Georges Bizet fue un destacado compositor francés que tuvo la desgracia de no vivir el éxito que una de sus creaciones, Carmen, obtuvo poco tiempo después de su fallecimiento. Como suele ocurrir con muchas obras maestras, el estreno de Carmen en la Ópera Cómica de París el 3 de marzo de 1875 fue recibido con tal escepticismo por parte de crítica y público que, según se dice, sumió a Bizet en una depresión anímica que acabó por costarle la vida justo tres meses después. Sin embargo, la ópera fue remontando poco a poco gracias a su exotismo (a España se la veía como un país exótico en aquellos tiempos) y a su magistral vena melódica. En la actualidad, Carmen forma parte del repertorio escénico y es unánimemente considerada como una de las más grandes producciones concebidas en la historia de la ópera. Cualquier director especializado en el género lírico sabe que, más tarde o temprano, tendrá que lidiar con este coloso escénico al que muy acertadamente Nietzsche definió como exaltación del genio mediterráneo. Si bien la lista de grandes directores que han ofrecido magníficas versiones de esta ópera es ciertamente extensa, muy pocos saben que existió un maestro, apenas conocido en la actualidad, para quien esta ópera se convirtió en una especie de alter ego. A lo largo de su trayectoria artística, Leo Blech dirigió más de 600 veces esta ópera. Todo un auténtico récord.
Leo Blech nació el 21 de abril de 1871 en Aachen, territorio de la antigua Prusia Renana y en la actualidad bajo administración alemana, en el seno de una familia judía. Si bien desde un primer momento Blech pareció decantarse por la carrera comercial, lo cierto fue que acabó matriculándose en la Hochschule de Berlín para estudiar composición y piano bajo la tutela de los profesores Woldemar Bargiel, Engelberg Humperdinck y Ernst Rudorff. En 1893, y por recomendación de Richard Strauss, Blech regresó a Aachen para hacerse cargo de la dirección del Teatro Municipal, cargo en el que se mantuvo hasta 1899 y que alternó con su perfeccionamiento de la composición durante los veranos. Ese mismo año, Blech abandonó Aachen para ejercer como director en el Teatro Alemán de Praga por espacio de siete temporadas. Ya en 1906, el nombre de Blech empieza a ser conocido en los circuitos operísticos alemanes y de esta forma Richard Strauss le llama para ser su asistente en la Ópera Real de Berlín (actual Ópera Estatal de Berlín).
Blech permaneció en aquel cargo hasta que en 1918 accedió a la dirección plena de dicha institución debido a la renuncia de Strauss, puesto en el que permaneció por espacio de cinco temporadas para, en 1923, pasarse a la vecina Deutsche Opernhaus y un año después a la también vecina Berlin Volksoper. Este breve período fue completado en 1925 merced a su colaboración en la Wiener Volksoper, cargo que abandonó un año después para hacerse cargo nuevamente de la Staatsoper de Berlín en calidad de primer director bajo las órdenes de Erich Kleiber. Este cargo fue alternado con la dirección de la Orquesta Filarmónica de Stuttgart entre 1924 y 1929. Pese a su procedencia judía, las autoridades nazis le permitieron seguir en Berlín, debido a su enorme prestigio como director, hasta que en 1937 la situación cambió y Blech se vio forzado a permanecer en Riga, en donde se encontraba dirigiendo como invitado, tras haber sido amenazado en caso de pisar de nuevo territorio alemán. Allí permaneció como director de la Ópera de Riga hasta 1941, fecha en que los territorios bálticos fueron ocupados por las tropas alemanas, para pasar a Estocolmo — aprovechando un permiso concedido por el mismísimo Goering — como director de la Ópera Real de dicho país escandinavo. Ya finalizada la guerra, en 1949 Blech decidió regresar a Berlín para hacerse cargo de la Ópera Municipal en el sector oriental de dicha ciudad. Allí permaneció hasta su retiro profesional en 1953. Finalmente, Blech falleció en Berlín el 24 de agosto de 1958.
Admirado por la claridad de texturas en sus interpretaciones, por su limpieza sonora y por su magnífico sentido del acompañamiento a los solistas líricos, Leo Blech fue uno de los más afamados directores en Berlín durante los años de entreguerras aunque nunca se le consideró una máxima figura. En su faceta compositiva, Blech escribió numerosa obra sinfónica y operística, llegando a presentar una de sus producciones escénicas en Hamburgo y posteriormente en Nueva York. Con una nada despreciable producción discográfica, Blech fue el primer autor en registrar de forma completa la Novena Sinfonía de Schubert al frente de la Orquesta Sinfónica de Londres. Richard Strauss y Wagner fueron sus autores predilectos, aunque también se acercó a la obra de Beethoven, Brahms y Mendelssohn, aparte de sus contactos con la ópera de Verdi y Puccini (y su ya referida obsesión interpretativa de Carmen de Bizet). Con todo, tras su fallecimiento, la figura de Blech fue eclipsándose como consecuencia de haber compartido su mejor época berlinesa con verdaderos mitos de la dirección (Erich Kleiber, Bruno Walter, etc…). En la actualidad, su nombre pasa casi desapercibido para el público en general.
De entre la producción discográfica debida a Leo Blech podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Obertura Leonora III de Beethoven dirigiendo la Staatsoper de Berlín (DG 040902); Concierto para violín de Beethoven junto a Fritz Kreisler y dirigiendo la Staatsoper de Berlín (PEARL 9996); fragmentos de Los pescadores de perlas de Bizet junto a Erna Berger y dirigiendo la Staatsoper de Berlín (PREISER 89035); Concierto para violín de Brahms junto a Fritz Kreisler y dirigiendo la Staatsoper de Berlín (PEARL 9996); Sinfonía nº5 de Chaikovski dirigiendo la Staatsoper de Berlín (referencia desconocida); obertura de Il matrimonio segreto de Cimarosa dirigiendo la Filarmónica de Berlín (referencia desconocida); Sinfonía 88 de Haydn dirigiendo la Staatsoper de Berlín (POLYDOR 69727); Concierto para violín de Mendelssohn junto a Fritz Kreisler y dirigiendo la Staatsoper de Berlín (OPUS KURA 2073); Sinfonía nº34 de Mozart dirigiendo la Staatsoper de Berlín (LA VOZ DE SU AMO EJ608); fragmentos de Madama Butterfly de Puccini junto a Erna Berger y dirigiendo la Staatsoper de Berlín (PREISER 89035); Sinfonía nº8 de Schubert dirigiendo la Filarmónica de Berlín (LA VOZ DE SU AMO B20127); obertura de Die Fledermaus de Johann Strauss dirigiendo la Staatsoper de Berlín (OPUS KURA 1006); fragmentos de óperas de Richard Strauss junto a Barbara Kemp y dirigiendo la Staatsoper de Berlín (PREISER 89056); fragmentos de óperas de Verdi junto a Erna Berger y dirigiendo la Staatsoper (PREISER 89092); fragmentos de El Anillo de Wagner junto a Friedrich Schorr y Frida Leider, y dirigiendo la Staatsoper de Berlín (PREISER 89098); y, finalmente, fragmentos de Los Maestros Cantores de Wagner junto a Friedrich Schorr y dirigiendo la Staatsoper de Berlín (SYMPOSIUM 1232). Nuestro humilde homenaje a este gran director de orquesta.