La Academy of the Ancient Music es una de las instituciones con más prestigio artístico de toda Inglaterra. En sus más remotos orígenes, la Academy fue creada en 1726 en Londres con el objeto de dar a conocer la música antigua, esto es, la obra compuesta al menos un siglo antes. Johann Christoph Pepusch, Benjamin Cooke y Samuel Arnold fueron los directores musicales de una institución que finalmente cayó en el olvido a partir de los comienzos del siglo XIX. Casi 175 años después un joven director británico, Christopher Hogwood, se encargó de resucitar la antigua institución creando una formación orquestal especializada en la música de los períodos barroco y clásico y ejecutada con instrumentos originales. Con sede en la Universidad de Cambridge, la Academy fue la primera formación del mundo en registrar la obra sinfónica de Mozart con instrumentos originales. Desde entonces, su prestigio internacional ha sido inmenso y la orquesta ha visitado las principales salas de conciertos del mundo obteniendo las máximas alabanzas de crítica y público. Tras la renuncia de Hogwood en 2006, luego de treinta y tres años de permanencia como director titular, la formación ha entrado en un nuevo período que, a buen seguro, resultará tan brillante como el precedente.
Christopher Jarvis Haley Hogwood nació el 10 de septiembre de 1941 en Nottingham, Inglaterra, y en un principio cursó estudios de literatura clásica en el Pembroke College de Cambridge, institución en la que también se formó musicalmente bajo la tutela de Raymond Leppard y Thurston Dart. Más adelante, Hogwood se especializó en el clavicémbalo con los maestros Rafael Puyana y Gustav Leonhardt, ampliando su formación en Praga gracias a una beca concedida por el Consejo Escolar Británico. Tras regresar de Checoslovaquia en 1967, Hogwood fundó el Early Music Consort junto con David Munrow, un conjunto especializado en la música medieval y renacentista que se disolvió en 1976 a causa del fallecimiento de Munrow. Ya en 1973, Hogwood creó la Academy of the Ancient Music, un conjunto con el que se especializó en la interpretación de obras del repertorio barroco y clásico ejecutadas con instrumentos de la época. Hogwood permaneció al frente de este conjunto nada menos que 33 años, hasta 2006, cuando fue relevado del mismo por Richard Egarr, pasando desde entonces a ocupar el honorífico cargo de director emérito. Durante esta larga trayectoria, la Academy of the Ancient Music se consagró como uno de los mejores conjuntos de cámara del mundo y su producción discográfica ha sido inmensa.
A partir de 1981, Hogwood alternó su cargo como director de la Academy con su presencia habitual en los EEUU. Allí sirvió como director de la Sociedad Haendel y Haydn de Boston entre 1986 y 2001, ejerciendo además como director musical de la St. Paul Chamber Orchestra de Minnesota entre 1988 y 1992. Por otra parte, Hogwood dirigió con regularidad a las principales formaciones sinfónicas estadounidenses y realizó su debut operístico en 1983 en Missouri. Desde ese momento, la ópera se convirtió en un eje fundamental de su trayectoria artística y, de esta manera, Hogwood ha dirigido en los principales coliseos operísticos de Europa, destacando su estrecha colaboración con el Covent Garden londinense. Director del Festival Mozart de Londres entre 1983 y 1985, Hogwood también se ha mostrado del todo comprometido con la docencia y en consecuencia ha ejercido como profesor en la Royal Academy of Music de Londres y en la Universidad de Cambridge. Desde 2010, Hogwood es profesor de música en el Gresham College de Londres. Autor de numerosos escritos, especialmente sobre la obra de Haendel, Hogwood es Comandante de la Orden del Imperio Británico.
Considerado por ciertos sectores de la crítica como el Herbert von Karajan de la música antigua, Christopher Hogwood es universalmente reconocido como uno de los mayores exponentes de la interpretación musical basada en criterios historicistas. Su nombre es sinónimo de calidad, excelencia y rigor musical, aunque Hogwood insiste de un tiempo a esta parte en que sus lecturas son más bien auténticas que estrictamente históricas. «Hace tres siglos se denominaba música antigua a las partituras escritas 20 años antes, ahora se llama música antigua a la que tiene 300 años. El término antiguo es relativo y por ello creo que es mejor no utilizarlo». Concienzudo y riguroso con su trabajo, Hogwood es un director polifacético que compagina la interpretación de los grandes autores del siglo XVIII con la música del siglo XX y la ópera. Su extensísima producción discográfica con la Academy forma parte por derecho propio de lo más selecto de la historia de la fonografía y raras son las lecturas que no provocan el unánime y positivo consenso de la crítica especializada. Hombre de trato cordial aunque reservado, Hogwood se presentó en 1986 en el Teatro Real de Madrid al frente de la Academy of the Anciente Music en un memorable concierto basado en Mozart — Concierto para clarinete y Requiem — que supuso una de las mayores cumbres artísticas ofrecidas en dicho escenario a lo largo de toda su historia.
