Mikhail_Gorbachev

 Debió ser muy duro, don Mijaíl, eso de acostarse como presidente de la Unión Soviética y levantarse al día siguiente siendo presidente de algo que ya no existía o, lo que es lo mismo, siendo presidente de nada. Con todo lo que usted hizo por la URSS para que esta entidad fuese eliminada de un plumazo por aquel alumno aventajado al que tanto le gustaba el vodka. Fueron injustos con usted, don Mijaíl. Pocos esperábamos que, tras suceder a esos dos carcamales que estaban más muertos que vivos, usted iniciase un período de apertura en un país que ni los más viejos del lugar se atrevieron nunca a imaginar. Además, gracias a usted aprendimos algo de ruso, y supimos que Perestroika significaba reestructuración y que Glasnost era transparencia. Pero esta desgracia de sentirse ninguneado cuando de hecho fue usted el principal protagonista de una nueva revolución rusa no fue nada comparado con la trágica desaparición de su amada Raisa, la primera mujer de un dirigente soviético que apareció en las revistas de corazón españolas. Creo que la historia está siendo verdaderamente injusta con usted, don Mijaíl, y por eso yo quiero reivindicarle en este humilde bar de copas virtual. Para mí, es usted uno de los más grandes protagonistas del siglo XX. Y estoy completamente seguro de que algún día así aparecerá en todos los manuales de la historia. Mis respetos, don Mijaíl.