A finales de la década de los años cuarenta del siglo pasado se produjo una verdadera revolución en la industria fonográfica gracias a la aparición del nuevo formato LP que permitía registrar fragmentos de hasta 20 minutos en comparación a los cinco minutos que por entonces sólo daban de sí las antiguas placas. El género lírico fue el que más se aprovechó de esta novedad, ya que en una caja de tres discos se podía obtener toda la ópera grabada además de información relativa a sus intérpretes. La industria discográfica se decidió a registrar todo cuanto era posible y ello conllevó a grabar títulos poco conocidos o fuera ya del repertorio. RCA, EMI y DECCA se llevaron la palma de las grabaciones y con ellas surgió el auge de las figuras líricas italianas por contra de la casi desaparición de la escuela francesa representada por Regine Crespin y Alain Vanzo. También surgieron las grabaciones piratas como reacción a los hermetismos impuestos en los estudios de grabación mediante el abuso de la técnica de ingeniería sonora. Toda esta trascendental época que se prolongó hasta la década de los ochenta, con la aparición del formato CD, fue especialmente vivida por uno de los directores de ópera italianos más carismáticos de aquellas épocas, Oliviero de Fabritiis.
Oliviero Carlo de Fabritiis nació el 13 de junio de 1902 en Roma e inició sus estudios musicales en la Academia de Santa Cecilia de la capital italiana bajo la tutela de los profesores Setaccioli y Refice, llegando a debutar como director en el Teatro Nacional de Roma cuando apenas había cumplido los 18 años. Paulatinamente y a la manera de un Kapellmeister alemán, De Fabritiis fue desarrollando su labor como director en distintos teatros de ópera italianos hasta que en 1932 fue nombrado secretario artístico de la Ópera de Roma, cargo que se prolongaría durante una década y en la cual también ejercería como director permanente de dicha institución. Tras un fugaz paso por Venecia, De Fabritiis consigue labrarse una extraordinaria reputación como joven director y bajo su batuta actúan las principales figuras líricas italianas de la época, como Giacomo Lauri Volpi y Beniamino Gigli. De esta forma, en 1937 es uno de los directores que inaugura las sesiones veraniegas de los termas de Caracalla en Roma.
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, De Fabritiis realizó una amplia actividad como director en Venecia y Milán, llegando a reemplazar a Tullio Serafin en 1943 como director de la Ópera de Roma. Finalizada la guerra, la actividad de De Fabritiis adquiere un relevante protagonismo en los coliseos americanos — Metropolitan y Teatro Colón de Buenos Aires — al tiempo que obtiene relevantes éxitos en su propio país al colaborar con las más prestigiosas figuras de su tiempo como Maria Callas, Mario del Monaco, Giuseppe di Stefano, Franco Corelli y Renata Tebaldi. En 1963 debutó en el Festival de Edimburgo y un par de años más tarde hace lo propio en el Covent Garden de Londres, llegando a ser nombrado consejero artístico del Festival de Viena en 1971 y consejero musical del Teatro Bellini de Catania en 1977. Con una extensa actividad discográfica de estudio, De Fabritiis dejó de dirigir a principios de 1982, poco antes de fallecer en Roma el 12 de agosto de ese mismo año.
Compositor y director exclusivamente operístico, Oliviero de Fabritiis fue un maestro admirado por su calidez de expresión y por su especial habilidad para equilibrar las voces con el conjunto orquestal. Su repertorio se centró casi del todo en la ópera italiana, desde los belcantistas a Verdi pasando por los veristas, y a lo largo de su trayectoria artística tuvo la oportunidad de dirigir a las más célebres figuras líricas de las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta, desde Gigli a Plácido Domingo. Su actividad discográfica fue muy intensa, tanto en un principio para el sello EMI como después para DECCA, con unas grabaciones que no han perdido vigencia en nuestros días y que demuestran su buen hacer como director. A juicio de determinados especialistas, De Fabritiis fue el arquetipo de un verdadero hombre de teatro dotado de una enorme sensibilidad para el drama musical. Su faceta compositiva, especialmente centrada en la música vocal, fue del todo eclipsada por su exitosa carrera como director operístico.
De entre la producción discográfica debida a Oliviero de Fabritiis podemos mencionar las siguientes grabaciones. (Advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Mefistófeles de Boito, junto a Caballé, Condo, Guiaurov y De Palma, y dirigiendo la Orquesta Filarmónica Nacional (DECCA 425102); fragmentos de Adriana Lecouvreur de Cilea, junto a Tito Gobbi y dirigiendo la Orquesta de la Ópera de Roma (EMI 55378); La favorita de Donizetti, junto a Kraus, Cossotto y Raimondi, y dirigiendo la Sinfónica de la NHK de Tokio (VIDEO ARTISTS 4423); Lucia de Lammermour de Donizetti, junto a Gencer, Sabatucci, Prandelli y Botteghelli, y dirigiendo la Orquesta de Trieste (BONGIOVANNI 1198); Andrea Chénier de Giordano, junto a Gigli, Bechi, Huder y Simionato, y dirigiendo la Orquesta de La Scala (EMI 69996); I pagliacci de Leoncavallo, junto a Domingo, De Palma y Saccomani, y dirigiendo la Sinfónica de la NHK de Tokio (VIDEO ARTISTS 4438); Cavalleria rusticana de Mascagni, junto a Domingo, Cossotto y Verri, y dirigiendo la Sinfónica de la NHK de Tokio (VIDEO ARTISTS 4438); fragmentos de La Gioconda de Ponchielli, junto a Renata Tebaldi y dirigiendo la New Philharmonia Orchestra (DECCA 582402); La fanciulla del West de Puccini, junto a Onesti, Di Stasio, Colzani y Stella, y dirigiendo la Sinfónica de la NHK de Tokio (VIDEO ARTISTS 4439); Madama Butterfly de Puccini, junto a Moffo, Cioni y Poli, y dirigiendo la Orquesta de la RAI de Milán (VIDEO ARTISTS 4284); Tosca de Puccini, junto a Corelli, Ricciardi, Oliveira y Bakocevic, y dirigiendo la Orquesta del Teatro de San Carlos de Lisboa (LIVING STAGE 1101); Turandot de Puccini, junto a Gencer, Corelli, Carlin y De Palma, y dirigiendo la Orquesta del Teatro San Carlo de Nápoles (MELODRAM 50066); La Cenicienta de Rossini, junto a Simionato, Bruscantini, Pace y Carral, y dirigiendo la Orquesta del Mayo Musical Florentino (DECCA 433030); Aida de Verdi, junto a Callas, Taddei, Del Monaco y Silva, y dirigiendo la Orquesta del Palacio de Bellas Artes de México (MYTO 150); Ernani de Verdi, junto a Corelli, Raimondi, Cappuccilli y Ligabue, y dirigiendo la Orquesta del Teatro de Verona (MYTO 44299); Il trovatore de Verdi, junto a Bergonzi, Cossotto y Price, y dirigiendo la Orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires (MYTO 22258); La traviata de Verdi, junto a Callas, Valletti, Taddei y Cerda, y dirigiendo la Orquesta del Palacio de Bellas Artes de México (ARCHIPEL 18); Simon Boccanegra de Verdi, junto a Cappuccilli, Ricciarelli, Merighi y Ghiaurov, y dirigiendo la Sinfónica de la NHK de Tokio (VIDEO ARTISTS 4484); y, finalmente, Un ballo in maschera de Verdi, junto a Bergonzi, Stella, Zanasi y Gencer, y dirigiendo la Orquesta del Teatro de Bolonia (MYTO 283). Nuestro humilde homenaje a este gran director operístico.