La ciudad de Berlín cuenta con dos principales coliseos operísticos que a veces son confundidos por los aficionados menos especializados. Por una parte, la Ópera Estatal de Berlín (Staatsoper Unter der Linden), localizada en pleno centro de la capital alemana y sobre un bulevar que le da el nombre actual. Iniciada su construcción en 1741, casi un siglo después el escenario fue destruido como consecuencia de un incendio por lo que tuvo que ser reconstruido en 1843. Considerado como uno de los escenarios líricos más importantes de Alemania, el edificio fue de nuevo destrozado por los bombardeos aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Tras una larga reconstrucción, el Staatsoper Unter der Linden pasó a ser tutelado por el gobierno de la extinta RDA hasta la reunificación alemana. Su director en la actualidad y desde 1992 en Daniel Barenboim. Por otro lado está la Deutsche Oper de Berlín, compañía situada en el distrito berlinés de Charlottenburg. Fundada en 1912, la institución fue renombrada como Ópera Municipal de Berlín — Städtische Oper — en 1925 hasta que en 1933 fue de nuevo rebautizada como Deutsches Opernhaus en dura pugna con su rival de la Opera Estatal de Berlín. (Goebbels controlaba la Deutsches Opernhaus mientras que Goering hacía lo propio en la Unter den Linden). La institución fue destruida por un bombardeo aliado en 1943 y tras su reconstrucción pasó a ser tutelada por las autoridades de la Alemania Occidental (con lo que la rivalidad de antaño aún se mantuvo aunque desde un prisma meramente político). Su actual director musical desde 2009 es Donald Runnicles. Tanto la Deutsche Oper como la Staatsoper fueron dirigidas en algún momento por Max von Schillings.
Max von Schillings nació el 19 de abril de 1868 en Düren, Westfalia, y comenzó sus estudios musicales en Bonn bajo la tutela de los profesores Caspar Joseph Brambach y Otto von Königslow, aunque no por ello descuidó su formación integral estudiando también Derecho, Historia, Filosofía y Literatura en Munich. En 1892, con apenas 24 años, Schillings fue nombrado asistente en el Festival de Bayreuth para posteriormente pasar a dirigir en la Ópera de Munich, ciudad en donde también obtuvo una cátedra de dirección en la Universidad contando entre sus alumnos con Wilhelm Furtwängler. De 1908 a 1918, Schillings fue nombrado intendente del teatro de Stuttgart y ya en 1911, Schillings alternó su actividad meramente musical con la obtención de un nuevo doctorado en filosofía en la prestigiosa Universidad de Heidelberg, condición que le supuso la concesión de la Ehrenkreuz y la posibilidad de añadir el Von a su apellido. Pero fue en 1918 cuando Schillings obtuvo su primer cargo de verdadera relevancia musical al sustituir en la intendencia nada menos que a Richard Strauss en la Ópera Estatal de Berlín, cargo en el que permaneció hasta 1925. En dicha institución, Schillings estrenó numerosas óperas de autores como Richard Strauss, Hans Pfitzner, Ferruccio Busoni y Franz Schreker, aunque un conflicto con el ministro de cultura prusiano, Carl Becker, le hizo abandonar el cargo en 1925.
A partir de esta fecha, Schillings realizó numerosas giras como director a lo largo de Europa y los EEUU, regresando a Alemania en 1931 y siendo nombrado un año más tarde presidente de la Academia Prusiana de las Artes en sustitución de Max Liebermann. Muy vinculado al Partido Nazi desde su regreso a Alemania, Schillings se mostró inflexible desde su cargo de director de la Academia y borró de la misma a autores como Schönberg, Kollwitz e incluso a su antiguo amigo Schreker. Anti-semita declarado y convencido, la acción de Schillings provocó el éxodo de numerosos artistas judíos de la época y muchos de ellos acabaron en diversos campos de concentración alemanes. Nombrado director artístico de la Deutsche Oper de Berlín a partir de mayo de 1933, Schillings tuvo poco tiempo para gestionar dicho cargo al encontrar la muerte el 24 de julio de 1933 en Berlín como consecuencia de una embolia pulmonar. Sus cenizas fueron depositadas posteriormente en Frankfurt.