De entre la producción discográfica debida a Christopher Hogwood podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen porqué corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra mencionada): Serie de Conciertos, Op. 9, de Albinoni dirigiendo la AAM (DECCA 458129); Ocho oberturas de Arne dirigiendo la AAM (DECCA 470372); los 6 Conciertos de Brandemburgo de Bach dirigiendo la AAM (DECCA 455700); las 4 Suites orquestales de Bach dirigiendo la AAM (DECCA 458069); los Conciertos para clave de Bach dirigiendo la AAM (DECCA 460031); los Conciertos para violín de Bach dirigiendo la AAM (DECCA 400080); selección de Sinfonías de Carl Philipp Emmanuel Bach dirigiendo la AAM (DECCA 455715); los 5 Conciertos para piano de Beethoven, junto a Steven Lubin y dirigiendo la AAM (DECCA 623802); Concerti Grossi, Op. 6, de Haendel dirigiendo la AAM (DECCA 458817); El Mesías de Haendel, junto a Elliot, Thomas, Kirby y Nelson, y dirigiendo la AAM (DECCA 430488); Acis y Galatea de Haendel, junto a Park, De Niese, Workman y Agnew, y dirigiendo la Orquesta del Siglo de las Luces (OPUS ARTE 7056); Rinaldo de Haendel, junto a Bartoli, Daniels, Fink y Finley, y dirigiendo la AAM (DECCA 467087); Orlando de Haendel, junto a Bowman, Auger, Thomas y Robin, y dirigiendo la AAM (DECCA 430845); selección de obras orquestales de Haendel dirigiendo la AAM (DECCA 455709); La Creación de Haydn, junto a Kirby, Rolfe y George, y dirigiendo la AAM (DECCA 430397); selección de Sinfonías de Haydn dirigiendo la AAM (DECCA 411833); Suite para cuerdas de Holst dirigiendo la St. Paul Chamber Orchestra (PHILIPS 95302); Concierto para óboe de Marcello, junto a Clare Shanks y dirigiendo la AAM (DECCA 33523); selección de Conciertos para violín de Martinu, junto a Bohuslav Matousek y dirigiendo la Filarmónica Checa (HYPERION 67672); la integral sinfónica de Mozart dirigiendo la AAM (DECCA 452496 — integral sinfónica en 19 CD´s); selección de Conciertos para piano de Mozart, junto a Robert Levin y dirigiendo la AAM (DECCA 458285); Concierto para clarinete de Mozart, junto a Antony Pay y dirigiendo la AAM (DECCA 414339); La clemenza di Tito de Mozart, junto a Bartoli, Helmann, Bonney y Jones, y dirigiendo la AAM (DECCA 444131); selección de Serenatas de Mozart dirigiendo la AAM (DECCA 458096); Requiem de Mozart, junto a Kirby, Watkinson, Johnson y Thomas, y dirigiendo la AAM (DECCA 411712); la integral de la Música Incidental de Purcell dirigiendo la AAM (DECCA 321502); Dido y Eneas de Purcell, junto a Conolly, Meachem, Fulgoni y Matshikiza, y dirigiendo la Orquesta del Siglo de las Luces (OPUS ARTE 1018); selección de obras orquestales de Purcell dirigiendo la AAM (DECCA 321502); y, finalmente, selección de Conciertos de Vivaldi dirigiendo la AAM (PHILIPS 689302). Nuestro humilde homenaje a este fabuloso director de orquesta.
