Hoy pretendo que pensemos un poquito en nuestro país.
Estamos ya tan acostumbrados a los discursos vacíos y agresivos de nuestros políticos que cuando encontramos discursos como el de Pepe Mújica – mandatario electo de Uruguay – no puedo sino decir que es posible salir de la UCI (unidad de cuidados intensivos) con poco esfuerzo.
¿Estoy loco? Dediquen 5 minutos a leer su discurso de investidura y coincidirán conmigo la cantidad de temas que se solucionarían si nuestros políticos lo leyeran . Podrá decirse que es otro contexto social y político, y es cierto; pero lo troncal es aplicable a nuestro caso.
El tema tiene mayor entidad si nos remitimos al pasado de Mújica
Y es que nosotros todavía nos aferramos a la ideología (Zapatero dixit) como reservorio de todas las soluciones imaginables
Existen derechas e izquierdas y creo que seguirán existiendo; pero creo que cada vez más el mundo de la política y el de la realidad tendrán que converger (lo que yo defino como pragmatismo político — en contra de la ideología — como una forma de entender que hay un mundo que nos condiciona e impone ciertos parámetros, acotando nuestro querer hacer).
Podremos equivocarnos pero lo que no podemos es permanecer indiferentes y no hacer nada pues será peor
Para los que no tengan tiempo de leerlo les trascribo algunas perlas (he alterado ex profeso el orden de los temas en el discurso)
– “Y hasta tuvimos que aprender, con mucho dolor, y con vergüenza, que no toda nuestra gente era inmune a la corrupción.
Estos últimos años han sido entonces de intenso aprendizaje para todos los actores políticos.
Es probable que todos estemos ahora más maduros y por tanto listos para pasar a una etapa cualitativamente nueva en el relacionamiento entre fuerzas políticas.
Cada una con su identidad y sus énfasis ideológicos.
Sin aflojarle ni a la pulseada ni al control recíproco.
Pero sí ampliando dos capacidades que estamos lejos de haber llevado al máximo: la sinceridad y la valentía.
Más sinceros en nuestro discurso político, llevando lo que decimos un poco más cerca de lo que de verdad pensamos y un poco menos atado a los que nos conviene.
Y más valientes para explicarle, cada uno a su propia gente, los límites de nuestras respectivas utopías.”
Dos virtudes difíciles de ejercer porque implican examinar con realismo las condiciones y los límites de una acción de gobierno pero sin lugar a dudas indispensables
– «Me estoy imaginando el proceso político que viene, como una serie de encuentros, a los que unos llevamos los tornillos y otros llevan las tuercas… Puede ser que el gobierno tenga más tornillos que nadie, más tornillos que el Partido Nacional, más que el Partido Colorado, más que los empresarios y más que los sindicatos… ¿Pero de qué nos sirven los tornillos sueltos, sin las tuercas?» .
¿Nos imaginamos al PP o al PSOE diciendo esto en un discurso de investidura?
–«Los temas de Estado deben ser pocos y selectos… cuatro asuntos: educación, energía, medio ambiente y seguridad. Permítanme un pequeño subrayado: educación, educación y educación. ¿A qué cosas vamos a renunciar, para darle recursos a la educación? Con cuántos «no» habrá que pagar el gran «sí» a la educación.»
Podríamos sacar alguno y agregar otro pero no más y ponernos de acuerdo por un tiempo pues serían temas de Estado en donde lo coyuntural no tendría que afectar
– «De verdad queremos transformar la realidad. De verdad queremos terminar con la indigencia. De verdad queremos que la gente tenga trabajo. De verdad queremos seguridad para la vida cotidiana. De verdad queremos salud y previsión social bien humanas. Nada de esto se consigue a los gritos.»
Y agregaríamos con insultos, malas maneras, tergiversación de dichos y muchos etcéteras
–«Una macroeconomía prolija es un pre requisito para todo lo demás. Seremos serios en la administración del gasto, serios en el manejo de los déficit, serios en la política monetaria y más que serios, perros, en la vigilancia del sistema financiero. Permítanme decirlo de una manera provocativa: vamos a ser ortodoxos en la macroeconomía. Lo que vamos a compensar largamente, siendo heterodoxos, innovadores y atrevidos en otros aspectos.»
