En correspondencia con su oficio, los directores de orquesta que adquieren una mínima proyección internacional están sometidos a la rutina de los largos viajes y las solitarias noches de hotel. Esto puede repercutir negativamente en la vida familiar de los maestros menos adaptados y no han sido pocos los músicos que han visto rota una o varias relaciones matrimoniales que no han podido soportar las prolongadas ausencias de uno de los cónyuges. Además, el hecho de viajar constantemente en avión u otros medios de transporte puede alimentar las estadísticas de riesgo de accidente, por mínimas que éstas sean en la actualidad. Willem van Otterloo fue un director holandés que alternó su trabajo entre mundos tan separados geográficamente como Europa y Oceanía. Se llegó a casar hasta en cuatro ocasiones, haciendo buena la primera de las consecuencias que anteriormente hemos comentado. También pudo sobrevivir a los continuos y prolongadísimos viajes en avión en una época en donde las tasas de riesgo por accidente aéreo eran ligeramente superiores a las de hoy en día. Sin embargo, el fatal y caprichoso destino quiso que Van Otterloo falleciera en un tonto accidente de automóvil en Australia a los 71 años de edad.
Jan Willem van Otterloo nació el 27 de diciembre de 1907 en Winterswijk, Gelderland, región oriental de los Países Bajos, en el seno de una familia en la que su padre trabajaba como inspector de ferrocarriles. Tras haber cursado estudios de medicina en Utrecht, en 1928 Otterloo ingresó en el Conservatorio de Amsterdam para estudiar violoncelo y composición con los profesores Max Orobio, Sem Dresden y Hendrik Andriessen. Luego de haber ejercido como violoncelista en la Orquesta de Utrecht y de haber logrado un premio de composición, Otterloo debutó como director en 1932 para un año más tarde ser nombrado director asistente de la Orquesta Municipal de Utrecht. Tan solo cinco años después, Otterloo ascendería a la titularidad de dicha formación y permanecería al frente de la misma durante una década. Ya en 1947, Otterloo se dedicó a dirigir ópera en Amsterdam antes de ser nombrado director principal de la Orquesta de la Residencia de La Haya en 1949, un cargo que retuvo hasta 1973.
Al frente de dicha formación, Otterloo mantuvo una incesante actividad tanto discográfica como de giras internacionales, destacando particularmente una triunfal visita a los EEUU en 1963. Cuatro años más tarde, Otterloo aceptó también el cargo de principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Melbourne, formación de la que acabaría siendo su titular en 1969 y con la que de nuevo visitó los EEUU con gran éxito. Ya en 1971, Otterloo abandonaría Melbourne para pasar a dirigir como titular a la Orquesta Sinfónica de Sydney, cargo que ocupó hasta la fecha de su fallecimiento. Con una capacidad de trabajo encomiable, Otterloo también aceptó el cargo de director principal de la Orquesta Sinfónica de Düsserldorf desde 1974 al tiempo que ejerció una intensiva carrera como director invitado por las más importantes formaciones sinfónicas europeas y como docente en el Conservatorio de La Haya. Toda esta fulgurante carrera como director se vería interrumpida súbitamente el 27 de julio de 1978, cuando Otterloo falleció como consecuencia de un accidente automovilístico en las cercanías de Melbourne. Su cuerpo fue trasladado a La Haya para su posterior incineración.
Compositor y director, Willem van Otterloo fue uno de esos directores que pareció desenvolverse mejor en los estudios de grabación que en las propias salas de conciertos, como así lo demuestra su extensa producción discográfica al frente de numerosas e importantes orquestas. Director estricto y riguroso, su relación con los profesores de las orquestas resultó en ocasiones muy tirante por sus métodos casi obsesivos. A través de sus registros sonoros podemos encontrar a un director elegante y muy detallista, aunque una buena parte de su obra discográfica fue reeditada tardíamente por distintos sellos holandeses (2006) y por los archivos sonoros de la radiodifusión holandesa. Con un repertorio variado, Otterloo fue también un defensor de la música de su tiempo y dedicó buena parte de su actividad discográfica a los compositores holandeses contemporáneos.
De entre la producción discográfica debida a Willem van Otterloo podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Sinfonía nº2 de Andriessen dirigiendo la Orquesta Filarmónica de la Radio Holandesa (ETCETERA RECORDS 1307); Sinfonía nº6 de Beethoven dirigiendo la Sinfónica de Viena (CHALLENGE 72383); Sinfonía nº9 de Beethoven dirigiendo la Orquesta de la Residencia de La Haya (referencia desconocida); los 5 Conciertos para piano de Beethoven junto a Cor de Groot y dirigiendo la Sinfónica de Viena (DOREMI 7937); Sinfonía Fantástica de Berlioz dirigiendo la Filarmónica de Berlín (CHALLENGE referencia desconocida); Concierto para violín de Brahms, junto a Itzhak Perlman y dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (RCO 6004); y, finalmente, Concierto nº2 para piano de Rachmaninov, junto a Cor de Groot y dirigiendo la Orquesta de la Residencia de La Haya (CHALLENGE 72383). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.
¿Que opinión os merece este director?….
Añadiría su excelente Sinfonía en re menor de Cesar Franck, con la orquesta del Royal Concergetbouw.