A partir de la década de los años setenta del siglo pasado fue tomando cuerpo una revolución musical en el campo de la interpretación que apostaba por prevalecer el criterio historicista en todo tipo de ejecuciones de música escrita, por regla general, antes de 1850. De esta forma, comenzaron a proliferar los grupos y conjuntos cuyos componentes se servían de instrumentos más o menos de la época, originales, acordes con el más estricto sentido de la fidelidad histórica. Fundada en 1981 en Amsterdam, la Orquesta del Siglo XVIII no sólo se especializó en el repertorio barroco con instrumentos de época, sino que sus miembros constituyeron uno de los primeros ejemplos de autogestión administrativa mediante la cual todos, incluido el director, participaban a partes iguales de los beneficios obtenidos durante las giras internacionales. Además, esta formación cuenta con un curioso proceso de reclutamiento mediante el cual sus integrantes, procedentes de más de una veintena de países diferentes, acceden a la misma recomendados por otros miembros más antiguos y bajo su entera responsabilidad. Por todas estas peculiaridades, la Orquesta del Siglo XVIII se ha erigido como uno de los conjuntos instrumentales más requeridos del mundo y en la actualidad ha ofrecido giras y conciertos en más de 300 ciudades de 31 países diferentes en cuatro continentes. El responsable de todo esto no ha sido otro que su fundador, el director holandés Frans Brüggen, una de las personalidades musicales más carismáticas surgidas a partir del último tercio del siglo XX.
Frans Brüggen nació el 30 de octubre de 1934 en Amsterdam, Países Bajos, y comenzó sus estudios musicales de flauta dulce, flauta de pico y flauta travesera bajo la tutela de los profesores Barwasher y Otten en el Amsterdam Musieklyzeum para posteriormente estudiar musicología en la Universidad de Amsterdam. Revelándose como un virtuoso de este instrumento en todas sus variantes, Brüggen fue nombrado profesor de flauta en el Real Conservatorio de La Haya en 1955, cuando apenas contaba con 21 años de edad. Ya en 1974, Brüggen fue designado profesor asociado de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Berkekey, en California, al tiempo que desarrolla una intensa actividad como concertista acompañado de conjuntos barrocos como el Concerto Amsterdam, el Concentus Musicus de Viena y el Leonhardt Consort. Esta labor fue completada con la redacción de ejercicios compositivos destinados a los estudiantes de flauta y con la creación de tratados acerca de este instrumento. Pese a haberse especializado en el repertorio barroco, Brüggen no dejó de lado la música de su tiempo y de esta forma estrenó obras contemporáneas acompañado del grupo de música vanguardista Sourcream fundado por él mismo. Poco a poco, Brüggen fue ejerciendo también como director de orquesta hasta el punto de que en 1981 crea, junto a Sieuwert Verster, la Orquesta del Siglo XVIII (Orkest van Achttiende Eeuw) basada sobre el modelo de la ancestral Orquesta de Mannheim del siglo XVIII. Esta formación, constituida por solistas de instrumentos originales, se especializó en la música barroca y en principio se reunía un par de veces al año en Amsterdam para preparar las giras y conciertos.
Paulatinamente, Brüggen fue ampliando el repertorio de la orquesta hasta abarcar también el período clásico y los inicios del Romanticismo musical. La Orquesta del Siglo XVIII se convirtió bajo la dirección de Brüggen en uno de los conjuntos musicales más famosos y requeridos del mundo, llegando a realizar hasta el presente nada menos que 102 giras internacionales a lo largo y ancho del mundo al tiempo que produciendo centenares de grabaciones discográficas y de conciertos en vivo destinados a la difusión televisiva. Paralelamente a estas actividades, Brüggen también desarrolló una intensa actividad como director invitado de las más prestigiosas orquestas de Europa y América, dirigiendo además representaciones operísticas en Zurich y Lyon. A partir de 1991, Brüggen también dirigió la Orquesta de Cámara de la Radio Holandesa hasta su disolución en 2005 y a la Orquesta del Siglo de las Luces, otro conjunto especializado en música barroca del cual Brüggen es en la actualidad director honorario. Brüggen también mantiene una estrecha vinculación con la Orquesta del Concertgebouw y con la Orquesta de París. Nombrado Caballero de la Orden del León Holandés y condecorado con la Medalla de las Artes y las Ciencias por la Orden de la Casa de Orange, Brüggen está casado con la historiadora de arte Machtelt Israëls, con quien ha tenido dos hijos.
