Ferdinand Löwe nació el 19 de febrero de 1865 en Viena, Imperio Austríaco, y comenzó sus estudios en el Conservatorio de Viena siendo uno de los alumnos más aventajados de Anton Bruckner. En 1897, Löwe accedió a la titularidad de la Orquesta Kaim, formación que derivaría en la actual Orquesta Filarmónica de Munich, y un año más tarde sirvió como director asistente en la Ópera Estatal de Viena a las órdenes de Gustav Mahler. En 1900, Löwe fundó la Orquesta de la Sociedad de Conciertos de Viena, agrupación que en 1933 pasaría a contar con su actual denominación de Orquesta Sinfónica de Viena. El 11 de febrero de 1903, Löwe dirigió en Viena el estreno mundial de la inconclusa Sinfonía nº9 de Bruckner con una serie de alteraciones que sólo fueron corregidas en 1933. La versión de Löwe cayó entonces en el olvido y fue muy criticada posteriormente por no respetar el espíritu creativo del organista de San Florián. Entre 1908 y 1914, Löwe retornó a la dirección de la Orquesta Kaim de Munich y alternó dicha labor con la docencia en el Conservatorio de la Sociedad de Amigos de la Música de Viena y, desde 1918, con la dirección de la Academia de Música de Viena hasta 1922. Löwe falleció el 6 de enero de 1925 en Viena, siendo erigido un monolito en su honor en el Cementerio Central de Viena además de una calle con su nombre en un distrito de Viena. Amigo de confianza de Bruckner, Löwe fue uno de los amigos que más influyó en el compositor para que revisara sus obras sinfónicas para que de esta forma fueran más aceptadas por el público. Sólo Hans Knappertsbusch tomó a consideración la denostada versión dela Novena de Bruckner en versión de Löwe. Con todo, el mayor mérito de Ferdinand Löwe fue la creación de la Orquesta Sinfónica de Viena, siendo su director desde 1900 hasta la fecha de su muerte en 1925.
Emil Oberhoffer nació el 10 de agosto de 1867 en las cercanías de Munich, Baviera, en el seno de una familia musical en la que su padre era un conocido organista. Pronto estudió órgano y violín bajo la tutela de Josef Rheinberger y posteriormente se desplazó hasta París para ampliar su formación con el pianista Isidor Philipp. En 1885, Oberhoffer partió hacia Nueva York, nacionalizándose norteamericano en 1893, para luego trasladarse a Minnesota en 1897 en calidad de docente y director de coros. Fue entonces cuando decidió fundar una formación orquestal estable en Minnesota y, de esta forma, Oberhoffer fundó la Orquesta Sinfónica de Minneapolis que dio su primer concierto el 5 de noviembre de 1903. Oberhoffer abandonó Minneapolis en 1922 por conflictos derivados con la gerencia de la formación (fue relevado por Bruno Walter) y de allí partió para California para hacerse cargo de la dirección como invitado de la Orquesta Sinfónica de San Francisco y de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles. De igual manera, Oberhoffer fue también principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de San Luis y de la Orquesta Sinfónica de Detroit. Finalmente, Oberhoffer murió el 22 de mayo de 1933 en San Diego, California. Organista, director y compositor, Emil Oberhoffer fue una personalidad muy activa y enérgica que dotó de un enorme prestigio a la recién creada Orquesta Sinfónica de Minneapolis (actualmente Orquesta de Minnesota), formación con la que llevó a cabo numerosas giras y que acompañó a los más afamados solistas de la época. Un obelisco en el cementerio de Lakewood, Minneapolis, en donde reposan sus restos mortales, mantiene viva su memoria.
Resulta absolutamente irónico que Löwe fuera «amigo de confianza de Bruckner», habida cuenta la manera como intervenía muy a su criterio las obras del Maestro de San Florián, bien alterando la partitura según su particular visión, bien influyendo directamente en la humilde y permeable personalidad de Bruckner.
¿A quién se le ocurre el despropósito de modificar la música de la Séptima Sinfonía, siendo esta la obra musical más perfecta de cuantas existen?
Leiter, ya que estás enviando entradas desde tu ordenador celestial, dale un jalón de orejas a Löwe de mi parte. Y cuéntame cómo es el Paraíso.
Abrazos a todos (los que aquí están y a los de allá también).