Debo reconocer que no entiendo absolutamente nada al fenómeno representado por este músico. Se me escapa en su totalidad, es más: parece que he atravesado una época sin darme cuenta de que las cosas habían cambiado. Será mi actitud reprochable ?? En función de que?? Teniendo en cuenta la visión que tengo de la existencia, me he perdido algo esencial, algo que hubiera podido aprender para perfeccionar mi evolución ? Yo considero que no. Y con ya 55 tacos a punto de cumplir no quiero perder tiempo de ninguna forma. Así que nada, sin juicio ninguno, sin acusaciones, solo a título de elección personal. Yo, este Lacrymosa, no lo capto ni lo entiendo ni nada por el estilo, simplemente para mi no existe…
Las cosas no han cambiado, amigo Jean; simplemente Böhm, Walter, etc. ejecutaban esa partitura de una manera (que a todos nos encanta) y Hogwood parte de otro concepto… Que a mí me parece del todo válido también. Y dentro de los historicistas — cuya labor, aunque algunos se pasen de rigoristas, es admirable desde el punto de vista musicológico — Hogwood es uno de los mejores. Yo, cuando escucho el Mozart de Hogwood, me olvido de Böhm y de Walter (igual que me olvido de Hogwood cuando escucho a aquéllos). Yo no creo que la genialidad de un tipo como Mozart no fuese capaz de intuir mucho más allá de lo que escribía en la partitura, o sea, que imaginara que su música sería interpretada algún día a la manera de Böhm o Walter. Pero lo que sí sé es que, si pudiera viajar en el tiempo y asistir a algún concierto de Mozart, su música sonaría más cercana a como la ejecuta Hogwood. Y creo que es así como debemos entender a los historicistas. Siempre he dicho que muchas grandes obras musicales presentan una cara A y una cara B. Lo bueno de ahora es que podemos escuchar la B. Antes no. Cuando escuchamos las ediciones Haas de Bruckner nos parecen extrañas. Pues esas fueron las que salieron de la cabeza del compositor en un primer momento. Luego, que si un arreglito por allí, que si un golpe de platillos por allá, se conformaron las versiones Nowak que a todos nos encantan. Pero eso NO es lo que originariamente escribió Bruckner y ya sabemos de su carácter pusilánime que no dudaba en retocar partituras hasta cuando el lechero de enfrente se lo sugería.
Amigo Jean, aunque discrepemos en este punto, pruebe a escuchar el Requiem por Hogwood pero olvidándose de Böhm y Walter por un momento. No es que las cosas cambien, sino que hay gente que las entiende desde otro concepto. Pero ello no tiene que significar que uno acabe declarando: Böhm y Walter son unos carcas ya superados. Sólo un gilipollas podría atreverse a tanto. Y aunque hay mucho juntaletras que así lo opina — y no me tire de la lengua con cierto crítico español — yo seguiré adorando el Mozart de Böhm porque simplemente me parece el mejor y, lo más sensato, es el que MÁS ME GUSTA. Pero, como todo en la vida, no viene mal echar una canita al aire de vez en cuando y escuchar otros planteamientos. A mí me encanta la tortilla de patatas (con cebolla… A ver si un día me invita) pero no la como todos los días, coño. A veces, incluso, me caliento un plato preparado. Y hay algunos que están de vicio, como una conocida e histórica marca de fabada asturiana.
Ah, amigo Jean, su actitud jamás será reprochable. Para mí es del todo respetable.
Un entrañable abrazo, Jean. Da gusto compartir contigo.
LEITER
Querido amigo Leiter, este tema es realmente complejo…
Lo que quise decir es que por negarme a entrar en discusiones estériles he llegado a esta actitud de QUEDARME FUERA.
En primer lugar, querido amigo: no somos nosotros, los clásicos y neo románticos, para llamarnos de alguna forma, quien hemos sido excluyentes. Los excluyentes, los que de repente afirmaron que ya no quedaba lugar para los jurásicos como nosotros, fueron ellos, los barroquizantes. Y todo esto con un montón de elementos cualificados de objetivos e irrefutables.Son ellos los que afirmaron abiertamente que el Mozart de Walter / Böhm estaba superado, y tu sabes que es la inmensa mayoría de ellos quien lo afirmó y que fueron hasta instalar una autentica dictadura intelectual y cultural.
Una postura como la tuya es totalmente digna de respecto y admiración, pero no tiene nada que ver con la de esta gentuza intelectual intrínsecamente excluyente. Yo también puedo decir lo mismo que tú, que dejando a un lado lo que amo por encima de todo puedo intentar vivir otra experiencia y abrir mi mente a otras sensaciones. Y, de esta forma, y porque no, aprender más. Pero muy desafortunadamente con esta chusma seudo intelectual no ha sido posible, no nos lo han permitido.
La razón de todo esto? Para mi es bastante sencillo aunque difícil de expresar. Para poder hablar como tú hablas hay que tener altura de miras, lo cual, en el fundamento mismo de su pretensión, es lo que esta gente no tiene. En otras palabras: para abrir un debate interesante y objetivo habría, como preliminar, que purificar todo lo que en esta gente es, en realidad, una manera de disfrazar la ausencia de talento verdadero. En proporciones amplias el fenómeno barroquizante ha sido el símbolo de la perdida del alma. Esto es para mi una verdad pura y dura. Ahora bien; Hay algún que otro músico verdadero que se adentró en esta linea y del cual podemos aprender cosas interesantes desde el punto de vista intelectual y artístico? Entonces, con una actitud positiva, lo podemos escuchar y lo podemos debatir. Y sí, s eque los hay, pero te aseguro que al final quedarán pocas cosas sobre la mesa, no digo que nada, en absoluto, pero no muchas. Se quedaría Hogwood sobre la mesa? Quizás, ni digo que sí ni digo que no. Está por ver.