Las conclusiones se las dejo a Ustedes, pero sin temor a equivocarme, las crisis mundiales no nos afectarían tanto
-«La sociedad uruguaya ha sido benévola con algunos de sus servidores públicos y casi crueles con otros. Ha permitido que, funciones sencillas, que no requieren esfuerzo ni preparación, se paguen en algunas oficinas diez veces más de lo que recibe quien realiza un trabajo imprescindible y duro, como un policía o un maestro rural… Del mismo modo la sociedad uruguaya ha protegido a sus servidores públicos mucho más que a sus trabajadores privados. Recordemos que en la crisis de 2002 y 2003 casi 200.000 personas perdieron su trabajo y ninguna fue un funcionario público. Se estima que otras 200.000 sufrieron rebajas en sus salarios y todos fueron trabajadores privados. Esta es la madre de todas las reformas. No deberíamos permitir que esa madre nos siga esperando.»
Si el Estado no funciona bien, ágilmente, ninguna empresa o actividad del país puede funcionar bien, y el país menos. ¿Tomaremos nota o seguiremos fabricando funcionarios, asesores y por el estilo?
Hay un sinnúmero de otros puntos del discurso para resaltar pero hacen más a la idiosincrasia de los uruguayos y su historia aunque salvando algunos obstáculos serían aplicables para nosotros.
Un abrazo a todos
THENIGER
En los últimos años en Suramérica el panorama político ha sido bastante agitado, precisamente por cuenta de ideologías antagónicas – trasnochadas las más de las veces- que descorazonan al ciudadano común y corriente: tú, yo, la vecina, la señora del otro edificio, el lechero, la anciana, la chica que sale a diario a estudiar, el padre de familia…y se genera la inevitable incredulidad hacia los gobernantes, que en su discurso del SÍ pero NO y si es NO entonces QUIZÁS, atascan a la sociedad en el peor de los estados posibles: la INDECISIÓN. Así las cosas, la proyección al futuro es un ejercicio estéril.
Y los absurdos son el pan de cada día, y mientras más absurdo sea un tema o una realidad política, más las cosas se mantienen en el statu quo de indecisión. En Suramérica estamos sometidos a los discursos y los procederes más indignantes, contradictorios y reprochables por parte de algunos dirigentes, sin que exista la más mínima posibilidad de corregir esa situación e implantar un modelo de RECTITUD que rija la gobernabilidad, de cara al futuro: con cuanta esperanza en días pasados acompañé yo los dicursos de Rodríguez Zapatero en España, a la espera de una actitud seria y comprometida de su parte, sin titubeos de ninguna índole, en lo que respecta a asuntos que nos amenazan seriamente en esta latitud del mundo, para que al final el ilustre Jefe del Gobierno Español se mostrara tan tibio y cobarde ante un asunto de tal magnitud, que perjudica enormemente y por igual a Europa, América y el Mundo! Como ciudadano, me he sentido atropellado dia tras día Y NO PASA NADA.
Todo lo anterior para ilustrar que los discursos pueden ser buenos o malos, pero generalmente no guardan coherencia con los hechos. en lo que a política se refiere. Actualmente dudo que haya alguna excepción.
Y mi incredulidad va en aumento, por desgracia.
Abrazos.
dudo que haya en latinoamérica dos pueblos con más cosas en común que argentinos y uruguayos, salvo en lo que hace a la madurez política, donde el pueblo oriental está a años luz de nosotros…
Gracias Iván por tu entrada. Entiendo plenamente tu decepción y frustración por las ilusiones perdidas. No obstante lo señalado es necesario diferenciar la paja del trigo y analizar que los procesos de transformación social son lentos. América, Iberoamérica o como quieran nombrarla (para mi siempre será Sudamérica) es fruto de decenas de años de desgobiernos “implantados” por intereses espurios en general asociados con poderosos locales ( llámalos oligarquía, burguesía o como quieras) que nunca piensan en su país sino en sus intereses sin medir las consecuencias .