Compositor, intérprete y director, Max von Schillings fue una de las últimas figuras del posromanticismo alemán. Durante la primera parte de su carrera fue considerado un respetable artista y heredero de la tradición romántica alemana, si bien su posterior vinculación con el nazismo terminó por dañar su reputación al tiempo que desde su cargo al frente de la Academia Prusiana tomó decisiones que afectarían gravemente al mundo artístico, aunque Schillings murió demasiado pronto como para contemplar con posterioridad las graves consecuencias de sus decisiones. Director autoritario, llamativo y a veces chillón, Schillings fue uno de los pioneros en grabar música de Wagner y de otros autores más modernos, con lo que sus documentos sonoros forman parte por derecho propio de la historia más antigua de la fonografía. Su ópera La Mona Lisa ha experimentado un considerable éxito tras diversas reposiciones desde tiempos relativamente recientes.
De entre la producción discográfico debida a Max von Schillings podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Obertura Manfred de Schumann dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Berlín (ODEON 6914); fragmentos de El ocaso de los dioses de Wagner dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Berlín (PREISER 90267); dejamos también un interesantísimo vídeo del primero de una serie de reportajes en donde podemos ver a Schillings dirigiendo la obertura de Guillermo Tell de Rossini. Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.
Por favor, sigamos con la pintura que nos dejó Leiter. Por ejemplo, los siguientes 10 mejores cuadros de cada museo. ¡ Lo estoy deseando !.
La figura de Max von Schillings, por su distancia en el tiempo y en razón de lo poco que discográficamente se puede obtener de él, dejan la lamentable sensación de un director lejano y olvidado, que no tuvo mayor influencia en el mundo de la música a finales del siglo XIX y los primeros treinta años del XX.
Nada más insensato. Es un figura que merece toda la atención y el respeto debidos, lo cual está documentalmente probado en el enlace a la Trauermarsch del Götterdämmerung. Pese a la precariedad del sonido, se percibe a un director muy germánico, muy wagneriano en su forma y estilo, que comprende la profundidad del mensaje contenido -cifrado- en la partitura del Mago de Bayreuth. No es fácil dirigir Wagner y es por ello que insisto en la calidad de Schillings. Y tan cierto resulta el que era uno de los grandes de la batuta, que su nombre está grabado en la Deutsches Oper y en la Deutsche Staasoper, dejando un punto luminoso en su hoja de vida.
Por supuesto habrá quien diga que su sombra está en su vínculo con el NSDAP. Sí, era nazi convencido.
Y a propósito de aquellos tiempos, resulta impecable la aclaración sobre las dos grandes compañías de Ópera berlinesas. En efecto no son pocos los que caen en esa confusión. Pero para mí el asunto es claro: fue con la Berliner Staatsoper que en 1938 nació -con Tristán e Isolda- «Das Wunder Karajan», anécdota por todos conocida. Yo no puedo equivocarme entonces.
Déjame decirte Leiter, donde quiera que te encuentres, que BLUES está muy activo y por aquí seguimos y nos quedamos. Así las cosas, estás más vivo que nunca y aún te tenemos cerca, campeón!
Von Paixao – Porque yo también tengo la Ehrenkreuz.
Dado que los numerosos genios preclaros de Youtube se complacen en desactivar vídeos de carácter cultural a toda hora, sosteniendo eso sí barrabasadas que carecen de todo nombre, he localizado este vídeo de Herr von Schillings dirigiendo la obertura de Guillermo Tell. Creo que proviene de un DVD llamado «Directores del Tercer Reich», o algo así.
http://www.youtube.com/watch?v=EFz6WWNRKw4