mayor de las sospechas al contravenir este supuesto elitismo social el espíritu igualitario en que se basa el concepto de lo público aplicado a la enseñanza. Pese a que en la página oficial del Ministerio de Educación, Política Social y Deporte se señala que «Los centros ya no son considerados establecimientos públicos con carácter benéfico y social destinados a la escolarización de los emigrantes y españoles residentes, sino que han adquirido otra dimensión con nuevas finalidades: ofertar una educación de calidad en competencia con los posibles establecimientos del sistema educativo nacional o de otros países. Se ha hecho extensiva la oferta educativa a familias de clase media que quieren garantizar el contacto con la cultura española y que desean que sus hijos realicen estudios en las Universidades españolas. Este es hoy uno de los rasgos de identidad que configura la especificidad de los centros españoles en Marruecos y en concreto al Colegio Español “Ramón y Cajal», lo cierto es que no podemos estar más en desacuerdo con esta desafortunada declaración que colisiona frontalmente con el carácter PÚBLICO que define a dicha institución. ¿A santo de qué vienen entonces las subvenciones y ayudas oficiales a un colegio «rico al que asisten alumnos ricos», en las no menos afortunadas declaraciones de su actual director?

 Muchos tangerinos, entre los que se encuentra mi actual pareja, cursaron sus estudios en dicha institución que, por otra parte, acogió a alumnos de distinta condición socioeconómica, aunque con fuerte predominio de las menos pudientes. No deja de tener su guasa que, bajo otras circunstancias políticas en España, este centro escolar se rigiera por el auténtico carácter que define el ideal de la enseñanza pública. Por cierto, no quisiera dejar pasar que, según se afirma en la página oficial del Ministerio de Educación, el centro pasó a llamarse COLEGIO RAMÓN Y CAJAL durante el curso 1986-87. En mis manos tengo una simpática foto de infantil grupo posando ante la cámara y en la leyenda puede leerse: COLEGIO ESPAÑOL RAMÓN Y CAJAL: CURSO 1967-68. Que alguien me lo explique.

– De ser cierta la afirmación del Sr. Barreiro (Y bajo ningún concepto quiero poner en duda lo relatado por Mounira Zouak) sobre la no admisión de alumnos con discapacidad en el colegio que actualmente dirige, debemos señalar que este más que intolerable e inadmisible precepto contraviene de forma inequívoca la Ley de Igualdad de Oportunidades, no Discriminación y Accesibilidad Universal, publicada en el B.O.E el 3/12/2003 y en vigor, consecuentemente, desde esa fecha. Pero ya no es solamente que este «criterio» adoptado por el colegio (Público) contravenga el derecho positivo vigente sino que también resulta incompatible con cualquier precepto del Derecho Natural. Pensamos que el Sr. Barreiro debe ofrecer una explicación al respecto.

– Por último, creemos que la frialdad y desgana exhibidas por el actual director del Colegio Ramón y Cajal de Tánger ante una iniciativa como la propuesta por Carlos Hernández no comulga muy bien, que se diga, con el tradicional espíritu de concordia, pluralidad y respeto que desde siempre ha caracterizado a los tangerinos y que hoy en día muestran con orgullo allá por donde van. En eso consiste precisamente el legado a las raíces de una tierra que les vio nacer y donde fue posible la pacífica convivencia y el mutuo respeto. Pensamos que un centro educativo es el lugar ideal para inculcar esos valores que nunca, bajo ningún concepto, se han de perder.