Afortunadamente el hastío de los pueblos está haciendo que ese escenario se modifique y surjan nuevas alternativas de la mano de algunos políticos que , cuesta creerlo, evolucionan y piensan más en sus territorios que en congraciarse con capitales expoliadores. No estoy hablando de Venezuela, Bolivia , Ecuador por su puesto sino de países como Brasil, Uruguay y el mismo Chile donde se han dedicado ha construir democracias sólidas donde la alternancia en el poder no condiciona lo fundamental aunque el avance en las políticas sociales sea un tema con bastante camino por recorrer, pero lo importante es la tendencia.
Respecto a nuestro presidente José Luis Rodríguez Zapatero debemos verlo en su contexto es decir su frente interno y los intereses españoles tanto en Venezuela , Cuba y resto de países de Sudamérica.
Por extensión deberíamos reflexionar sobre la actitud de las grandes potencias (EEUU, Reino Unido, Alemania ,etc) respecto a regímenes como los de China y Corea del Norte tanto o más peligrosos que los de Chaves o Castro.
Hugo gracias por tu entrada, no olvidemos que fuimos uno solo donde es muy difícil diferenciarnos (aquí en España no logran entender los distintos matices de nuestro habla ). La diferencia sustancial está en que no importa si gobierna el partido Blanco, Colorado o el Frente pues siempre gobiernan para Uruguay (con errores y aciertos)
Un abrazo
Indicas muy bien Theniger, en lo que se refiere a la actitud de las grandes potencias frente a China y Corea del Norte. Y estoy convencido que estos últimos son igualmente peligrosos que los regímenes de Fidel Castro y Hugo Chávez. Aquellos por su irresponsable carrera armamentista, constituyéndose en amenazas nucleares; los segundos por ser padrinos y protectores de las formas más execrables de terrorismo, llevadas a cabo por delincuentes que se escudan en falsas causa políticas. Los unos y los otros: regímenes dictatoriales que se erigen a sí mismos con posturas contrarias a las leyes del Derecho Internacional (lo cual prueba que tales leyes son ineficaces y creadas para favorecer ciertas situaciones).
Y si bien es cierto que los Gobiernos deben ser muy cautelosos y diplomáticos en el manejo de las relaciones internacionales, puntualmente en estos temas dada la fragilidad que las mismas revisten, no es menos cierto que hay intereses que no pueden estar por debajo de lo moral. Por ello rechazo vehementemente lo dicho por el Canciller Moratinos, en el sentido que España pierde mucho si se pone en contra de Venezuela y por ello hay que actuar con tranquilidad. Paparruchadas! Significa eso que la ETA puede volar media España, sacrificando a millones de españoles, mientras es entrenada por las FARC -el otro terrorista salvaje asesino de Colombia- en instalaciones del ejército venezolano, con la anuencia de Chávez y su pandilla, quienes a su vez son los consentidos de los hermanos Castro, y el presidente Rodríguez Zapatero y su ilustre canciller permitirán ese atropello a la legitimidad del Estado y al Imperio de la Ley, por mantener «buenas relaciones» y no perder frente a un Estado alentador del terrorismo?
Perdóname Theniger si he llevado el contexto de tu entrada sobre Pepe Mujica y los Hermanos Uruguayos por otros cauces, pero dado que se trata de un tema político que sin duda encuentra puntos en común y puede causar un efecto dominó, no hallo otra alternativa más que expresar estas opiniones pues repito: nos afecta a todos y todos debemos buscar LA PAZ y LA ARMONÍA entre los pueblos, rechazando toda acción que se oponga a ese anhelo.
Un gran abrazo Theniger, muy buena entrada. Gracias por tu comprensión.
Chávez tiene a sueldo a gente de ETA, y gente de ETA ha adiestrado a terroristas de las FARC en suelo colombiano. Es vergonzosa la actitud del gobierno español frente a este señor falto de modales y que tiene amedrentados a los medios de comunicación en su país. España y su gobierno en concreto mantiene unas relaciones internacionales pésimas con muchos paises, incluso con la dictadura cubana que tanto ha cuidado (es repugnante) ha recibido coces. Por no decir con USA e Israel, en fin yo creo sinceramente que ni unos ni otros nos hacén ni puto caso.
Un saludo.