Reconocido internacionalmente como uno de los mayores especialistas en la interpretación de la música barroca, Frans Brüggen es un músico integral más allá del propio mito que ha surgido en torno a su figura. Si bien irrumpió en la escena musical como un flautista absolutamente extraordinario, Brüggen abanderó la revolución interpretativa de la música barroca junto a Leonhardt y Harnoncourt. Como flautista, ha revitalizado las sonatas de Haendel y Bach, realizando además incursiones en el poco conocido repertorio del siglo XVII. Su paso a la dirección orquestal fue una lógica consecuencia evolutiva y una decisión en la que también tuvo mucho que ver su convulsiva adicción al tabaco. Uno de los mayores aportes de Brüggen ha sido la realización de un inmenso catálogo discográfico que abarca música de todas las épocas, ya sea como solista de flauta o como director, aunque algunas grabaciones de su primera época como flautista nunca han sido reeditadas en formato CD. Apasionado del coleccionismo instrumental, Brüggen atesora algunos ejemplares de incalculable valor, como una flauta de marfil construida en 1685 por Richard Haka, otra de 1700 procedente del taller de Ganh y una tercera, la joya de la corona de su colección, un ejemplar Stainsby de ébano con anillos de marfil. En la actualidad, Brüggen dedica la mayor parte de su tiempo a preparar las distintas giras con la Orquesta del Siglo XVIII y con la Orquesta del Siglo de las Luces y es unánimemente considerado como una de las mayores autoridades mundiales en música ejecutada con instrumentos originales, aspecto en el que ha sido uno de los grandes pioneros en definir el campo de la interpretación con criterios historicistas.
De entre la producción discográfica debida a Frans Brüggen en su faceta como director podemos destacar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Las 4 Suites para orquesta de Bach dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (PHILIPS 442151); la integral sinfónica de Beethoven dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (PHILIPS 442156 — integral en 5 CD´s); los 2 Conciertos para piano de Chopin junto a Dang Thai Shon y dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (FREDERIC CHOPIN INSTITUTE 4); selección de Sinfonías de Haydn dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (PHILIPS 442788); Obertura de Las Hébridas de Mendelssohn dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (PHILIPS 456267); selección de Conciertos para piano de Mozart, junto a John Gibbons y dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (PHILIPS 420823); selección de Sinfonías de Mozart dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (PHILIPS 420241); selección de fragmentos instrumentales de Rameau dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (PHILIPS 434135); la integral sinfónica de Schubert dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (PHILIPS 725802 — integral en 4 CD´s); y, finalmente, selección de Conciertos para flauta de Vivaldi tocando y dirigiendo la Orquesta del Siglo XVIII (SONY 62945). Nuestro humilde homenaje a este excelente director de orquesta.
Siempre he aplaudido el ejercicio de interpretar la música bajo los criterios historicistas que se mencionan en la entrada. Desde luego no estoy renegando de lo que podríamos llamar «la forma moderna de interpretar», esto es, el sonido al que el oído se acostumbra al escuchar -por ejemplo- a Beethoven bajo la batuta de Klemperer o Furtwängler; sólo digo que es muy saludable abordar otro tipo de sonido como el producido por estas orquestas, que buscan crear el ambiente de la época, como si de un viaje en el tiempo se tratara.
Para mí es muy grato que existan directores como Brüggen, quien junto a Gardiner, McCreesh, Pinnock, Preston e incluso Minkowski, son los reyes en este estilo. No se trata de discutir la autenticidad de los instrumentos por ellos empleados; de hecho algunos de estos no son tan originales como se proclama, habiendo sido construidos en 1970. Lo que subrayo es el criterio con el cual la partitura es abordada e interpretada, produciendo un sonido que si bien no está exento de subjetividad, sí se aproxima a lo que pudo ser la interpretación original pensada por el compositor.
Merecido reconocimiento a Brüggen, sin duda.
Abrazos, fidelísimo amigo y hermano Leiter.
¡No te puedes imaginar cómo fumaba el amigo Brüggen! Lo pude comprobar de primera mano, más bien diría que a lo lejos…
Por lo demás coincido punto por punto en tu comentario, amigo Iván. De los directores historicistas citados, de casi todos ellos se hará mención en esta o en la próxima temporada.
Un abrazo
LEITER