Pero es que hay otra cosa que me pone malo y es el odio que sienten esta gente y los que los apoyan hacia la subjetividad, en función de no se que visión de lo humano, siempre un humano sin alma. En la visión que tengo personalmente de la humanidad y de sus ciclos de evolución, no me importa ni mijita saber si el Mozart de la época del compositor se parecía más al arte de un Hogwood que al del joven Karajan. Es que, vamos a ver, según como percibo las cosas, ni Mozart ni ningún otro gran genio musical escribieron para su época, Dios mío como se puede pensar esto ??? Son fundamentalmente unos espíritus guías de la humanidad, grandísimos maestros que nos guían en nuestra evolución y cuyo arte es realmente asimilado y proyectado a través del alma de los interpretes 100 o 200 años después, y esto es totalmente normal !!! Y cuando estos maestros intérpretes llegan a desaparecer, habiendo cumplido con su tarea y misión, entonces llegan los historicistas…y nos quieren imponer su negación. Y si te digo lo que de verdad creo, es que el Mozart dirigido por Mozart no se parecía en absolutamente en nada al Mozart de Böhm y AUN MENOS al de Hogwood, debido a que la pretensión historicista es fundamentalmente estéril y ficticia. Creo de verdad que estaríamos horrorizados escuchando a este Mozart, y totalmente decepcionados. Lo mismo con Beethoven tocando a todo tren. No hay nada que sacar de una vuelta atrás, es exactamente igual que una película sobre la edad media, con los actores vestidos de época, con los castillos, los muebles, todo…tú crees que esto tiene algo que ver con como se parecían realmente la gente del siglo XII ?? Anda ya ! Bueno podríamos seguir durante horas, vuelvo al trabajo dejando estas reflexiones sin ninguna pretensión. Un fuerte abrazo !
Pero eso es otra historia, maestro Jean. A mí lo que opinen los fundamentalistas, sean historicistas o sean wagnerianos, me trae sin cuidado. Tengo, creo y lo digo con toda modestia, que nunca me dejo llevar por una crítica si antes no he escuchado la versión. Con el paso de los años me he formado un criterio propio que a estas alturas de la vida nadie me va a alterar, ni mucho menos. Las genialidades nuevas que descubro las descubro yo (bueno, desde que te conozco virtualmente, he descubierto muchas, ja, ja). Lo único que me puede ocurrir es que alguna versión suba o baje ligeramente en mi escalafón personal. Antes me encantaba Celibidache aún leyendo el relato de Pedro y el Lobo en rumano (es una broma. No creo que lo haya hecho nunca, ni en rumano, ni en hebreo, ni en caló…). Ahora soy más selectivo con él. Los fundamentalismos, vengan de donde vengan, musicales, políticos, religiosos, son siempre odiosos. Siempre he prescindido de los mismos ya que su cerrazón les impide el mínimo análisis crítico. Yo por eso ahora no compro revistas musicales, porque entre los fundamentalistas de turno y los arreones a tal o cual solista o director — con el beneplácito económico de ciertas firmas discográficas o representantes — me saltaba sin leer la mitad de las páginas.
Yo por eso siempre suelo decir: En mi modesta opinión, la mejor versión de tal es… Que creo que es mejor que decir: La mejor versión es esta de Periquito de Postdam porque lo digo yo y además… es la mejor (argumentos así se leen a veces a distintos foros de música clásica en donde se supone que habla gente muy entendida).
Maestro Jean, un abrazo. Un lujo de charla.
LEITER
Leiter,lamento haber empleado alguna que otra palabra que no son necesarias y aun menos en este foro.No es la opción estética que cualifico de esta forma sino el totalitarismo del pensamiento excluyente. Pero en fín, retiro esto de gentuza y de chusma, que este no es el sitio para hablar así
No pasa nada, hombre.
LEITER
Fantastico debate. Estoy completamente de acuerdo que las actitudes fundamentalistas estan mandadas a recoger. Por supuesto, me uno a ustedes en la pasion por los grandes directores del pasado. Y respecto a Mozart creo que no pueden haber mejores versiones que las de Bohm y Walter ( incluiria adicionalmente Szell,al joven Karajan, klemperer, Fricsay y Jochum).
Un abrazo